La Biblia dice en Proverbios 23:6-8
No comas pan con el avaro, ni codicies sus manjares; 7 Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; mas su corazón no está contigo. 8 Vomitarás la parte que comiste, y perderás tus suaves palabras.
Introducción
Para comprender que desafío tenemos ante nosotros dicho por los sabios es necesario comprender el sentido de la palabra “avaro”. En primer lugar debo decirles que esa expresión se traduce en diversas versiones como tacaño, glotón, hombre interesado, egoísta, avaro, envidioso y ojo maligno. Sobre sale la expresión tacaño.
La versión de la Biblia hebrea la traduce como ojo maligno y esa es la traducción más exacta. Sin embargo esta afirmación nos lleva a preguntarnos por qué entonces todas las versiones de la Biblia la traducen ya sea como avaro o tacaño o en algunos casos como envidia. La razón radica en cómo se ha interpretado la expresión ojo maligno.
Para comprender esta expresión es indispensable tomar en consideración que los hebreos utilizan el término “ayin” en dos sentidos: 1. Como ojo del malo y 2. Ojo malo. Son expresiones que parecen idénticas, pero son distintas totalmente. Dichas frases han dado pie a pensar que el existe el mal de ojo, pero esa es una aseveración extra bíblica.
La frase “ojo del malo” apunta a la envidia. Así se traduce cuando el mandamiento diez dice “no codiciarás” que en realidad debía de traducirse como “no envidiarás”. El ojo malo es parecido exactamente a la lengua maligna, es decir la lengua del malo que provoca grandes males y que de igual modo el ojo del malo puede ser muy dañino como fue el caso de Coré.
En cambio la frase “ojo malo” tiene otra connotación. Se refiere a la capacidad de poder ser generoso. Los hebreos estaban llamados a ofrendar un parte de su cosecha en Pentecostés sin que hubiera un cantidad exacta o marcada por la Torá hebrea, entonces tenían que dar de acuerdo a su voluntad.
Cuando una persona era generosa, espléndida y de gran corazón daba abundantemente y entonces se decía que tenía buen ojo. Justo en sentido contrario una persona avara, tacaña o coda como decimos en México es una persona que tiene un mal ojo, es decir, es incapaz de hacer más por los demás, aunque tenga para hacerlo.
Esa es la razón por la que las diversas versiones opten por una u otra palabra. Claro que usted podrá decirme, por qué la Reina Valera 1960 traduce como avaro o tacaño, la respuesta es sencilla: el contexto de la palabra sirve para señalar que está hablando de un avaro.
Pero el avaro y el envidioso tienen algo en común: son personas muy insatisfechas. Les cae la envidia como losa porque al ver a otros piensan que ellos no tienen eso y se vuelven inmensamente infelices y cuando tienen quieren más y más y se vuelven avaros porque nada, absolutamente nada, los llena.
30 desafíos éticos dichos por los sabios
El desafío de evitar las personas insatisfechas
A. Porque difícilmente cambian
B. Porque son hipócritas
C. Porque son dañinos
D. Porque te pueden amargar
Los sabios de Israel nos piden que no tengamos lazos muy estrechos con los iracundos y ahora nos dice que evitemos “sentarnos” a la mesa con los insatisfechos porque son avaros o envidiosos a gran escala. Es interesante notar la diferencia entre las frases “cuando te sientes a comer con un señor” y “no comas pan con el avaro”.
La persona insatisfecha vive inconforme. Su vida está en la frontera entre la insatisfacción y la amargura. De no tener cuidado puede profundizar la falta de contentamiento con lo que tiene y caer en ese deplorable estado donde todo se crítica, donde todos culpables de su infelicidad y tener momentos de ira y maledicencia.
Los sabios nos piden que tengamos cuidado con esta clase de personas por las siguientes razones:
A. Porque difícilmente cambian
En la primera parte el verso siete dice de la siguiente manera:
Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él.
Los envidiosos y avaros o los insatisfechos cruzan una frontera de la que es difícil retornar porque su personalidad se deforma y aunque se dan cuenta de que su condición moral y espiritual no son las correctas han decidido vivir de esa manera, encarcelados en sus las ideas que gobiernan su mente.
Los insatisfechos descuidan lo que permiten ingresar a su mente y luego anidar en su corazón. Hay dos palabras que usa el proverbista para hablarnos del proceso por el que se llega a esta condición y una vez instalados en ese sitio lo complicado y difícil que resulta salir de allí.
El avaro no puede dar porque ha perdido la capacidad de ayudar a su semejante. El tacaño está imposibilitado para desprenderse de lo que tiene y apoyar al necesitado. Tiene el alma lisiada y cuando se trata de hacer algo por quien no tiene o padece necesidad, no por falta de esfuerzo, cierra de inmediato su corazón.
El insatisfecho es así porque eso ha dejado entrar en su pensamiento y lo ha procesado de tal manera que lo ha depositado en su corazón. Mente o pensamiento quiere decir lo que dejamos pasar en nuestro entendimiento y corazón lo que la persona es.
B. Porque son hipócritas
La segunda parte del verso siete dice de la siguiente forma:
Come y bebe, te dirá; más su corazón no está contigo.
La persona insatisfecha no es sincera y no es sincera porque la insatisfacción no le permite disfrutar nada. Como es envidioso y avaro, al invitar a una persona a comer, lo hace solo de dientes para afuera porque en realidad no quisiera darle nada a nadie con tal de quedárselo él mismo.
Esta clase de personas no es leal. La lealtad que conocen es solo la que practican para sí mismos porque la envidia los consume y la avaricia los atrapa y a pesar que en muchas ocasiones saben lo que están viviendo, prefieren vivir de esa manera antes que hacer una sustancial modificación a su vida.
C. Porque son muy dañinos
La primera parte del verso ocho dice de la siguiente forma:
Vomitarás la parte que comiste.
Evidentemente los proverbistas que recopilaron estas sentencias está usando de manera figurada la expresión “vomitarás” para llamar nuestra atención que de igual manera como un alimento nos puede hacer daño, de esa misma manera nuestro trato con los insatisfechos nos puede acarrear grandes males.
Una persona insatisfecha daña, mortifica hace sufrir y nunca vive una alegría completa que le haga salir de su ensombrecida vida. Le gusta criticar todo, es muy dado a juzgar a los demás y sobre todo es una persona que quiere guardarse todo para sí y le fastidia grandemente el éxito de los demás.
Son capaces de preferir que algo se eche a perder que donarlo o regalarlo. Son capaces también expulsar su veneno para denigrar el triunfo de los demás. Para ellos no vale nada que la persona haya trabajado o puesto su mejor empeño, como tienen tanta envidia lo descalifican sin más o sin saber nada
Es una frase de alerta para saber lo nocivos que son.
D. Porque te pueden amargar
La recomendación de tener cuidado con esta clase de personas el verso que hoy meditamos dice así:
Perderás tus suaves palabras.
Cuando nos juntamos con esta clase de personas que viven en la insatisfacción corremos el riesgo de volvernos como ellas. El dicho mexicano que dice que el que con lobos anda a aullar se enseña es más que apropiado para entender que cuando tenemos una estrecha relación con este tipo de personas terminamos pensando y actuando igual que ellos.
Esa es la razón por la que el proverbista dice que perderemos nuestras suaves palabras, es decir, tendremos un trato áspero y hasta grosero con las personas que nos rodean porque asumiremos la misma actitud de los insatisfechos.