La Biblia dice en Eclesiastés 6: 3-6

3 Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él. 4 Porque éste en vano viene, y a las tinieblas va, y con tinieblas su nombre es cubierto. 5 Además, no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo tiene éste que aquél. 6 Porque si aquél viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al mismo lugar?

Introducción

Salomón nos conduce en estos versos por un tema que todos los seres humanos atravesamos: la insatisfacción. Todos en algún tiempo de nuestra existencia nos encontramos o nos situamos en esa condición por diversos motivos o razones, algunas de ellas inexplicables.

La gravedad de este mal es grande porque se puede vivir mucho y engendrar muchos hijos, pero si se vive sin disfrutar la vida, un nonato es mejor, porque una vida en permanente insatisfacción no es vida. Es tan solo vivir por vivir, habitar en este mundo no viviendo, sino sobreviviendo.

Los seres humanos tenemos necesidades que van más allá de las físicas: comer, beber, vestirse, tener un lugar donde vivir. Se lucha por ellas. Se trabaja con esfuerzo para obtenerlas, pero hay otras necesidades que no tienen que ver para nada con lo material porque se inscriben en las necesidades más profundas, del alma y del espíritu.

La mayoría de los seres humanos logran con creces suplir sus necesidades materiales. Algunos la solventan con gran capacidad y obtienen bienes más allá de los suficientes para vivir, pero a pesar de tenerlo todo y disfrutar una vida más o menos sin sobresaltos económicos descubren que les hace falta algo.

Esa falta de algo es una insatisfacción escondida en un lugar en el que es difícil descubrirla, pero aparece de tiempo en tiempo para ensombrecer los logros materiales. Algunos no logran explicarse la razón por la que si teniendo bienes y riquezas y todo lo necesario para bien vivir experimenten esa sensación de vacío.

Pero ese mal no es privativo o exclusivo de quienes lo tienen todo, también es un mal de los luchan por conseguir lo necesario para subsistir. Algunos piensan que eso se debe a que carecen de bienes, pero la realidad es que cuando logran obtener esos bienes, la insatisfacción no se disipa.

Estamos, entonces, frente a un mal generlizado que nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos. Salomón nos lleva por este tema de una manera sencilla pero sumamente precisa: De nada sirve vivir mucho y tener muchos hijos, si somos incapaces de encontrar la satisfacción en este vida.

Pero, ¿por qué es tan importante para el sabio Salomón que los hombres encuentren el bien de la satisfacción? La razón estriba en que una persona satisfecha disfruta la vida como se le presente. No tiene cuidado de nada. Le vaya bien o le vaya mal ha encontrado el punto de apoyo para pasarla bien cualquiera que sea su situación.

El hombre se debate entre lo vano y lo eterno

Porque vive en la insatisfacción perpetua

A. A pesar de obtener grandes logros
B. Que es mejor ser un nonato

Salomón dice que si el alma de un hombre no se sació del bien, no tiene caso que haya obtenido grandes logros en su existencia y que si a eso se le agrega que no tuvo un entierro decoroso, es mejor un nonato, abortivo, traduce la versión Reina Valera 1960, pero prefiero el término nonato o no nacido.

La frase “si su alma no se sació del bien” evidentemente no tiene que ver con una satisfacción de carácter físico, sino una satisfacción de carácter emocional en la vida de laspersonas. Estamos ante una experiencia interna de disfrutar el bien sobre esta tierra, paladearlo, desgustarlo y disfrutarlo.

Es evidente que la vida del ser humano no es solo materia. Cristo lo clarificó cuando dijo que: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra qu sale de la boca de Dios. El hombre es inmaterial y material. La satisfacción material no siempre debe atenderse como la satisfacción del todo, entonces.

Salomón penetra a uno de los temas más profundos de la existencia humana. El hombre debe experimetar el bien para sentirse complacido, conforme, contento, radiante, dichoso y animado. El alma que tiene y que lo distingue de los aniamales que tan bien son seres vivos, pero que se mueven por instinto y no por la razón como los hombres.

