La Biblia dice en Proverbios 22:26-27

No seas de aquellos que se comprometen, ni de los que salen por fiadores de deudas. 27 Si no tuvieres para pagar, ¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?

Introducción

El libro de Proverbios fue escrito para quitarnos o deshacernos de la necedad e insensatez con que nacemos todos. Salomón y los sabios que le dieron cuerpo a este libro de sabiduría tenían mucha claridad sobre los grandes tropiezos de los seres humanos en su caminar en esta tierra. La conducta de las personas debe revisarse continuamente para bien vivir.

Cuando los compiladores del libro de Proverbios concentraron los dichos por los sabios existía ya la figura del aval y fiador. De hecho hay al menos cuatro pasajes en lo que se les pide a los hebreos tener muchísimo cuidado con la petición de amigos y familiares de compartir con ellos deudas u obligaciones económicas o responsabilidades financieras.

El desafío que hoy meditaremos versa sobre la advertencia de los sabios de no comprometerse con los acreedores de otros por más conocidos que sean de nosotros, a no ser que tengamos los recursos suficientes para pagar las obligaciones de ellos en caso de que caigan en insolvencia.

La figura del fiador nace justamente de la confianza que tiene de quien contrata un crédito y que en base a esa confianza se compromete a pagar en caso de que su amigo o familiar no lo haga. La advertencia a la que nos llevan los sabios es que eso no debe hacerse para evitar la perdida de la tranquilidad.

El tema nos lleva a reflexionar necesariamente en el tema de la confianza excesiva en la que podemos caer y que luego puede ser sumamente perjudicial para nosotros, particularmente en el rubro de nuestro patrimonio que se puede ver gravemente afectado solo por no haber puesto atención sobre quien avalabamos.

Todos en algún momento hemos recibido la petición de salir por fiador de alguien, mientras sean montos pequeños que podamos pagar, si bien nos causará molestia y enfado, pero podremos zanjarlos, sin embargo con cantidades más grandes podemos ocasionarnos problemas difíciles de resolver.

Justamente así aquí se dirigen los sabios. A que podamos tener la capacidad de decir no a quien nos pide endeudarnos juntamente con él.

En los pasajes que encontramos sobre el aval o fiador descubrimos que generalmente se sale como deudores solidarios con nuestros amigos. Y justamente allí reside el gran dilema de este asunto por la dificultad para decirle a nuestros amigos o seres queridos que sencillamente no podemos auxiliarlos.

Treinta desafíos éticos dichos por los sabios

El desafío de evitar la confianza excesiva
A. Para no ser fiador de nadie
B. Para no perder la tranquilidad

Hay cuatro pasajes que piden que las personas tengan excesivo cuidado cuando se trata de salir como fiador.

Proverbios 6:1-5

Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, si has empeñado tu palabra a un extraño, 2 Te has enlazado con las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios. 3 Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo; ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo. 4 No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento; 5 Escápate como gacela de la mano del cazador, y como ave de la mano del que arma lazo.

Proverbios 11:15

Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño; mas el que aborreciere las fianzas vivirá seguro.

Proverbios 17:18

El hombre falto de entendimiento presta fianzas, y sale por fiador en presencia de su amigo.

Proverbios 27:13

Quítale su ropa al que salió fiador por el extraño; y al que fía a la extraña, tómale prenda.

Antes de iniciar con el tema bíblico propiamente es muy pertinente hacer un muy pequeño repaso sobre la diferencia que existe entre una persona que es aval y otra que es fiadora. Un aval es en realidad un deudor solidario, es decir alguien que en cuanto la persona que solicito el préstamo no liquide de inmediato le cobrarán al aval.

El aval firma letras de cambio y pagares regulados por el Derecho Mercantil.

Un fiador es una persona que si bien también compromete el pago de quien sale por fiador, sin embargo al primero que le cobran es al deudor y una vez que éste no puede hacerlo, entonces las baterías se dirigen contra quien fue su fiador. No firma letras de cambio ni pagares y su función se regula por el Derecho Civil.

A. Para no ser fiador de nadie

El verso veintiséis de nuestro pasaje en estudio dice de la siguiente forma:

No seas de aquellos que se comprometen, ni de los que salen por fiadores de deudas.

La recomendación que los sabios dan a todos es que a la hora de salir como fiador o aval de alguna persona debemos tener mucho cuidado y si no sabemos decir no a nuestros conocidos, amigos o familiares lo aprendamos para evitarnos problemas o ahorrarnos dolores de cabeza.

La razón de dicha advertencia radica en que hay muchos casos conocidos y a veces en experiencia propia del resultado que da apoyar a alguien para endeudarse y luego de un tiempo deja de pagar su deuda y entonces el adeudo pasa directamente a quien fungió como su deudor solidario.

La intención de los sabios que escribieron estos proverbios es llevarnos a considerar lo terriblemente que resulta el exceso de confianza porque al ayudar a una persona suponemos que lo conocemos suficientemente, pero en realidad, por casos que han terminado mal, generalmente es difícil conocer perfectamente a alguien.

Pero, además, la persona puede caer en insolvencia económica porque ya sea que pierda el trabajo o que su negocio caiga, enferme y deje de laborar o muera y a pesar de muerto la deuda continue con la empresa, banco, institución o persona y el aval tenga que pagar de manera irremediable.

Los proverbios que leímos al inicio de nuestro estudio nos dicen con claridad que quien sale como aval sufrirá ansiedad y perderá su patrimonio, además de ser definido como una persona insensata, incapaz de usar el sentido común para proteger su calma y su tranquilidad y dejarla en mano de quienes no la volorarán.

B. Para no perder la tranquilidad

El verso veintisiete dice de la siguiente manera:

Si no tuvieres para pagar, ¿Por qué han de quitar tu cama de debajo de ti?

Nada tiene más valor en esta vida que la tranquilidad. Los hombres debemos valorar grandemente el hecho de vivir en paz y calma. El peor enemigo de ese estado emocional son las deudas, pero todavía hay algo peor que nuestras eso y es que sean deudas ajenas, esas como nos aniquilan emocionalmente.

Los sabios dicen que se puede salir de aval si se tiene dinero. Se perderá, pero se tiene para pagar la insolvencia de otro. Pero si no se tiene con qué saldar deudas ajenas, entonces será mejor abstenerse. De lo contrario se vivirá en una angustia permanente que puede llevarnos hasta la depresión.

La figura retórica que usan al decir ¿Por qué han de quitar tu cama debajo de ti? Nos lleva a pensar la gravedad que resulta de firmar un pago que no usamos solo por no haber podido decir no. La cama en este pasaje tiene la relación con el descanso que se pierde por haber salido de aval de otra persona.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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