La Biblia dice en Juan 4:31-38
Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.32 Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.33 Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer?34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. 37 Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
Introducción
Si con la samaritana Jesús recurrió al ejemplo del agua, con sus discípulos Cristo usó la comida para enseñarles una lección sobre lo que le da sustento a la vida. Los alimentos sustenta la vida de los seres humanos, pero hombres y mujeres no solo son materia, materia que se satisface con comida, sino que son espíritu que también necesita saciarse.
Cuando Jesús fue tentado por el maligno luego de un ayuno de cuarenta días diciéndole que si era Hijo de Dios transformara las piedras en pan, el Señor le contestó que no solo de pan viviría el hombre, con lo que dejó en claro que el hombre es más que sólo materia y requiere por esa condición alimentar la parte inmaterial de su ser.
Y al igual que la samaritana los apóstoles no comprendieron las palabras de Cristo. Juan nos describe el problema de todos ellos cuando regresaron con comida y Jesús no quiso comer y no lo hizo para enseñarles una verdad que nos ayuda mucho para comprender que más allá de nuestras necesidades físicas, hay necesidades espirituales que se deben llenar.
Se trata de llevarlos a reflexionar y llevarnos a meditar sobre la importancia de encontrarle sentido a nuestra vida priorizando lo que en realidad tiene relevancia en este mundo y no perder de vista que si bien alimentarse y comer son temas vitales, no es menos importante hacer la voluntad de Dios.
El vital camino de lo natural a lo espiritual
Para conocer el verdadero sustento de la vida
A. Porque muchos lo desconocen
B. Porque se logra haciendo la voluntad de Dios
C. Porque se obtiene sembrando el amor de Cristo
¿Puede haber algo más importante en esta vida que comer? Parece ser una pregunta insustancial porque desde el punto de vista netamente material la respuesta es un contundente sí. Si alguien no come muere irremediablemente porque el cuerpo necesita sustento diario.
Sin embargo, esa pregunta no tuvo esta misma respuesta cuando los discípulos querían convencer a Jesús de que comiera el refrigerio que le habían conseguido en Samaria y pensaron que alguien ya le había llevado de comer, pero la realidad es que no había comido nada y les habló de una comida distinta.
A. Porque muchos lo desconocen
Los versos treinta y uno y treinta y dos de nuestro estudio dice de la siguiente forma:
Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come.32 Él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis.
Es evidente que los discípulos hablan de una clase de comida y Jesús de otra. Los discípulos vivían en el mundo natural y Jesús los quería llevar al mundo espiritual. Jesús les dijo claramente que la comida que él tenía era una comida desconocida para ellos porque no la habían visto nunca.
Jesús les estaba presentando una verdad espiritual que necesitaban con urgencia conocer porque ellos habrían de emprender una labor que les demandaría más que allá de sus fuerzas y el alimento físico si bien les ayudaría no sería suficiente para acometer el trabajo al que Dios los estaba encargando.
Cristo nos enseña en este pasaje que hay dos clases de alimento que el hombre necesita consumir. El material que todos buscan, pero también uno espiritual, que es todavía más necesario que el físico porque es lo que llena al hombre o lo satisface plenamente y le permite evitar el vacío del alma.
Los apóstoles no lo conocían y Jesús aprovechó la ocasión para enseñarles esta lección que les permitiría encontrar lo que todos los seres humanos necesitan, pero que muchos desconocen, una comida que hace que las personas vivan sin insatisfacciones y puedan ayudar a otros.
B. Porque se logra haciendo la voluntad de Dios
Los versos treinta y tres y treinta y cuatro de nuestro pasaje dice de la siguiente forma:
Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído alguien de comer?34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Jesús presentó la voluntad de Dios y acabar su obra que le fue encomendada como su alimento. Para Jesús la vida no se circunscribe solamente a comer cada que las personas tienen hambre. Para nuestro bendito Salvador hay algo más allá de lo natural en la vida de los seres humanos.
Ajustar nuestra vida a los mandamientos del Señor hace posible que vivamos plenos, sin vacíos en nuestra alma y hace que no nos dediquemos exclusivamente a buscar satisfacer esa necesidad primaria. No se trata que se abandone la búsqueda de la comida, sino no convertirla como la necesidad esencial.
Jesús encontró en la voluntad del Señor y cumplir el propósito de su vida el sustento que todos los hombres debemos buscar para bien vivir, aunque ambas decisiones o determinaciones sean desafiantes porque implican renunciar a muchas cosas que nos agradan o gustan.
C. Porque se obtiene sembrando el amor de Cristo
En los últimos cuatro versos encontramos la materialización de la comida de Jesús:
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega. 37 Porque en esto es verdadero el dicho: Uno es el que siembra, y otro es el que siega.38 Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores.
La manera de alimentarnos de la misma manera que Jesús es llevar el mensaje de amor de Cristo a los perdidos. Los discípulos estaban ante un desafío por parte de Jesús porque los samaritanos eran mal vistos por todo los hebreos y Jesús les dice que la cosecha de almas en ese lugar esta lista.
Se trataba de los grandes antagonistas de los hebreos que ahora se les abría la puerta de la salvación y Jesús conociendo la grande lucha que se libraba en el corazón de sus apóstoles por la verdad que les estaba diciendo les aclar que cosecharán lo que no labraron, algo parecido a lo que se le dijo a Jonás cuando se le envió a predicar a Nínive.
Alimentarnos como Jesús se alimentaba implica llevar la salvación a los perdidos. Es ver a las personas con necesidades, más que como problemas. Jesús llevó a sus discípulos y nos lleva a nosotros a descubrir que el verdadero alimento está en cumplir la voluntad de Dios y hacer su obra.
Hacer su obra es ver los campos listos para cosecharse. Una manera de llevar el plan de salvación a los necesitado.