La Biblia dice en Romanos 11:1-6
Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.2 No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: 3 Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?4 Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. 5 Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. 6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
Introducción
Pablo tiene la intención de clarificarle a la cristiandad la nueva posición de Israel. De ser el hermano mayor, hablando en términos humanos, Israel se convirtió en el hermano menor, pero no dejó ni ha dejado de ser familia de Dios. Esta nueva condición hizo pensar y hace pensar a muchos que frente a la Iglesia, