La Biblia dice en Proverbios 25:6-7
No te alabes delante del rey, ni estés en el lugar de los grandes; 7 porque mejor es que se te diga: sube acá, y no que seas humillado delante del príncipe a quien han mirado tus ojos.
Introducción
Frente a los gobernantes o las personas de poder, Salomón recomienda una conducta sencilla y humilde porque esas personas tienen la capacidad de humillar a su semejante de manera muy amplia de tal suerte que ante ellos siempre serámmejor conducirnos con sencillez.
El mundo de los poderosos está lleno de grandezas. Desde los lugares donde despachan, sus alimentos, su ropa y todo lo que gira en torno de ellos es sumamente atractivo y muchas personas quedan fascinadas por el oropel, la suntuosidad y sobre todo por el poder que tienen sobre muchas cosas y personas.
Por eso muchos quisieran ser como ellos y en la primera oportunidad busca estar cerca de ellos y Salomón quiere prevenir a todos sus lectores sobre la manera en que deben conducirse cuando por alguna razón coincidan con esta clase de personas, que por cierto no son muchas en el mundo.
La idea del autor de los Proverbios es mostrarnos y enseñarnos cómo debemos conducirnos en esos ambientes. Se trata de consejos muy prácticos para evitar el ridículo y la humillación que puede venir sobre nuestras vidas si no sabemos cómo comportarnos con quienes detentan el poder.
La instrucción aplica no solo para saber comportarnos en ese ámbito, sino también para conducirnos en todos aquellos lugares donde interactuamos con personas y existe la posibilidad de tener un lugar mejor que otros, entonces uno debe tener una actitud modesta y sencilla.
Una persona que habla mucho de sí o de lo que tiene termina quedándose sola porque para muchas personas resulta insoportable escuchar a una persona excesivamente presuntuosa de sus logros y también una persona que quiere ser muy protagonista resulta muy difícil de tratar.
Instrucciones para tiempos sinrazón
La instrucción de la sencillez ante los poderosos
A. Para no adularse uno mismo
B. Para no buscar los primeros asientos
C. Para no ser humillados
El propio Cristo usó este proverbio y lo hizo más amplio, según leemos en el evangelio de Lucas 14: 7-11
Observando cómo escogían los primeros asientos a la mesa, refirió a los convidados una parábola, diciéndoles:8 Cuando fueres convidado por alguno a bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú esté convidado por él, 9 y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: Da lugar a este; y entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar. 10 Mas cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. 11 Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido.
Si Salomón nos ofrece como comportarnos ante los poderosos, Jesús nos enseña como conducirnos en cualquier lugar, ante poderosos y ante personas modestas.
A. Para no adularse uno mismo
La primera parte del verso seis de nuestro texto dice así: “No te alabes delante del rey”. De por sí es algo de muy mal gusto adularnos o presumirnos a nosotros mismos, hacerlo frente a una persona con poder, sea rey, gobernante o autoridad resulta sumamente equivocado porque esa persona tiene una condición superior a la de nosotros.
Los mexicanos nos curamos de esa clase de personas con un dicho muy popular que dice: Qué panadero habla mal de sus panes porque es evidente que hay muy pocas personas en este mundo que se atreven a autocriticarse aun cuando hay evidencias de que han fallado como personas o como profesionistas.
Luego, entonces, pensar que uno puede impresionar a alguien por lo que dice de sí mismo es bastante obseno. En el libro El fin de la eternidad el escritor Isaac Asimov, hace esta pregunta: ¿Quién sería lo suficientemente estúpido como para creerse los alardes de una persona acerca de sus propios productos?
No podemos ir por la vida vendiéndonos como los seres más virtuosos, ni tampoco podemos ponernos nosotros mismos en un escaparate para hablar de nuestras grandezas personales porque ya sea otra persona que bien nos conoce o la realidad nos podrán en el lugar que nos corresponde.
B. Para no buscar los primeros asientos
La segunda parte del verso seis y la primera del verso siete dice así: “ni estés en el lugar de los grandes; 7 porque mejor es que se te diga: sube acá.”
Para evitar la penosa situación de cambiar de lugar a las personas en un evento se coloca leyendas o carteles que dicen: RESERVADO para que las personas no ocupen lugares que no les corresponde, sin embargo cuando no había o cuando no hay esos avisos los malentendidos se multiplican.
El rey sabio de Israel nos alerta sobre lo cuidadosos que debemos ser cuando tenemos frente a nosotros un lugar que no nos corresponde, ya sea porque no se nos ha indicado que lo ocupemos o porque no está pensado para nosotros y no es menosprecio ni una baja autoestima, sino más bien prudencia y sabiduría.
Es obvio que si nos sentamos o tomamos un lugar que no nos corresponde cuando llegue a quien le toca estar allí seremos removidos y pasaremos una vergüenza innecesaria, en cambio si nos sentamos en otro lugar y es para nosotros seremos vistos como personas importantes para quien preside el evento.
Los judíos enseñan con este proverbios que nunca debemos buscar los honores, sino que los honores nos llegarán cuando así esté determinado por Dios. Una persona que busca que lo reconozcan o busca reconocerse él mismo padecerá grandemente y corre el riesgo de sufrir un bochornoso momento de pena.
C. Para no ser humillados
Salomón fue hijo de David y vivió en la corte de su padre. Vio y conoció muchas historias de personas que buscaron un lugar cerca de los poderosos gobernantes, pero nunca lo encontraron y lo único que obtuvieron fue humillación porque tomaron un lugar que no les correspondía y por eso fueron echados de ese lugar.