La Biblia dice en Proverbios 24:5-6
El hombre sabio es fuerte, y de pujante vigor el hombre docto. 6 Porque con ingenio harás la guerra, y en la multitud de consejeros está la victoria.
Introducción
Los seres humanos necesitamos consejos, orientación, dirección, sentido y rumbo en casi toda nuestra existencia porque si bien podemos alcazar cierta clase de conocimiento o bastantes saberes, jamás podremos tener todo la ciencia que hay en este mundo y eso nos obliga a buscar, solicitar o pedir un consejo o consejos a otros.
Los sabios de Israel que recopilaron los treinta desafíos que estamos meditando nos hacen ver lo valioso e importante que puede resultar para una persona hacer de la sabiduría de otros porque de esa forma puede enfrentar y salir victorioso de los conflictos personales que llegan a su vida.
Me llama poderosamente la atención que en la versión hebrea la frase guerra se acompaña de la segunda persona del singular y dice de la siguiente manera “tu guerra”, es decir se habla de los conflictos que cada individuo enfrenta y que por cierto son completamente distintos a los de otras personas.
Eso quiere decir que cada uno de nosotros enfrenta diversos conflictos, diferentes luchas y disntintas batallas que tenemos que pelear. A nuestra vida llegan situaciones, circunstancias, momentos en los que necesitamos pelear y para ello requerimos consejos, recomendaciones y sugerencias de personas experimentadas.
Se trata de entender que debemos reconocer que somos incapaces, de tener la humildad suficiente para admitir que no podemos con los grandes retos que la vida nos allega y por ello buscamos o debemos buscar la guianza de una orientación que nos permita enfrentar nuestros problemas.
El desafío que hoy meditamos tiene una claramente una connotación bélica, es decir esta construido para considerar que una guerra se gana con consejos y no necesariamente se logra con fuerza. Las batallas del pueblo de Israel tuvieron generalmente esta verdad como base. Por ejemplo Gedeón enfrentó un ejército enorme con un puñado de hombres.
Se trata de hacernos ver que los grandes conflcitos personales no nos deben intimidar, ni tampoco nos deben desalentar, lo que debemos de hacer es llenarnos de sabiduría, ciencia y muchos consejeros para ganar las batallas que a diario teneos que enfrentar en este mundo lleno de dificultades.
30 desafíos éticos dichos por los sabios
El desafío de buscar consejos
A. Para ser sabios
B. Para ser entendidos
C. Para enfrentar adversidades
D. Para triunfar
Hay en este desafío una verdad que los proverbistas quieren que asimilemos: la inteligencia derrota a la fuerza. Que si bien la fortaleza puede obtener grandes logros, sin ingenio, sagacidad o astucia puede resultar insuficiente a la hora de enfrentar retos o dilemas en los que se necesite algo más que pujanza.
De allí la necesidad de acercarse a personas que con probada experiencia nos pueden auxiliar a tomar las mejores decisiones en asuntos que son delicados y sustanciales para nuestra existencia.
A. Para se sabios
La idea esencial del libro de los Proverbios es lograr que las personas que se acercan a ese volumen de la Biblia puedan ser sabios o alcancen la sabiduría. La sabiduría de la que habla la Escritura es una capacidad que hombres y mujeres puden desarrollar si aceptan entre otras cosas el consejo de gente con experiencia de la vida.
La sabiduría dota a las personas de los recursos necesarios para enfrentar sus dificultades y problemas que para muchos parecen invencibles o sumamente grandes porque les da la capacidad o pericia para hacerles frente. En muchas ocasiones los problemas son sumamente complejos y requieren paciencia para resolverlos.
La palabra sabio que utiliza en el verso cinco el texto que reflexionamos procede del vocablo hebreo “chakam” que se traduce como “hábil en el trabajo” y se utiliza para referirse a los artífices, artesanos y orfebres que participaron en la confección tanto del tabernáculo como del ropaje de los sacerdotes en el Éxodo.
Es una expresión rica en significados porque en el Antiguo Testamento también denota a “administradores diestros” como José cuando enfrentó el problema de la hambruna en Egipto y en otras ocasiones se utiliza o vierte como “astuto” o “prudente”.
Eso quiere decir que una persona sabia es hábil, con pericia o astuta y por ello resulta mejor que una persona que tiene mucha fuerza y eso resulta de escuchar consejos, de aprender de lo que otros han experimentado y sobre todo del temor al Señor que es el principio de la sabiduría.
B. Para se entendidos
Dice el verso cinco de nuestro pasaje en estudio “el hombre docto es de pujante vigor”. La palabra docto que utiliza la versión Reina Valera 1960 en este pasaje procede de la raíz hebrea “daath” que se traduce como entendido y en otras ocasiones como una persona con discernimiento.
Una persona con discernimiento es aquella capaz de “esculcar” o “registrar” con cuidado y detenimiento para encontrar algo que está oculto en un recipiente y detectarlo. Al referirse a la vida, se trata de una capacidad que nos ayuda a encontrar lo que hay detrás de un ofrecimiento o una persona.
Esta clase de personas es calificada como alguien que tiene “pujante vigor”. Algunas traduce la expresión como poder y es muy adecuado porque alguien que puede distinguir la falso de lo verdadaro y esa esa una virtud que nace justamente de observar detenidamente, de oír a otros o seguir consejos.
C. Para enfrentar adversidades
La primera parte del verso seis dice con toda claridad lo siguiente: “Con ingenio harás la guerra.” La palabra ingenio no aparece en los texto originales. Lo que aparece es en realidad “consejos sabios” o “buenos planes”. Y también la palabra guerra va acaompañada de la palabra “tu” con lo que la frase se traduce así: “tu guerra”.
Eso quiere decir que nuestras batallas las podemos enfrentar con buenos planes o con consejos sabios y es justamente lo que los sabios de Israel plantean ante nosotros que nos acerquemos a todos aquellos que nos pueden dar una orientación, que busquemos de la experiencia de otros a fin de tener “diferentes opiones” sobre una adversidad.
Quedarnos con nuestra única y exclusiva opinión no nos ayudará mucho porque nuestra visión es limitada. Somos sumamente incompetentes cuando tenemos un problema porque generalmente nos ahoga y nos incapacita para mirar más allá. De hecho, en ocasiones, la dificultad nos inunda.
Y allí es donde necesitamos a quienes han pasado por esa misma circunstancia para que nos den una orientación. En esos momentos es justamente cuando necesitamos recopilar, juntar y reunir el mayor número de saberes de todo tipo para afrontar la batalla que estamos librando.
Los sabios de Israel valoran grandemente los consejos que podemos obtener porque solo de esa manera podremos tener una compactada cantidad de opiniones y visiones sobre un asunto lo que nos permitirá diseccionar un buen plan o una sabia estrategia para resolver el dilema que tenemos.
D. Para triunfar
El verso seis de nuestro pasaje en estudio concluye así: “y en la multitud de consejeros está la victoria.”
En sentido contrario perderemos todas nuestras batallas si no consultamos a nadie, si no pedimos la opinión de gente experimentada. La derrota viene, entonces, de no saber escuchar lo que nos pueden decir quienes han vivido más que nosotros o quienes tienen la pericia sobre determinados asuntos.