La Biblia dice en Proverbios 24:3-4

Con sabiduría se edificará la casa, y con prudencia se afirmará; 4 y con ciencia se llenarán las cámaras de todo bien preciado y agradable.

Introducción

La institución más importante para la Biblia es la familia. Los proverbios están construidos precisamente para fortalecerla, protegerla, impulsarla y sostenerla. En el hogar es donde se forman a los seres humanos, donde se construyen los sueños que luego tomarán forma y padres e hijos conviven en ese espacio que requiere amor, paciencia y comprensión.

El hogar, residencia de la familia, merece toda la atención porque su edificación no se hace por generación espontánea, tampoco ocurre solo por buenos deseos y tampoco se construye automáticamente. No. El hogar se levanta con dos características según el verso que hoy meditamos: sabiduría y ciencia.

Hemos de aclarar que los sabios de Israel no se refieren a la casa como un edificio físico, sino a la casa como sinónimo de hogar que es muy distinto porque una casa se puede construir muy fácilmente con dinero, pero el hogar no se construye solo con dinero, requiere algo más que eso.

Hablar, entonces, de la familia es fundamental para entender el reto que nos lanza los sabios de Israel cuando hablan de la casa, el hogar y de padres e hijos conviviendo en el mismo espacio. No hay que perder de vista que la primera institución humana es justamente la familia.

En el huerto del Edén Dios puso los cimientos de la humanidad cuando creó al hombre y a la mujer y les dio la orden de multiplicarse y sojuzgar la tierra. A partir de ese momento nació la familia y a partir de allí la especie humana pobló este mundo y así sigue siendo y así será en el futuro.

Los proverbistas nos hacen volver los ojos a nuestros hogares, nos hacen mirar de nueva cuenta a esa noble institución tan atacada en estos días, tan puesta en entredicho con tantas nuevas ideologías, pero también con la fortaleza que viene de haber sido creada por decreto divino.

Los treinta desafíos dichos por los sabios

El desafío de construir un hogar firme
A. Porque se necesita sabiduría para edificarlo
B. Porque se necesita prudencia para afirmarlo
C. Porque se necesita ciencia para llenarlo de bienes espirituales

El libro de Proverbios recurre a un ejemplo sencillo de construcción para llevarnos a pensar que la edificación de una casa y por lógica de un hogar donde habita una familia es un reto que no todas las personas asumen, se trata de un desafío que muchos comienzan, pero que no todos terminan.

Los sabios de Israel que recopilaron estos dichos nos muestran que un hogar demanda del hombre y la mujer o los esposos mucha sabiduría, bastante prudencia y abundante ciencia, tres palabras que encierran profundas verdades, todas ligadas a la primera: la sabiduría que es la razón por la que se escribe el libro de Proverbios.

El padre de familia tiene la obligación de enseñar a sus hijos e hijas el principio de autoridad. Saber que hay límites y fronteras infranqueables es muy útil para todos porque solo de esa forma las personas respetan a los demás. El progenitor tiene esa encomienda y el hijo o hija de obedecerla, atenderla y no olvidarla nunca.

En ese mismo nivel, la mamá tiene la encomienda de enseñar a hijos e hijas todo los concerniente a esta vida. La palabra enseñar o instruir tiene la idea de entrenar a los hijos para los retos que han de enfrentar en esta existencia. La madre debe ser la pedagoga de sus vástagos para que sepan los desafíos que les depara esta vida y como sortearlos.

Los seres humanos enfrentamos en esta vida grandes peligros que pueden arruinar nuestra existencia. La única manera de evitarlos es obedeciendo a nuestro papá y atendiendo a nuestra mamá. La familia se convierte así en el centro del desarrollo personal de cada individuo. Sin familia es complejo que las personas desarrollen el potencial que tienen.

A. Porque se necesita sabiduría para edificarlo

Los sabios dicen categóricos: “con sabiduría se construye la casa”. El tema de la sabiduría es uno de los asuntos básicos del libro de Proverbios. La sabiduría hebrea es muy distinta a la que la cultura occidental concibe como tal porque para los judíos ser sabio tiene más relación con capacidad y destreza para tomar decisiones prácticas que acumulación de concimiento.

Los maestros de Israel nos muestran que la construcción de una casa u hogar requiere de una gran dosis de sabiduría porque inicialmente los padres necesitan tomar buenas decisiones luego de casarse y no tener hijos y después cuando la familia empieza a crecer se requiere todavía más sabiduría.

Construir una familia es uno de los retos más desafiantes en esta vida porque supone edificar sobre la vida de las personas. Primero entre los esposos, luego entre los padres y los hijos y también entre los hermanos que surgen de ese valioso lugar llamado hogar y para ello se necesita sabiduría en todos.

Pero innegablemente son los padres quienes deben tomar las riendas o el liderazgo para conducir a sus hijos hacia la construcción de relaciones sanas, honra y respeto hacia sus padres, así como inculcar a sus vástagos de valores como la solidaridad, la empatía y la gratitud, junto con la capacidad de asumir sus responsabilidades.

B. Porque se necesita prudencia para afirmarlo

Un hogar se construye, pero luego se afirma, es decir se trata de nunca dejar de esforzarse por construir una familia donde cada miembro encuentre su lugar en ese espacio, pero también para que a través de la compresión y el cariño pueda alzar su vuelo en la sociedad donde vive.

Afirmar quiere decir que el hogar necesita siempre ser apuntalado y se apuntala con acciones que afirman y reafirman valores como la empatía y la solidaridad entre los miembros de la casa, pero también para presentarlos o procurarlos cuando se sale fuera del hogar.

C. Porque se necesita ciencia para llenarlo de bienes espirituales

Los bienes más grandes en esta vida son invaluables. La paz, la salud y la gratitud son valores que se construyen en el hogar, un hijo agradecido, un padre sano y una madre amorosa, son bienes inestimables que no se generan de manera instantánea. Como toda virtud, requieren esfuerzo, compromiso y perseverancia. La sabiduría y la prudencia se transforman en acción por medio de la ciencia (conocimiento) de lo que es correcto y a través del esfuerzo diario podemos ver el bien que tanto deseamos en aquellos que amamos.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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