La Biblia dice en Eclesiastés 12:9

Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar, y compuso muchos proverbios.

Introducción

Todos los pueblos del mundo tienen proverbios. Algunos los llaman refranes. En México los conocemos también como dichos. Los proverbios, refranes y/o dichos son sentencias o expresiones breves que encierran una gran verdad, una profunda lección o una franca enseñanza tomada de la experiencia particular de cada sociedad.

En Hispanoamérica contamos con muchos de ellos, pero no son exclusivos ni de nuestra región ni de nuestro tiempo. Existen en muchos otros lugares y han existido desde tiempos inmemoriales como un sistema pedagógico de pueblos y naciones recogidos de la sabiduría popular.

Entendemos por sabiduría popular las enseñanzas propias de una cultura en los que se abordan temas como el amor, la paciencias, la pereza, el trabajo, el odio y otros tantos asuntos propios de la naturaleza humana que parten de la experiencia de vida, es decir se trata de ideas y pensamientos tomados del día a día.

Sin duda, el Eclesiastés o Predicador como se le conoce al autor del libro de la Biblia que lleva ese nombre tuvo el tino y la fuerza de recoger los proverbios que en la cultura judía se fueron desarrollando a lo largo de la historia de ese pueblo. Pero también tuvo la osadía y la inspiración del Espíritu Santo para componer sus propios proverbios.

La expresión “vi debajo del sol” nos muestra que lo que escribió no nació de ideas o pensamientos tomados de la nada, sino de la experiencia de vida que encontró mientras miraba el devenir de su tiempo y por supuesto de lo que conoció antes de su tiempo. Ambos elementos lo nutrieron.

El Qohelet es justamente eso un proverbio extenso donde encontramos sabiduría, mucha sabiduría, es que se requiere cuando necesitamos un consejo, cuando no sabemos que hacer, cuando nos asaltan las tremendas y terribles dudas existenciales. Es un perfecto manual para saber enfrentar los dilemas de nuestra existencia.

El hombre se debate entre lo vano y lo eterno

Porque desprecia la sabiduría popular
A. Que se aprende
B. Que se escucha
C. Que se escudriña

La sabiduría popular está presente en todo momentos de nuestra vida. Desde que tenemos noción de nuestra existencia encontramos refranes para casi todo. Ni que decir de la Escritura. Ha llegado a nosotros desde hace muchos siglos con toda la sabiduría que se requiere para enfrentar la vida.

A. Que se aprende

El predicador fue un hombre sabio. Deducimos entonces que debemos escuchar a los hombres sabios y aprender de ellos. Este quizá es uno de los puntos esenciales que quiere dejarnos en claro el Predicador que la sabiduría popular se aprende y debemos esforzarnos por conocerlos.

En el caso de los proverbios que encontramos en la Escritura tenemos que acercarnos a ellos procurando tomarlos para normar y conducir nuestra vida. Hay cientos de dichos o refranes en ese libro, pero si ponemos mucha atención descubriremos que en toda la Biblia hay grandes enseñanzas de vida.

Pero si ponemos atención, podremos darnos cuenta que en nuestra propia cultura hay muchos dichos que pueden sernos de gran utilidad si les prestamos atención, los entendemos y los llevamos a la practica.

Aquí les presento diez dichos recopilados en la red.

• El espejo y la buena amistad, siempre dicen la verdad.
• Si quieres ser estafado, paga por adelantado.
• Si quieres hacer un buen trato, nunca compres lo barato
• Por un clavo se pierde una herradura.
• Dinero y más dinero no hace sabio al majadero.
• Si dices las verdades, pierdes las amistades
• Cuando fuiste martillo no tuviste clemencia, ahora que eres yunque, ten paciencia.
• Quien no buscó amigos en la alegría, en la desgracia no los pida.
• Tiempo desperdiciado, nunca recobrado.
• Cada loco con su tema y cada lobo por su senda.
• Para bailar un tango se necesitan dos

B. Que se escucha

La palabra escuchar que usa el Antiguo Testamento no tiene la idea de solo oír con el sentido del oído, sino poner extremadamente gran atención para aprender. Es una ley que por más que un maestro se esfuerce y tenga la mejor preparación, si el alumno no pone atención no podrá aprender nada.

Poner atención se convierte de esa forma en una parte fundamental para aprender los proverbios. Acercarse a la palabra de Dios es de suma importancia para conocer lo que nos enseña sobre la sabiduría popular porque en el caso de la Escritura contiene el conocimiento nacido de saber debilidades y carencias de la humanidad.

El Predicador se dio a la tarea de dar a conocer los proverbios a su pueblo. Nadie podía quedar sin conocer la sabiduría emanada de un hombre sabio, porque de esa manera nadie podía justificar la falta de destreza a la hora de atender los problemas que se le presentaban en la vida.

C. Que se escudriña

El Eclesiastés compuso proverbios para que la gente los escudriñara. Escudriñar es revisar minuciosamente. Es buscar el sentido de lo que se dice y una vez comprendido aplicarlo a la vida personal. Los dichos, refranes y proverbios solo tienen provecho cuando se analizan, reflexionan y se práctican.

Allí radica su importancia y su relevancia en que concentran tal cúmulo de sabiduría que es necesario tomar un tiempo para entenderlos y una vez entendidos procesarlos para poder aplicarlos a una experiencia presente o futura.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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