La Biblia dice en Cantares 1:2
“¡Dame un beso de tus labios!”
El libro que le canta al amor de pareja en la Biblia comienza con la petición de la esposa pidiéndole a su consorte que le de un beso. El poema de amor más sublime inicia con algo que todos pueden hacer: besar. No es casual, ni tampoco accidental que el autor de este poema al amor de la literatura hebrea comience de esa manera.
Es el primer testimonio escrito que nos lleva a concluir que hace tres mil años los hombres y mujeres se besaban. ¿Qué tan antiguo puede ser el beso? Me atrevo a sugerir que es tan vetusto como vetusto es el hombre sobre la tierra. Muy probablemente Adán y Eva comenzaron su relación con un beso en el huerto del Edén.
Desde hace mucho tiempo encontramos libros, canciones y pinturas que retratan parejas besándose. México ha aportado a esta cultura la canción de Consuelo Velásquez “Bésame mucho”, interpretada por los más renombrados cantantes del orbe. En la pintura Gustav Klimt ha plasmado este placer que los hombres y mujeres tiene con sus labios. En la literatura hay muchos libros que llevan el título de beso.
El libro del Cantar de los cantares arranca justamente con esta actividad lúdica que los seres humanos se han dado. Su significado es sencillo. En la vida de pareja el beso constituye la forma más delicada de relacionarse entre los cónyuges porque los labios concentran los nervios más sensibles que tiene el cuerpo humano.
Justamente los estudiosos del cuerpo humano señalan que al contacto con otros labios, las personas segregan sustancias químicas que les preparan para tener relaciones sexuales.
Cito aquí un estudio al respecto:
“Los labios son el ingrediente principal del plato ya que son órganos erógenos con miles de terminaciones nerviosas y al juntarse con otros provocan una explosión de sensaciones en el cerebro. Tienen 100 veces más sensibilidad que los dedos e incluso la corteza somatosensorial de nuestro cerebro responsable de registrar las sensaciones otorga más espacio a los labios que a los genitales.”
El libro de Cantares se les regalaba a los jóvenes que se casaban entre los judíos para que disfrutaran de su relación matrimonial. El beso forma parte fundamental en la vida de pareja. No es, de ningún modo, una coincidencia que Salomón comience este libro dedicado al amor de pareja con un beso.