La Biblia dice en Oseas 13: 5

Yo te conocí en el desierto, en tierra seca.

Los judíos estuvieron en el desierto cuarenta años. El trayecto de Egipto que pudo haberse hecho en un tiempo muy reducido se prolongó por cuatro décadas debido a la rebelión del pueblo hebreo. En ese lugar el pueblo de Dios fue probado y la generación que salió quedó postrada allí y sus hijos fueron los que entraron a la tierra prometida. 

El profeta Oseas recuerda ese evento con este corto verso para hablarle a sus compatriotas y recordarles que Dios los conoce perfectamente porque por ocho lustros supo de su conducta. De hecho en ese tiempo el propio libro de Números declara que tentaron a Dios en diez ocasiones. 

A continuación las diez veces que tentaron a Dios.

1. Al llegar junto al Mar Rojo donde se quejaron ante Moisés. Éxodo 14: 11. Cuando cuestionaron a Moisés diciendo: “¿No había sepulcros en Egipto que nos has sacado para que muramos en el desierto?

2. Después de haber atravesado el Mar Rojo  volvieron hablar de Dios, según interpretan los hebreos el salmo 106: 7.

3. Al llegar a Mara donde no pudieron beber el agua porque estaba amarga, de acuerdo a Éxodo 15: 24.  

4. Al llegar a Refidim  donde tampoco hallaron agua, según leemos en Éxodo 17: 1 altercaron con Moisés cuando vieron que tampoco había agua.

5. Cuando Dios les ordenó que dejaran el maná hasta el día siguiente, pero algunos lo hicieron como se narra en Éxodo 16: 19-20.

6. De nueva cuenta a causa del maná, cuando algunos individuos salieron a recoger maná en el día de descanso, a pesar de que se había prohibido. Éxodo 16: 27.  

7. Cuando pidieron de comer quejándose amargamente diciendo que mejor hubiera sido morir en Egipto, recordando y anhelando las ollas de carne. Éxodo 16:3.

8. En Números 11: 4 encontramos una queja distinta por la carne y que se contabiliza como una segunda exigencia de comer ese tipo de alimento. 

9. El pecado del Becerro de Oro. Éxodo 32

10. El pecado de los espías Números 14. 

El profeta Oseas quería que sus compatriotas comprendieran que Dios sabe todas las cosas y sabía de la obstinación de su pueblo y el resultado de esa conducta. Quería que cambiaran la rebelión por obediencia y dejaran a un lado su desobediencia a fin de que Dios los salvara de sus enemigos. 

Dios desea que lo busquemos con el corazón y no ser ingratos. No olvidar fácilmente sus beneficios, sino al contrario vivir recordando constantemente todo lo que ha hecho por cada uno de nosotros. 

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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