La Biblia dice en Mateo 22:15-17
15 Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra. 16 Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres. 17 Dinos, pues, qué te parece: ¿Es lícito dar tributo a César, o no? 18 Pero Jesús, conociendo la malicia de ellos, les dijo: ¿Por qué me tentáis, hipócritas?19 Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. 20 Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? 21 Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios.22 Oyendo esto, se maravillaron, y dejándole, se fueron.
Introducción
El creyente vive en dos planos completamente descubiertos en este pasaje. Por un lado vive para el Señor: sirviéndole, consagrado a su obra. Pero por otro lado con obligaciones o responsabilidades sociales, por responsabilidad social, me quiero referir a todo lo que le corresponde hacer por mandato del gobierno o las autoridades.
En nuestra querida América Latina vivimos tiempos en los que la iglesia cristiana vive en dos extremos frente a los retos de nuestr sociedad. Vivimos en la apatía absoluta, pensando o creyendo que las cosas seguirán pasando, que Dios dirige todo y que hagamos o no sucederá nada que no esté ya escrito o decidido por Dios.
En el otro extremo se encuentran lo que piensan que el cristiano debe comprometerse con su entorno social y debe participar abiertamente en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria y no importa si para ello tenga que adentrarse en partidos políticos o en el gobierno.
Haciendo un poco de historia, la participación social de la iglesia comenzó desde hace mucho tiempo, pero un evento marcó a la iglesia latinoamericana fue el arribo de Efraín Ríos Mont al gobierno de Guatemala, justo en el tiempo en que en Estados Unidos gobernaba el presidente Ronald Reagan.
Imagen del libro Terror en la tierra del Espiritu Santo
Era el primer presidente abiertamente evangélico apoyado por un mandatario americano que también simpatizaba con la causa cristiana y muchos desde ese momento trataron de copiar el modelo. Brasil, México y otras naciones miraron en Guatemala un ideal que trataron de alcanzar.
La palabra de Dios nos lleva al justo medio. La experiencia de Cristo con los partidos políticos y la realidad social, nos muestra cómo trató con esta tensión, lo que nos sirve de guía para nuestros ministerios.
El líder y su responsabilidad social: Una tensa dualidad
A. Con trampas
B. Con contradicciones
C. Con hipocresía
D. Con desafíos
En los tiempos de Jesús se vivía una intensa efervescencia social. La ocupación romana exaltaba el nacionalismo judío por un lado, pero también la ambición de unos cuantos que pensaban que Roma no era tan enemiga y pronto encontraron acomodo con el imperio lo que le dejó beneficios de toda clase.
A. Con trampas
Los fariseos quisieron sorprender a Jesús. La palabra “sorprender” que usa la versión Reina Valera 1960 algunos lo traducen como trampa. Procede de la raíz griega “pagideuó” que denota la idea de una trampa para atrapar a un pájaro.
B. Con contradicciones
Es sumamente interesante notar que los fariseos, que eran un partido político, se unieron con los herodianos que eran también un partido político. Toda una contradicción porque los fariseos eran nacionalistas que detestaban a los romanos, mientras que los herodianos eran facilitadores de los romanos, simpatizaban con ellos y los apoyaban.
C. Con hipocresía
Jesús llamó a los fariseos y herodianos hipócritas. Esa palabra procede de una raíz griega que significa actor y en consencuencia impostura, falsedad.
D. Con desafíos
El desafío que tenemos nosotros es darle a Dios lo suyo: honra, gloria y alabanza, pero a la vez cumplir con nuestras obligaciones sociales. Tener con toda claridad que tenemos ambas obligaciones y que si bien son tensas, debemos pedirle a Dios sabiduría para poder sortearlas sin extraviarnos.