El capítulo veinte de Apocalipsis se ha convertido desde hace mucho tiempo en lo que de ningún modo fue la intención de Juan al escribir la Revelación de Jesucristo: fuente de desencuentros, debates interminables y polémica por quién tiene la razón a la hora de presentar una interpretación.
Hoy comenzamos nuestro estudio sobre ese capítulo y llegamos aquí tras el estudio de los primeros diecinueve capítulos que nos han llevado desde el tema de la iglesia, pasando por los juicios de la gran tribulación, las dos bestias, el falso profeta, Israel, el juicio contra la gran ramera y las bodas del Cordero, que recién concluimos.
El capítulo veinte aborda el tema del Milenio. Es el único texto que habla de ese tema. En ningún otro libro de la Biblia se habla del tema y ha recibido muchas interpretaciones. Tres son las que más se han sostenido: El amilenialismo, el premilenialismo y el postmilenialismo que abordaremos para comprender con toda claridad el sentido de este pasaje.
Antes de ello será conveniente hacer una revisión al texto de apenas 13 versículos.
Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. 2 Y prendió al dragón, la serpiente antigua,que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; 3 y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. 4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. 5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6 Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años. 7 Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, 8 y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. 10 Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos. 11 Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
La pregunta que este texto obligadamente nos lleva a hacernos es cuándo será el milenio. Y allí se concentran las tres prinicpales explicaciones que existen al respecto.
La primera es el AMILENIALISMO.
Esta formulación se denomina así porque niega que el milenio necesariamente tenga que ver con un tiempo literal de mil años en los cuales Cristo reine sobre la tierra sentado en trono de David y gobierne sobre las naciones de manera formal. Algunos de los exponentes de esta corriente teológica ofrecen las siguientes interpretaciones:
El reino de Cristo ya es una realidad y lo disfrutan los santos que han muerto y están en el cielo. Ellos son los primeros en disfrutar del reino milenial que es espiritual más que material. Otros dice que el reino milenial es representado por la iglesia por lo que dicha doctrina comenzó en el Pentecostés.
Esta enseñanza señala que cuando Cristo venga a la tierra no vendrá a establecer reino alguno, sino más bien para establecer su reino eterno. El problema de esta enseñanza radica en como interpretar que el diablo ha sido atado por mil años.
Esta interpretación de Apocalipsis 20 reside esencialmente en atribuirle a la iglesia todo el poder para establecer el reino de Dios, como en efecto es, la iglesia es la representante del reino celestial, sin embargo su manifestación clara, completa y contundente será cuando Cristo vuelva por segunda ocasión.
La segunda interpretación sobre Apocalipsis 20 es el POSMILENIALISMO
Esta enseñanza promueve o predica que la iglesia será la encargada de establecer ese reino milenial sobre la tierra. Es decir que el mundo se volverá a la fe cristiana y entonces el mundo experimentará paz y tranquilidad, las guerras serán erradicadas y los seres humanos disfrutaremos de un tiempo de gran calma.
La iglesia será la encargada de hacer que los gobiernos del mundo se conviertan al cristianismo y la conversión de la mayoría de los seres humanos lo que dará paso a una época de fraternidad entre los seres humanos y luego de ello, Cristo vendrá a juzgar y establecer su reino eterno.
La tercera forma de interpretar el milenio se le conoce como PREMILENIALISMO y esta enseña lo siguiente:
La primera de sus afirmaciones es que los mil años son literales. Cristo reinará mil años sobre la tierra. Una vez que haya atado al diablo por mil años. Ese reino será inaugurado por el Señor Jesucristo cuando retorne a la tierra con poder y gloria.
Ante las críticas que recibe por señalar que el milenio será literal, el premilenialismo responde que la razón para establecer esta verdad es por todo lo que los profetas del Antiguo Testamento señalaron cuando se refirieron al reino de Cristo. El reino de Cristo que esperaban los judíos y siguen esperando es terrenal y en ese sentido literal.
Debemos decir que el premileniarismo no es una doctrina que haya nacido recientemente. La historia señala claramente que en los primeros siglos de la cristiandad, la iglesia creyó que el milenio sería literal. De ello dan testimonio maestros como Tertuliano, Ireneo, Justino Mártir y Papías, entre otros.