El alma del hombre es un tema que hemos abordado en otros estudios, particularmente cuando estudiamos los salmos. Partiendo de Génesis 2: 7 que dice así: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”

El hombre es un alma con entendimiento y capacidad de raciocinio y vive porque Dios sopló en su nariz aliento de vida o en otras palabras le dio de su espíritu para que tuviera una vida distinta a la de los animales porque puede pensar y razonar para buscar su bien a diferencia de los animales que carecen de esta facultad.

Esa alma es de la que habla Salomón. El ser interior del hombre que le da su personalidad debe disfrutar el bien o saciarse del bien. Por el contexto que hemos venido estudiado nos referimos a disfrutar del bien de su trabajo, pero también puede incluirse todo aquello que es bueno en esta vida.

Lo único que puede traer satisfacción en la vida del ser humano es hacer lo bueno o disfrutar el bien. La maldad en lugar de llenarlo lo vacía. El bien tiene como beneficio saturar la existencia de la personas de satisfacción. De allí la gran necesidad que todos tenemos de hartar nuestra existencia disfrutando del bien, no sufriéndolo.

El hombre debe disfrutar del bien de su labor. Comer y beber son parte fundamental de esta vida. Por supuesto con recato y con sobriedad. Disfrutar la vida de esa forma hará de nosotros personas satisfechas y a la hora de partir de este mundo lo haremos sin frustraciones y amarguras.

Pero no solo debe quedarse en comer y beber, obliga a disfrutar de la creación del Señor, a contemplar los grandezas del Señor cada día de nuestra vida. De esa forma podemos pasar por este mundo sin sobresaltos y experimentar la satisfacción de haber vivido sobre esta tierra.

A. A pesar de obtener grandes logros

Salomón presenta a un hombre que ha vivido mucho tiempo y ha tenido mucho hijos, pero no ha disfrutado del bien. Un hombre con muchos hijos era en esos tiempos un hombre grandemente fuerte, porque tenía mano de obra para generar riqueza en el campo. Las primeras sociedades fueron agrícolas. No hay que olvidarlo.

Pero el Eclesiastés nos dice claramente que todo lo que se logre obtener en esta vida, no tiene ningún sentido si no ha disfrutado del bien, lo que nos lleva a pensar que un hombre vive o vivirá insatisfecho a pesar de los grandes logros que llegue a tener en esta vida, un mal muy común entre hombres y mujeres.

Cuántas historias no conocemos de personas que teniendo todo no alcanza a sentirse satisfecha, viven en una perpetua búsqueda de ese “algo” y parece que nunca lo encuentra.

Esa es la perpetua insatisfacción de la que habla de Salomón que hace de que en estos versos y lo presenta de la siguiente manera:

3 Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él.

Aquí agrega que la falta de una sepultura digna, agrava la condición del hombre e introduce el tema de los nonatos o no nacidos.

B. Que es mejor ser un nonato

La comparación es muy ruda. Un hombre que vive sin que su alma disfrute el bien y muere sin tener un sepelio que rinda honor a su vida, sin importar si son pocas o muchas las personas que lo despiden de este mundo, dice Salomón, es mejor ser un nonato o un no nacido. Abortivo, traduce la versión Reina Valer 1960.

Y comienza toda una disertación sobre las coincidencias entre un hombre cuya alma no goza del bien y alguien que muere antes de nacer.

El Eclesiastés nos dice al respecto lo siguiente:

4 Porque éste en vano viene, y a las tinieblas va, y con tinieblas su nombre es cubierto. 5 Además, no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo tiene éste que aquél. 6 Porque si aquél viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al mismo lugar?

Un abortivo o nonato viene en vano a esta tierra y va directo a las tinieblas que cubre su nombre. Además de que no ha visto nunca el sol ni ha sido conocido. Pero una persona que llega a esta vida y llegara a vivir dos mil año, sino gusta del bien en qué se diferencia de alguien que no nació, pregunta Salomón.

Vivir sin satisfacciones o insatisfechos es una de las más tristes experiencias que un hombre puede experimentar en esta tierra.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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