La Biblia dice en Génesis 8:15-22

Entonces habló Dios a Noé, diciendo: 16Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. 17Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra. 18 Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él. 19Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca. 20Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. 21Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho. 22Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.

Introducción

Una vez que se secó la tierra, Dios le dijo a Noé que saliera del arca con toda su familia y tamibén para que sacara a todos los animales que habían ingresado al arca para que comenzaran a repoblar la tierra que en esos momentos se encontraba vacía ya que no había ni animales ni seres humanos.

El diluvio había concluido totalmente y Dios entonces hizo compromisos con Noé, quien obedeciendo la orden del Creador salió y edificó un altar donde ofreció holocaustos al Señor para agradecer los cuidados que tuvo para con él y todos los que estuvieron por casi un año en el arca.

Dios se agradó de los sacrificios de Noé y dice la palabra de Dios que percibió olor grato a la ofrenda de Noé porque la presentó con todo su corazón, porque vio en ella un sacrificio sincero y sin hipocresía. Noé no le reclamó el largo encierro y al contrario le expresó su temor reverente con una ofrenda.

Noé comprendió la magnitud de los acontecimientos que vivió y por eso optó por una actitud agredecida y temorosa ante el Creador.

Ante esa actitud, el Señor asumió compromisos que ha cumplido hasta nuestros días en los que hemos rebasado grandemente lo que los hombres de la generación hicieron para merecer la destrucción de toda la humanidad.

El diluvio: Una dolorosa solución ante la maldad humana
El compromiso divino
A. Repoblar la tierra
B. Ante el altar de Noé
C. Para no volver a destruir la tierra
D. Para sustentar la creación

A. Repoblar la tierra

Del verso quince al verso diecisiete encontramos la instrucción que Dios le entregó a Noé para que de nueva cuenta volviera a poblar la tierra.

Entonces habló Dios a Noé, diciendo: 16Sal del arca tú, y tu mujer, y tus hijos, y las mujeres de tus hijos contigo. 17Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra.

La tierra había quedado sin ninguna clase de ser vivo luego del diluvio y era necesario volver a poblarla. Entonces Dios le indicó a Noé que debía llenar la tierra de nueva cuenta. Los animales habrían de hacer exactamente lo mismo y tanto Noé como ellos cumplieron y la tierra se llenó de nueva cuenta.

Dios volvió a henchir la tierra y hoy después de varios siglos somos cerca de ocho mil millones de personas las que habitamos en este planeta y los animales también, sin embargo la corrupción humana ha provocado que algunas especies que salieron del arca se encuentren en peligro de extinción.

B. Ante el altar de Noé

Noé construyó un altar luego de salir del arca y ofreció a Dios sacrificios adoración por haber sido salvado junto con su familia.

Del verso dieciocho al veinte encontramos lo siguiente:

Entonces salió Noé, y sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos con él. 19Todos los animales, y todo reptil y toda ave, todo lo que se mueve sobre la tierra según sus especies, salieron del arca. 20Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar.

Noé había entendido perfectamente que sin la intervención divina hubiera sido imposible sobrevivir el casi año que pasó en el arca. Su subsistencia se debió en gran medida a la mano poderosa de Dios, eso sin contar que logró escapar del diluvio única y exclusivamente por la gracia del Señor.

Y edificó un altar donde presentó un animal limpio y una ave limpia para honrar y agradecer al Creador sus favores infinitos, en lo que es el primer altar que menciona el Antiguo Testamento y que se convirtió a partir de ese momento en la señal y actitud de los justos.
Después de Noé, Abraham, Jacob e Isaac edificaron también altares antes de que Dios le ordenara en el desierto a los judíos construir el tabernáculo y posteriormente el templo de Jerusalén.

C. Para no volver a destruir la tierra

El verso veintiuno dice de la siguiente manera:

Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.

Dios percibió la ofrenda como olor grato y asumió un compromiso: no volver a maldecir la tierra por causa del hombre, pero la razón no fue porque el hombre entendería lo sucedido en el diluvio, sino más bien porque los seres humanos fueron infectados con el pecado que hace que desde su juventud se alejen del Señor y se incline a lo malo.

Dios dijo que no volvería a destruir todo ser viviente. Que lo sucedido con el diluvio no se volvería a repetir lo que ha cumplido hasta nuestros días porque a pesar de la creciente maldad cada vez más notoria en todo el mundo, él ha permanecido fiel a su compromiso hecho ante Noé.

D. Para sustentar su creación

El verso veintidós de nuestro estudio dice de la siguiente manera:

Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.

Dios se comprometió también a sustentar a la creación y desde ese tiempo la tierra ha producido fruto que el hombre ha cosechado de manera constante y ni qué decir del frío y el calor que se han mantenido para equilibrar la creación junto con el día y la noche que sirven para orientar la existencia humana.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

Deja tu comentario