La Biblia dice en Eclesiastés 8:1

¿Quién como el sabio? ¿y quién como el que sabe la declaración de las cosas? La sabiduría del hombre ilumina su rostro, y la tosquedad de su semblante se mudará.

Introducción

Salomón quiere, desea y anhela que sus lectores logren comprender la magnitud de lo que representa la sabiduría. El Predicador tiene la intención clara de que su auditorio entienda diáfanamente el gran valor de alcanzar la sabiduría porque solo a través de ella se opera un extraordinario y profundo cambio en la vida de las personas.

La sabiduría es un privilegio al alcance de todos, pero buscada por pocos, por eso el Eclesiastés se maravilla frente a un hombre con esta cualidad. El sabio es una persona que se esfuerza todos los días por vivir de una manera tal que su conducta refleje madurez, sensatez y sobre todo prudencia.

La sabiduría no es una pose, tampoco es algo exterior, todo lo contrario la sabiduría es la tranquilidad interior para tomar decisiones correctas y firmes aún en medio de las más grandes tormentas que azoten la vida del sabio. De allí que Salomón se pregunte ¿Quién como el sabio? A manera de reconocimiento y deseo de que muchos sean así.

Pero ¿por qué razón Salomón se sorprende tanto o eleva tanto a un hombre con sabiduría? La razón esencial de esta determinación es que esta clase de personas tienen una capacidad que es importante, valiosa y muy necesaria para la existencia humana sobre la tierra: pueden saber la declaración de las cosas, dice la versión Reina Valera 1960.

Otras versiones usan la palabra “interpretan las cosas”, lo que nos llevará a estudiar en esta enseñanza la gran relevancia de la sabiduría porque permite entender las cosas que nos ocurren en este mundo, una habilidad que si todos pudieramos desarrollar viviríamos con mucha calma y tranquilidad.

En otras palabras, Salomón nos dice que el sabio encuentra respuestas y no cuestionamientos en lo que le ocurre cotidianamente. Las diferentes cuestiones que padece son interpretadas de una manera tal que encuentra soluciones y se siente satisfecho aun cuando lo que este padeciendo este fuera de toda lógica.

Y esa manera de entender la vida, lo lleva a iluminar su rostro o alegrarlo y también le quita la congoja de no saber lo que está ocurriendo. El sabio encuentra un propósito donde todos los demás solo ven incertidumbre. La sabiduría celestial permite al hombre descubrir un plan divino antes que una calamidad humana.

El hombre se debate entre lo vano y lo eterno: Porque desconoce la importancia de la sabiduría

A. La sabiduría es un privilegio
B. La sabiduría ayuda a interpretar la vida
C. La sabiduría produce alegría

No hay que olvidar que el autor del Eclesiastés es un hombre sabio. El rey más sabio de todos los tiempos y sabe del tema que habla. La sabiduría es la aspiración que todos los seres humanos deberían de tener, pero la insensatez y necedad han llenado los corazones de todos.

A. La sabiduría es un privilegio

En la pregunta ¿Quién como el sabio? que hace Salomón al comienzo del verso que hoy estudiamos encontramos un dejo de satisfacción y anhelo porque todas las personas busquen la sabiduría porque es un privilegio puesto a disposición de todos. Se trata de un deseo porque todos puedan llegar a esa condición.

Hemos explicado en múltiples ocasiones que la sabiduría de la que habla Salomón nada tiene que ver con títulos academicos o grados escolares. No se trata de cuanta información concentra una persona en su cerebro, sino en la capacidad de poder resolver un problema guiados por el sentido común.

Se trata en sentido estricto de lo que Salomón hizo con las dos mujeres que reclamaban la maternidad de un hijo y el rey sin herramietas forenses de ningún tipo, sino solo con su sabiduría logró determinar quien era la madre y quien no. Esa es la sabiduría, la que nos ayuda a resolver problemas cotidianos.

Y por esa clase de sabiduría es por la que se asombra el Predicador y cuestiona quién como el sabio porque gracias a la sabiduría puede enfrentar la siempre y permanente complicada realidad humana sobre esta tierra. En este mundo necesitamos y requerimos personas que sea capaces resolver sus propios problemas y ayudar a resolver los de los otros.

Quién como el sabio que entiende lo que sucede y busca siempre soluciones, que no queda cruzado de brazos o que se ahoga en una adversidad. Nada de eso. Al contrario busca por todos los medio desenmarañar lo que esta ocurriendo y encuentra una salida a esa dificultad o problema.
La palabra sabio procede de la raíz “chakman” que se traduce como hábil y astuto. El hombre sabio reune estas dos características.

B. La sabiduría ayuda a interpretar la vida

La segunda pregunta que Salomón hace en este texto es ¿y quién como el que sabe la declaración de las cosas? La palabra declaración de las cosas procede de la raíz hebrea “pesher” que algunas versiones traducen como interpretar. La palabra se utiliza una sola vez en todo el Antiguo Testamento.

Cito aquí un diccionario de conceptos judíos que dice de la siguiente manera: “esa palabra que significa “interpretación”, aparece sólo una vez en la Biblia hebrea: “¿Quién es como el sabio? ¿Y quién conoce la interpretación de una cosa?” (Ecl. 8: 1). Sin embargo, la palabra aramea peshar aparece 31 veces en la parte aramea de Daniel, donde se refiere principalmente a la interpretación de los sueños.”

“En los textos de Qumrán, suele aparecer después de una cita bíblica, introduciendo su interpretación. Como tal, se refiere a una técnica particular de interpretación que puede tener un paralelo con la exégesis midráshica.”

Cuando el libro de Daniel dice que este varón interpretó los sueños de Nabucodonosor está utilizando este término, lo que nos ayuda a entender que el sabio tiene la capacidad de interpretar las cosas que suceden en su existencia, es decir puede discernir lo que ocurre en su alrededor.

El hombre que ha alcanzado la sabiduría o que tiene sabiduría es capaz de entender los sucesos que ocurren en su devenir en este mundo y eso lo ayudará grandemente para no ahogarse ni tampoco desalentarse porque sabe el origen de lo que ocurre y lo que hay detrás de cada situación.

Hay muchos hombres como Nabucodonosor que no saben lo que significa un sueño y hay pocos Danieles en esta vida que puedan interpretar lo que sucede en su existencia en este mundo. La sabiduría es de tal capacidad que hace la gran diferencia entre una y otra persona en este planeta.

C. La sabiduría produce alegría

La última parte de nuestro verso dice de la siguiente manera:

La sabiduría del hombre ilumina su rostro, y la tosquedad de su semblante se mudará.

Salomón quiere dejar en claro uno de los resultados de la sabiduría en la vida práctica del hombre, le trae alegría y regocijo y produce un estado de satisfacción, sin que ello implique que todo este bien de tal manera que lo transforma para pasar de la consternación a la comprensión de lo que esta sucediendo.

La frase iluminar el rostro es reiterativa en el Antiguo Testamento para referirse a una condición que el hombre alcanza cuando necesita entender o comprender una verdad sobre Dios a propósito de una situación difícil que está viviendo y que lo hace tener momentos de gran tensión.

La sabiduría hace esa transformación y entonces el rostro adusto, el semblante tosco cambia para dar lugar a una condición sumamente agradable y la actitud de la persona muta de manera contundente.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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