La Biblia dice en Proverbios 8:17
“Yo amo a los que me aman, y los que me buscan, me encuentran.”
La sabiduría es el tema esencial del libro de Proverbios para adoctrinar, entrenar, enseñar, formar y educar a los hombres y las mujeres en el difícil arte del bien vivir, tomando su lugar de manera prudente y sensata en cada uno de sus roles en esta vida, como padres, hijos, hermanos, esposo, esposa, vecino, ciudadano y de esa forma vivir en paz.
Salomón, autor de los Proverbios, personifica a la sabiduría como un recurso literario para hacer más comprensible y entendible quién es, qué representa, qué ofrece y qué hereda a quienes se acercan a ella, a quienes la buscan a toda costa de tal manera que la hace cercana y aleja la equivocada idea de que es inalcanzable.
En el verso que hoy meditamos encontramos dos verdades muy valiosas sobre la sabiduría: 1. Ella ama a los que la aman y 2. Los que la buscan, la encuentran. Ambas declaraciones buscan alentar a los lectores de proverbios para deshacerse de todo lo que les impide dejar la insensatez y entregarse por completo a la sabiduría.
La idea hebrea sobre este tema es completamente distinta a la de los filósofos griegos porque no se trata de amar el conocimiento intelectual, sino más bien cultivar el intelecto y la razón a través de la revelación divina y por medio de la palabra de Dios acrecentar nuestra capacidad para tomar decisiones correctas. La sabiduría es práctica, no teoría.
Amar la sabiduría implica, entonces, entregarse a ella de manera incondicional, sin reservas para sumerginos en sus caminos muchas veces incomprensibles, e incluso hasta aparentemente ilógicos, pero siempre mejores que las veredas humanas que generalmente buscan siempre el placer momentáneo y la recompensa inmediata.
Cuando el proverbio dice que los que me buscan, me encuentran deja claramente entendido que la sabiduría no está a la mano, se tiene que hacer un esfuerzo para localizarla y la encontramos a borbotones en Dios, fuente de todo conocimiento, ciencia e inteligencia, tan necesarias en esta vida para bien vivir en la bonanza y en la adversidad.
Amar y buscar son actos que nacen de la voluntad, no de los sentimientos. En ese sentido cuando decidimos amar y buscar la sabiduría estamos tomando una decisión que sin duda tendrá contratiempos, luchas, adversarios y adversidades, pero llenará siempre la vida con tal satisfacción que su valor hará cosa menor cualquier contrariedad.