La Biblia dice en Eclesiastés 10:15
El trabajo de los necios los fatiga; porque no saben por dónde ir a la ciudad.
Introducción
Hablar del trabajo es hablar de uno de los temas más complejos que hay en la existencia humana. Desde el huerto del Edén, Dios diseñó el trabajo como parte de la existencia de los seres humanos. Según leemos en el libro de Génesis después del pecado de Adán el hombre laboraría arduamente para conseguir su sustento.
Así lo explica Moisés, el autor del primer libro de la Biblia:
Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. (Génesis 3: 17-19).
El pueblo hebreo legó a la humanidad el principio del trabajo porque cuando Moisés les dio los mandamientos a los hebreos en el desierto les dijo que el Señor había ordenado trabajar seis días y descansar un día. Quedó establecido de esa manera que el hombre debe trabajar, pero también debe descansar.
Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; 10 mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas. 11 Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó. (Exodo 20: 9-11).
El trabajo forma parte indisoluble de la vida del ser humano. Es la manera en que, además de autosustentarse, encontrará la realización plena de su vida. Muchos días, meses y años de su existencia los pasará en labores o trabajo y por eso es sumamente relevante disfrutar de lo que hacemos para no frustrarnos.
El hombre se debate entre lo vano y lo eterno
Cuando su trabajo se vuelve una carga
A. Porque lo hace sin la actitud correcta
B. Porque lo hace a la fuerza
Salomón se ocupa de una de las maneras equivocadas en que las personas pueden hacer su trabajo y da pie para reflexionar sobre la manera en la que se debe hacer para no caer en la necedad a la hora de trabajar. Ya hemos dicho que todos los hombres deben trabajar. Hoy en día hasta las mujeres trabajan.
Salomón nos lleva ahora a pensar en la manera en la que hemos de laborar para buscar nuestro sustento y los bienes que necesita nuestra vida sobre este mundo y nos muestra que para el trabajo la actitud es fundamental a fin de encontrarle sentido a lo que hacemos y no renegar de nuestra actividad.
Antes de entrar de lleno a nuestro tema de esta enseñanza quiero citar aquí a Steve Jobs creador del emporio Apple, inventor del teléfono movil que desapareció para siempre los teclados físicos de los portátiles y cambió para siempre el sentido de la comunicación a través de un teléfono.
“Tu trabajo va a llenar gran parte de tu vida, la única manera de estar realmente satisfecho es hace que lo que creas es un un gran trabajo y la única manera de hacerlo es amar lo que haces. Si no lo has encontrado aún, sigue buscando. Como con todo lo que tiene que ver con el corazón, sabrás cuando lo hayas encontrado.”
Este revolucionario hombre de la tecnología nos legó ideas muy relevantes al pensar sobre el trabajo. Su vida misma es un ejemplo que las adversidades deben servir para desafiarnos y no desalentarnos. Fue un hijo adoptado. Sus padres biológicos lo dieron en adopción mucho antes que naciera.
Sus padres adoptivos no tuvieron los recursos suficientes para que fuera a la universidad por lo cual la abandonó y solo cursó unas cuantas materias, sin embargo fue un incansable innovador al que algunos consideran un genio por sus aportaciones a la tecnología, particularmente la relacionada con el internet.
Trabajó y trabajó mucho, pero siempre pensó que quien disfruta su trabajo en realidad no labora. Esa verdad nos resulta muy útil para este estudio porque Salomón expresó esa verdad hace muchos siglos cuando nos presentó lo que les sucede a los necios a la hora de trabajar.
A. Porque lo hace sin la actitud correcta
En nuestra cultura mexicana muchas personas piensan en su trabajo cuando ya han cumplido la mayoría de edad. No la generalidad porque hay personas que deciden su trabajo cuando aún son menores de edad, pero son la excepción, casi la mayoría decide a que se dedicará cuando toma una carrera universitaria.
Muchos otros no tienen opción y desde su niñez o adolescencia se les impone el oficio que han de tener por el resto de su vida.
Se llega, entonces, al trabajo por tres vías: 1. Porque miramos a otros y pensamos que su labor nos gusta y la tomamos. 2. Porque hemos decidido que eso seremos porque nos apasiona y 3. Porque no tenemos alternativa alguna.
Salomón nos pone como ejemplo a los necios para decirnos que a ellos el trabajo los fatiga, eso quiere decir que a los sensatos, prudentes y sabios el trabajo no los fatiga? Parece correcta esa apreciación dependiendo de la actitud con la que se hace la labor que nos proporciona sustento.
La actitud con la que asumimos las labores es fundamental para que lo que hagamos no nos fatigue o canse y en consecuencia nos haga pasar malos momentos. Una persona que disfruta la medicina hará de su labor una actividad si no relajante, si por lo menos sin tanta tensión.
En sentido contrario una persona que le desagrada convivir con personas, no podría por ejemplo dedicarse a las relaciones humanas. En lugar de pasarla bien en su centro de trabajo lo que le sucederá será entrar en tensión, molestia y enfado por las actividades que tiene que realizar.
Salomón nos está diciendo que el trabajo de por sí es fatigoso, pero en los necios se vuelve una carga pesada porque lo asumen como una obligación sin el mínimo de satisfacción en lo que hacen. Esta clase de personas desatiende la posibilidad de hacer de sus actividades laborales una manera de realizarse no solo en lo profesional, sino en lo personal.
Salomón nos está llevando a una verdad que debemos apreciar porque de ella dependen el transcurrir de nuestra existencia en este mundo porque generalmente una tercera parte del día la consumimos trabajando, lo que a la larga representa una tercera parte de toda nuestra vida.
Si asumimos una actitud correcta a la hora de hacer nuestras labores, entonces, lo que hacemos o a lo que nos dedicamos puede resultar menos tediosos o menos complicado, pero si en lugar de asumir con alegría nuestro trabajo, lo hacemos con fastidio, entonces, será una tremenda carga de vida.
B. Porque lo hace a la fuerza
La tragedia más grande que puede vivir una persona es trabajar en una actividad que no le gusta. Hacerlo porque no queda de otra o hacerlo resignadamente porque no hay alguna alternativa. Quienes viven de esa manera o más bien, quienes trabajan de esa forma, son seres insatisfechos.
Atarse a un trabajo que no agrada es una condena terrible porque nos convierte en seres mecánicos que desarrollan sus actividades sin pasión, sin gusto y sobre todo sin alegría y quien vive así corre el grave riesgo de llenarse de amargura porque hace algo que no lo emociona.
Las personas que se dedican a actividades sin gusto sienten una carga pesada y aún lo que es sencillo de hacerse o relizarse resulta para ello algo sumamente complicado.
De ellos justamente es de los que habla Salomón en este proverbio del libro de Eclesiastés porque les resulta una carga enorme su trabajo porque no saben por donde ir a la ciudad. Esta última frase revela lo que le sucede a las personas que en lugar de buscar una actividad que les retribuya alguna satisfacción optan por hacer su trabajo sin entusiasmo.