La Biblia dice en 2ª Corintios 13:5
“Examínense ustedes mismos, para ver si están firmes en la fe; pónganse a prueba. ¿No se dan cuenta de que Jesucristo está entre ustedes? ¡A menos que hayan fracasado en la prueba!
Pablo esta sumamente interesado en la vida espiritual de los corintios. La iglesia de Corinto le resultó uno de las comunidades cristianas con más conflictos internos, doctrinales e incluso espirituales y por eso les escribió dos cartas para atender su problemática y en el verso que hoy meditamos los desafió a examinarse y probarse.
En el griego la palabra examinarse procede de la raíz “peirazó” y la expresión probarse de “dokimazo”. Son ideas muy parecidas. Sin embargo la palabra “peirazó” se usa en dos sentidos: probar y tentar. En este caso Pablo la está usando para pedirle a los creyentes que se hagan una revisión para conocer el estado de su fe.
Se trata de un ejercicio genuino para saber si están firmes o su fe se ha debilitado y en consecuencia requieren fortalecer sus convicciones cristianas. Nadie sabe mejor que cada uno de nosotros la condición que guarda nuestra confianza y seguridad en Dios. Una revisión solo puede llevarse a cabo cuando la ejercemos en asuntos que la requieren.
La expresión “dokimazo” tiene el sentido también de conocer la calidad de algo o alguien en función de probarlo. Sin embargo su significado es aprobado, es decir que una vez que examinamos o probamos la calidad de nuestra fe, entonces nos encontramos aprobados delante de Dios.
Pero que era lo que Pablo quería que los corintios comprobaran. El apóstol quería convencerlos de que Cristo estaba entre ellos. Que la iglesia a la que pertenecían era resultado de la presencia de Dios y que de ningún modo debían de dudar de esa afirmación bíblica. Eso cambiaría sus perspectiva.
Esa es la razón por la que les pide que se examinen y se prueben. Es decir que revisen la salud de su fe y aprueben. Cristo está con su iglesia. Ha estado y estará siempre. Debemos recordarlo permanentemente para saber apreciar y valorar enormemente ser miembros de una congregación.
Esa es la idea que Pablo tiene cuando llama a los corintios a revisar o examinar la realidad de Cristo entre ellos. Por es les hace una pregunta porque olvidar que Cristo habita entre los hermanos de la iglesia es una de las más grandes equivocaciones que puede cometer un hijo de Dios.
La esencia de la iglesia es Cristo. Él la fundó y cuida para presentársela sin mancha y arruga, como una novia ataviada, lista para las bodas del Cordero.