La Biblia dice en Proverbios 19:2
No es bueno el afán sin reflexión; las muchas prisas provocan errores.
La versión hebrea traduce este verso de la siguiente forma: “Que el alma esté sin conocimientos no es bueno; y el que se apresura con sus pies peca.” En el texto original así aparece. Otras versiones agregan la palabra “afán” debido a que en la segunda parte del verso se habla de la prisa o apuración.
Lo que en realidad está uniendo el proverbista en este verso son los conocimientos y los errores. Es decir, la única manera de no cometer errores en la vida es teniendo conocimiento, sin embargo, aún teniendo conocimiento uno puede cometer yerros si se conduce con prisa.
La palabra conocimiento que usa el proverbista en este verso procede de la raíz hebrea “daath” que se traduce como preocupación, saber, conocimiento, premeditación, habilidad y verdad. En el contexto de este verso Salomón la expresión la está utilizando en sentido de habilidad o capacidades sobre determinados temas o diversos asuntos.
El alma, entendiendo este termino como el asiento del entendimiento y la inteligencia o la esencial del ser, no puede ni debe estar sin conocimiento. El ser humano tiene la capacidad de aprender y debe utilizarla. La ignorancia es un estado antinatural. Cuando Dios creó a Adán le dio capacidad de pensar y por ello le puso nombre a todos los animales en el Edén.
Una alma o un ser humano sin conocimientos no es bueno. Adquirir habilidades, capacidades saberes o conocimientos es entonces un imperativo para todas las personas. Aprender de algún tema, materia, oficio o profesión es entonces una obligación para todos los seres humanos.
Sin embargo, al adquirlos debemos tener cuidado con los apresuramientos o con tratar de hacer las cosas con rápidez. Por más conocimiento que se tenga, por más habilidad que el hombre llegue a tener, si hace las cosas rápido todo le saldrá mal porque las prisas siempre son traicioneras.
Salomón nos aconseja que seamos precavidos, que nos tomemos el tiempo que sea razonable para tomar una determinación, que no vayamos por el mundo corriendo porque eso nos hará caer en errores, nos hará tropezar y sobre todo nos hará fracasar en los planes y proyectos que tenemos para nuestras vidas.