La Biblia dice en Mateo 1:6

Isaí engendró al rey David, y el rey David engendró a Salomón de la que fue mujer de Urías.

Introducción

La cuarta mujer de la que nos habla el evangelio de Mateo mencionada en la geneología de Jesucristo es la que fue mujer de Urías, es decir de Betsabé, una fémina que tuvo una tropiezo escandaloso al engañar a su esposo con el rey David en uno de los pasajes más tristes de la Biblia.

La caída de David es relatada en el 2º Libro de Samuel, capítulo 11 y allí se nos ofrecen todos los detalles de la relación adúltera entre él y Betsabé. Acompáñeme a leer este capítulo de la Biblia.

Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén. 2 Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa.3 Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. 4 Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa. 5 Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta. 6 Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías heteo. Y Joab envió a Urías a David.7 Cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y por el estado de la guerra.8 Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa del rey, le fue enviado presente de la mesa real. 9 Mas Urías durmió a la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa. 10 E hicieron saber esto a David, diciendo: Urías no ha descendido a su casa. Y dijo David a Urías: ¿No has venido de camino? ¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa? 11 Y Urías respondió a David: El arca e Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa. 12 Y David dijo a Urías: Quédate aquí aún hoy, y mañana te despacharé. Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente. 13 Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa. 14 Venida la mañana, escribió David a Joab una carta, la cual envió por mano de Urías. 15 Y escribió en la carta, diciendo: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera. 16 Así fue que cuando Joab sitió la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes. 17 Y saliendo luego los de la ciudad, pelearon contra Joab, y cayeron algunos del ejército de los siervos de David; y murió también Urías heteo.18 Entonces envió Joab e hizo saber a David todos los asuntos de la guerra.19 Y mandó al mensajero, diciendo: Cuando acabes de contar al rey todos los asuntos de la guerra, 20 si el rey comenzare a enojarse, y te dijere: ¿Por qué os acercasteis demasiado a la ciudad para combatir? ¿No sabíais lo que suelen arrojar desde el muro?21 ¿Quién hirió a Abimelec hijo de Jerobaal? ¿No echó una mujer del muro un pedazo de una rueda de molino, y murió en Tebes? ¿Por qué os acercasteis tanto al muro? Entonces tú le dirás: También tu siervo Urías heteo es muerto. 22 Fue el mensajero, y llegando, contó a David todo aquello a que Joab le había enviado. 23 Y dijo el mensajero a David: Prevalecieron contra nosotros los hombres que salieron contra nosotros al campo, bien que nosotros les hicimos retroceder hasta la entrada de la puerta;24 pero los flecheros tiraron contra tus siervos desde el muro, y murieron algunos de los siervos del rey; y murió también tu siervo Urías heteo. 25 Y David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: No tengas pesar por esto, porque la espada consume, ora a uno, ora a otro; refuerza tu ataque contra la ciudad, hasta que la rindas. Y tú aliéntale.26 Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías era muerto, hizo duelo por su marido.27 Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.

Así describe Samuel lo ocurrido entre David y Betsabé. Una vergüenza nacional que fue condenada por Dios debido a que con ello los enemigos del Señor se regodearon con burlas y murmuraciones por la conducta indebida del monarca y de la mujer de Urías, como la identifica Mateo.

Su mención en la geneología de Jesucristo nos muestra la misericordia del Señor al perdonarla e incluirla como antepasada de nuestro Salvador, redimiendo sus errores y pasando por encima de su vergüenza.

Cristo nació: Somos parte de su familia

A pesar de nuestra vergüenza: Betsabé

A. Vergüenza que no se puede ocultar
B. Vergüenza que nos marca

Betsabé era una gentil, muy probablemente Hetea como su esposo. Su mención junto con Tamar, Rut y Rahab parece indicar su origen extranjero al igual que esas tres mujeres que explícitamente se les reconoce como fuereñas y sin ascendientes judíos.

Antes de comenzar nuestro estudio es importante notar que el nombre de Betsabé sufre una importante modificación del segundo libro de Samuel al primer libro de Crónicas. En el segundo libro de Samuel 11:3 ella es llamada Bath Sheba (en hebreo) y así significa: hija del juramento o hija del séptimo, hija del descanso o séptima hija.

Pero en el primer libro de Crónicas 3:5 ya no es llamada Bath Sheba, sino Bath Shua. Y en el Antiguo Testamento hay un solo personaje con el nombre de Shua. En Génesis 38:2. El significado de Bath Shua sería entonces, la hija del cananeo o cananita y consecuencia Bath Shua sería simplemente la cananea.

A. Vergüenza que no se puede ocultar

El libro de Proverbios dedica mucho espacio a hablar sobre el adulterio. Salomón es el autor de ese libro. Salomón fue hijo de Betsabé y David, conoció la historia de sus padres y muy probablemente por esa razón dedicó tanto espacio a ese tema que destruye la reputación tanto de hombres como de mujeres.

El adulterio es un hecho que trae mucha vergüenza y oprobio a quien lo comete. Es una afrenta social que tarda mucho en olvidarse o que definitivamente la carga para siempre quienes caen en ese pecado. No es casual que Salomón le dedique tanto al asunto en su libro que habla sobre las relaciones humanas.

En Proverbios 6:20-35 encontramos lo siguiente:

Guarda, hijo mío, el mandamiento de tu padre, y no dejes la enseñanza de tu madre; 21 Átalos siempre en tu corazón, enlázalos a tu cuello. 22 Te guiarán cuando andes; cuando duermas te guardarán; hablarán contigo cuando despiertes. 23 Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen, 24 Para que te guarden de la mala mujer, De la blandura de la lengua de la mujer extraña. 25 No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; 26 Porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y la mujer caza la preciosa alma del varón. 27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan? 28 ¿Andará el hombre sobre brasas Sin que sus pies se quemen? 29 Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno que la tocare. 30 No tienen en poco al ladrón si hurta Para saciar su apetito cuando tiene hambre; 31 Pero si es sorprendido, pagará siete veces; Entregará todo el haber de su casa. 32 Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe su alma el que tal hace. 33 Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta nunca será borrada. 34 Porque los celos son el furor del hombre, Y no perdonará en el día de la venganza. 35 No aceptará ningún rescate, Ni querrá perdonar, aunque multipliques los dones.

El pecado de Betsabe y David fue perdonado y ella ingresó a la genealogía de Cristo porque Dios los perdonó a ambos y les dio un hijo llamado Salomón que formó parte de la familia de Cristo.

B. Vergüenza que nos marca

Betsabé vivió en carne propia la vergüenza de haberse convertido en la esposa de David luego de un adulterio y el homicidio de su esposo Urías, que la acompañó durante su vida, pero se sobrepuso y se convirtió al Señor con todo su corazón al Creador, lo que nos hace ver que una vida piadosa hace posible mitigar los daños del pecado.

El arrepentimiento en nuestra vida hace que Dios olvidé nuestra maldad. La conversión genuina al Dios del cielo hace que la redención llegué a nuestra vida. Se trata de cambiar de actitud, de vivir de acuerdo a las demandas que Dios exige con todo nuestro corazón y no volver a cometer las iniquidades que le desagradan.

Betsabé se unió a David y nunca más volvió a dejarse llevar por la maldad que todos tenemos en nuestra naturaleza caída.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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