La Biblia dic en Proverbios 23:4-5
No te afanes por hacerte rico; sé prudente, y desiste. 5 ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo.
Introducción
Pablo es categórico cuando dice que la raíz de todos los males es el amor al dinero como una de las grandes razones por las que en este mundo hay tanta maldad, encono, violencia y todo aquello que convierte al hombre en el lobo del hombre como solía decir Thomas Hobs en su famosa obra “El Leviatán”, piedra de toque de la ciencia política.
El dinero juega un papel central en la vida del hombre. La acumulación de bienes, la ambición por poseer cada vez más y sobre todo la imposibildad de frenar el insano deseo de buscar cada vez más y más tesoros hacen que las personas pierdan el sentido de la vida y se adentren a la codicia y avaricia tan destructiva para quien vive para hacer dinero.
Conscientes que los hombres y mujeres pueden caer en este doloroso error, los sabios de Israel nos lazan un desafío para no caer en la equivocación de pensar que esta vida solo tiene razón de ser si se vive para hacer dinero, cuando en realidad las riquezas en lugar de darles mejores condiciones de vida, los termina destruyendo.
En la Escritura encontramos hombres acaudalados que tuvieron mucho dinero, el propio Salomón fue uno de ellos, pero podemos hablar de Abraham, Jacob, Job y muchos más que tuvieron muchas riquezas y ello ha confundido a muchos respecto si las personas deben buscar imitar en la búsqueda de bienes a estos hombres.
Por esta razón vemos y oímos a muchos hablando sobre la necesidad de tener más y más, sin reparar que hay mucha literatura de sabiduría que hace un llamado a no buscar acumular bienes. Entonces, ¿por qué hay hombre ricos en la Biblia? La razón es para hacernos ver como usaron sus recursos.
Los sabios de Israel nos alertan del peligro de dedicarnos en esta vida exclusivamente a hacer dinero. Se trata de una advertencia que puede ahorrarnos muchísimas horas de dolor y sufrimiento porque contrario a lo que se piensa el dinero puede transformar nuestra vida, pero para mal.
30 desafíos éticos dichos por los sabios
El desafío de la austeridad
A. Para evitar el afán de buscar las riquezas
B. Para desistir por prudencia
C. Para no poner los ojos en lo que no tiene valor
La Biblia habla mucho de las riquezas. La mayoría de ellas advierte del grave peligro que hay en ellas. Los rabinos hebreos suele explicar de esta forma la historia de Noemí y Elimelec, el matrimonio que salió de Belén cuando hubo una hambruna devastadora: en realidad ellos no salieron para proteger su vida, sino su dinero.
Elimelec era una acaudalado que quiso proteger su riqueza saliendo de su país, sin saber que solo salió para perder la vida y junto con él sus hijos. Noemí regresó a su patria empobrecida, pero la gracia de Dios le permitió salir de esa situación, luego de que un hombre con recursos económicos casó con su nuera Rut y le devolvió nombre a su familia.
Podemos hablar también de Nabal, otro prominente hombre rico en Israel en tiempos de David que fue incapaz de compartir con los necesitados y finalmente murió dejando todas sus riquezas a otros. O Giezi, el ayudante de Eliseo que no pudo con su ambición y terminó lleno de lepra. Y así muchos.
Antes de comenzar con nuestro estudio debo precisar el término austeridad. La palabra significa vivir con lo necesario e indispensable o con lo que los enconomistas llaman el mínimo vital, es decir lo que se requiere para sobre llevar nuestra existencia con dignidad y decoro, pero sin ostentación ni derroche.
A. Para evitar el afán de buscar las riquezas
Las primeras seis palabra del verso tres son contundentes y categóricas:
“No te afanes por hacerte rico.”
Me gusta como traduce esta frase la versión Latinoamericana de la Biblia que dice así: “No te canses persiguiendo la riqueza” porque revela la esencia de las palabras dichas por los sabios.
