La Biblia dice en Esdras 7: 10

Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para ensañar en Israel sus estatutos y decretos.

Los sacerdotes de Israel debían conocer la ley o Torá hebrea de manera consistente, particularmente lo relacionado con las ofrendas y sacrificios que ordenaba el libro de Levítico. Esa era su obligación primordial. No quiere decir que no supieran o dominaran los libros restantes de esa sección de la Biblia, pero no era obligatorio.

La función de ellos era desempeñarse como los intermediarios entre el pueblo y Dios a la hora de que el pueblo de acercarse al tabernáculo. Fueron elegidos para esa función Aarón y sus hijos, Eleazar, Nadab, Abiú e Itamar. Nadab y Abiú murieron tempranamente y quedaron solo Eleazar e Itamar cuyos descendientes se dedicaron a esa labor.

Esdras era descendiente directo de la familia sacerdotal de Aarón en la línea de Eleazar y por esa razón era un sacerdote, pero a diferencia de muchos de sus familiares, este varón era también un escriba, es decir un hombre encargado de copiar la ley del Señor en papiros para preservar la revelación divina.

Copiar una a una las palabra de la Torá convertía inevitablemente a los escribas en expertos en la materia. Y eso ocurrió con este hombre que de acuerdo al verso que hoy meditamos había decidido fervientemente llevar a cabo esta labor. Él podía ser solo sacerdote, pero su pasión por la Escritura lo llevó a ser también un copista de la ley de Jehová.

Me gusta la traducción de la Biblia del Pueblo que traduce este verso así: “No en vano Esdras se había entregado de lleno al estudio y a la práctica de la ley del Señor, enseñando a los israelitas esa ley y sus preceptos.” Que nos indica claramente que la labor de este hombre requirió de mucho esfuerzo para hacer tres cosas:

En primer lugar estudiar, pero estudiar para convertirse en un experto. Eso habla de un reiterado esfuerzo por aprender día a día. Sin descanso y con una constancia a prueba de desánimo. La segunda razón fue para poner por obra lo aprendido. Que tremenda lección la de este hombre, cumplió lo que estudio.

En el caso del estudio de la palabra de Dios no puede estar divorciado lo que aprendemos de los que hacemos. Esdras era un conocedor de la palabra de Dios, pero a la vez era un hacedor de ella. Aprender sin hacer tiene muy poco sentido. Al contrario se puede volver en una gran incongruencia.

Y finalmente para retroalimentar lo aprendido y practicado, Esdras enseñaba lo que conocía que es la mejor forma de retener lo estudiado. Solo de esa manera Esdras logró corregir un grave problema entre los judíos: que rompieran con los matrimonios mixtos, es decir que repudiaran a las extranjeras con las que se habían casado porque violaban la ley judía.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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