La Biblia dice en Salmos 87:7

“Y los que cantan y los que bailan, dicen: Mi hogar está en ti”.

La mayoría de las versiones en lugar de la frase “mi hogar esta en ti” traducen esa expresión como “todas mis fuentes están en ti”. La palabra fuente procede de una raíz hebrea que significa manantial o lugar donde brota agua, tal vez por esa razón la versión Dios Habla Hoy traduce como hogar la palabra fuente.

Todos los pueblos de todas las naciones se asentaron donde encontraron agua o manantiales de agua o fuentes y por eso la traducción hogar. El salmista se está refiriendo a Jerusalén, la ciudad de Dios, el lugar sagrado ya no solo de los judíos, sino también de los musulmanes y cristianos. Allí está la fuente, el hogar de los israelitas.

Para los hebreos el monte de Sion constituye la morada de Dios, el lugar de su presencia, su residencia o su estancia y por eso le cantan con todo el corazón. El verso que hoy meditamos la coloca como el origen de toda alegría. Pero por qué los que cantan y bailan dicen eso.

La razón estriba en que a lo largo de los siglos ha sido asediada, dos veces destruida, atacada y hasta objetivo de misiles de gran alcance y allí se mantiene. Se ha reconstruido en dos ocasiones. Su templo dos veces y está a la espera para una tercera reedificación. Eso y otros datos históricos la convierten en una singular ciudad.

Jerusalén es un recordatorio para todos. Para los judíos porque allí está su lugar santo y para nosotros los gentiles que hemos creído en Cristo Jesús nos recuerda que allí fue crucificado nuestro bendito Salvador, pero también allí resucitó para darnos vida y vida en abundancia.

Claro que nuestro manantial está allí, aunque esperamos la Nueva Jerusalén, sin embargo allí nace todo, allí comenzó la grata historia como dice el himno y por eso es el motivo de nuestra alegría. Aunque no veneramos la ciudad, si la reconocemos como parte fundamental de la historia de la redención.

Nuestra fuente, nuestro hogar y nuestro manantial está en el lugar de la presencia de Dios. Ese es el sentido de este verso. Que nuestro hogar esta donde esté Dios. Se trata de hacer nuestra habitación donde está Dios o más bien hacer de Dios nuestra habitación, nuestra casa, nuestro hogar feliz.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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