Es interesante que la palabra “afan o cansancio” que utiliza aquí el proverbista tiene dos connotaciones en la raíz de la palabra que es “yaga” y que literalmente significa “ganancia”, pero también “lo que ha alcanzado”. Bajo esta perspectiva lo que los sabios de Israel nos piden es que no descuidemos lo realmente valioso o que no apostemos lo más valioso.
Quieren que entendamos que no debemos sacrificar las cosas más valiosas que hay en nuestra vida yendo tras las riquezas. Enriquecerse a costa de lo que sea es de lo más insensato que hay en esta vida porque se está entregando todo a algo que es más volatil de lo que uno puede imaginar.
B. Para desistir por prudencia
La segunda parte del verso cuatro dice de la siguiente forma: “sé prudente, y desiste”. La frase “sé prudente” que usa aquí Proverbios procede la raíz hebrea “binah” que se traduce como comprender, tener claridad de pensamiento, discernir y en ocasiones como conocer la verdad.
Lo que los sabios quieren que hagamos es que nos tomemos un tiempo para reflexionar seria y detenidamente para saber y conocer cómo se han hecho ricos quienes nos rodean y sobre todo a quienes queremos imitar, para que de esa manera podamos decidir si en realidad vale la pena emprender ese proyecto.
La fábula del rey Midas es valiosa para hacernos ver que buscar solo el dinero en esta vida no es lo más sabio que se pueda hacer. El rey Midas pidió a los dioses que todo lo que tocara se convirtiera en dinero, lo que le concedieron y feliz tocaba y tocaba todo a su alrededor, pero cuando tocó comer, sus platillos se convirtieron en oro, con lo que ya no pudo comer.
La moraleja de la fábula radica exactamente en que pensar que el dinero resuelve todo, no necesariamente es acertado y en la Biblia encontramos verdades todavía más profundas que esta fábula. La parábola del hombre rico nos ofrece una verdad necesaria de conocer para que acumular si no sabes cuando vas a salir de este mundo.
No se trata de producir seres sin ambiciones materiales, sino más bien personas responsables que desistan de convertir su vida en una existencia dedicada exclusivamente a buscar bienes materiales, sin descuidar su trabajo que es indispensable para la sobrevivencia humana.
Hay una armonía con el desafío de trabajar con dedicación y empeño. De lo que se trata este reto es vivir con austeridad sin depositar todo nuestro ser y confianza en el dinero o las riquezas por una razón que en el siguiente verso nos explicarán los propios sabios de Israel que desean que tengamos claridad con respecto a los bienes.
C. Para no poner los ojos en lo que no tiene valor
El verso cinco de nuestro estudio dice de la siguiente manera:
¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo.
Las riquezas son pasajeras, efímeras e inestables. Quienes vivieron la crisis de la Gran Depresión de 1929 en Estados Unidos se dieron cuenta de esta verdad, pero en México quienes vivimos en 1994 lo que los economistas llamaron “el error de diciembre” supimos también que de la noche a la mañana el dinero puede esfumarse.
Las riquezas son ningunas dice la versión Reina Valera 1960. Las riquezas pronto desaparecen, dice la versión de la Biblia de la Iglesia en América.
Es sumamente interesante la raíz hebrea “asah” que es de donde procede la expresión “ninguna” porque es realidad es el verbo ser. Es decir lo que los sabios de Israel están diciendo es que las riquezas no son algo personal son una creación netamente humana y por lo tanto al igual que todo lo que el hombre hace es efímero como lo es el ser humano.
Por esa razón, algunas versiones traducen esa parte del texto como “no son nada” porque en efecto las riquezas se les da una importancia que en realidad no tiene porque se piensa que con ellas se resuelve la vida, cuando en realidad eso no puede suceder jamás, quien finalmente resuelve la vida es Dios.
¿Cómo define la Biblia a las riquezas? Las define así: como alas de águila, y volarán al cielo. Las riquezas no permanecen para siempre. Tienen un principio y tienen un fin. Algunas duran un poco más que otras, pero todas, absolutamente todas, tienen fecha de caducidad.