La Biblia dice en Eclesiastés 7: 15-18
15 Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días. 16 No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte? 17 No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo? 18 Bueno es que tomes esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo.
Introducción
En solo tres versículos con ejemplos muy claros y desencarnados, Salomón nos ofrece o nos presenta un tema que ha sido quizá la causa más constante de las grandes calamidades de la humanidad: me refiero al radicalismo religioso que de no frenarse puede llevar y ha llevado a muchos hombres al fundamentalismo primo-hermano de la violencia.
Los radicales y fundamentalistas le han hecho y le hacen tanto daño a la fe en cualquier expresión. La historia nos enseña los resultados de todos aquellos hombre que convirtieron su fe en una verdad absoluta, que no tiene nada malo, pero cuando se piensa que es la única y fuera de ella todos los demás merecen la destrucción, es sumamente dañina.
Salomón hace dos preguntas que tienen como finalidad advertirnos de este grave mal. El rey de Israel, cuestiona: ¿por qué habrás de destruirte? Y ¿por qué habrás de morir antes de tiempo? Y es que los radicales se destruyen ellos mismos y los fundamentalistas terminan muriendo antes de tiempo.
Eso es lo que el Eclesiastés nos presenta en estos versos, pero el tema puede ayudarnos a no hablar solo de radicales y fundamentalistas. En realidad el tema que nos ofrece nos puede llevar a considerar la importancia de encontrar equilibrios no solo en el tema de la fe o la religión como algunos le llaman, sino en todos los aspectos de la vida.
Los seres humanos necesitamos equilibrar, por ejemplo, nuestro trabajo con nuestra familia. Requerimos aprender el difícil arte de poner en su justo medio nuestros placeres con nuestras responsabilidades. Nos urge colocar en su lugar nuestras emociones y sentimientos con nuestra razón.
Incluso la misma vida cristiana necesita equilibrios a fin de que nuestra fe nos permita vivir siempre una espiritualidad genuina y saludable, frase de Charles Ryrie, quien considera que una aplicación desequilibrada de las doctrinas relacionadas con la espiritualidad bíblica dará como resultado una vida cristiana desequilibrada.
El ser humano necesita, entonces, en todos los ámbitos de su existencia equilibrio, balance y ese es el tema que Salomón nos va a llevar a considerar en estos versos.
El hombre se debate entre lo vano y lo eterno
Cuando no encuentra el equilibrio
A. Porque la vida es enigmática
B. Porque puedes destruirte
C. Porque puedes morir antes de tiempo
D. Porque la vida exige ecuanimidad
Salomón nos va a conducir por lo que él llama lo que “he visto en los días de mi vanidad”, es decir lo que ha sido su experiencia por este mundo sin sentido y con paradojas abrumadoras que lo han llevado a la conclusión a la que nos va a llevar en estos versos que hoy meditaremos.
A. Porque la vida es enigmática
El Predicar nos ofrece una de las contradicciones que ha encontrado en este mundo cuando dice los siguiente: “Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.” Una verdad extremadamente inquietante porque está afirmando que hay hombres que mueren por vivir de acuerdo a “su” justicia, no la justicia.
La clave del verso quince se encuentra en la expresión “vanidad”. Esa expresión se traduce de diferentes maneras: “decepcionante”, “vana ilusión” y “sin sentido” y es que ver hombres buenos muertos por vivir de esa manera y encontrar malvados que a pesar de sus maldades viven, sí que es una paradoja sin sentido y decepcionante.
Salomón no oculta esa verdad. No niega tampoco que esta vida tiene ese tipo de “contradicciones” y que siempre habrán de presentarse. Cualquiera de nosotros no deja de interrogarse por qué gente que aportaba a la vida de los demás tuvo que desaparecer, mientras que hombres que hacen daño siguen con vida.
Y ese es el punto de partida para el tema al que nos va a llevar Salomón. No olvidemos que en los anteriores versos a este pasaje nos habló que el futuro es impredecible y en esa condición se inscribe esta verdad de hombres buenos que mueren por esa razón y hombres malos que no mueren.
Los enigmas no resueltos en esta vida nos deben servir no para asumir una radicalidad o posición extremista porque definitivamente también nos conducirá a dos situaciones que el Eclesiastés nos presenta.
B. Porque puedes destruirte
No seas demasiado justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte?, dice el Eclesiastés y muchos han equivocado la intención de sus palabras. Muchos piensan que Salomón nos está autorizando para ser menos justos o para ser menos sabios, algo que en realidad no concuerda con toda la revelación sobre la sabiduría.
La Biblia no se contradice. Salomón no está autorizando a nadie para que deje de buscar la justicia ni la sabiduría. ¿Qué está haciendo, entonces? Bueno lo que pasa es que está recurriendo a la hipérbole o exageración para resaltar una verdad que quiere comunicarnos. ¿Cuál es esta verdad? El extremismo o radicalidad de la que hablamos al principio.
Aprecio mucho al predicador Yiye Ávila, lo escuché de joven hace casi treinta años y hoy lo sigo escuchando. Es un referente para muchos cristianos por su gran consagración, pero dicho con todo respeto nuestro querido hermano cayó en un extremo del que se repuso prontamente.
En la década de los setentas y ochentas, promovió como ningún otro predicador la destrucción de televisiones a las que llamó “caja del diablo” y mucho acudieron a su llamado. Sus cruzadas incluían la destrucción de esos aparatos, pero luego hubo un viraje y cesó dicha actividad porque al final él mismo tuvo un canal de televisión.
C. Porque puedes morir antes de tiempo
El verso diecisiete de nuestro estudio dice así:
No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de morir antes de tu tiempo?
Cuando leemos este verso muchos podemos pensar que se nos está autorizando a hacer algo de mal y caer en la insensatez, pero esto no es así. Aquí de nueva cuenta el Predicador nos está conduciendo por la vía de la hipérbole a una verdad profunda sobre el gran peligro que perdamos el equilibrio en nuestra vida.
Los seres humanos somos muy propensos a vivir en los extremos. Dedicarle toda nuestra vida la trabajo y olvidar que la vida es única. O vivir solo para el placer sin tener en cuenta que nuestras fuerzas físicas no son para siempre y que en determinado momento no tendremos la fuerza necesaria.
O los seres humanos descuidamos tan gravemente a nuestra familia sin pensar que esposa, esposo e hijos son nuestro más grande baluarte y que necesitamos balancear nuestras actividades para darle el tiempo que necesitan y requieren. Saberlo a tiempo puede evitar que muramos antes de tiempo.
Vivir de esa manera, sin equilibrio termina por destruir a las personas. En el ámbito de la fe los ejemplo pululan.
D. Porque la vida exige ecuanimidad
Nuestro estudio de esta ocasión termina con el verso dieciocho que dice de la siguiente forma:
Bueno es que tomes esto, y también de aquello no apartes tu mano; porque aquel que a Dios teme, saldrá bien en todo.
Salomón nos pide que vivamos equilibradamente. La frase bueno es que tomes esto y también de aquello no apartes tu mano, tiene ese sentido. Haz aquello sin descuidar esto otro. En otras palabras trabaja duro, pero no descuides a tu familia. Ama mucho a tu familia, pero no dejes de trabajar.
El justo medio en todo lo que hagamos. Qué es difícil, por supuesto que sí. ¿Cuál es la salida entonces para algo tan complejo? El temor de Dios que hace que todo salga bien.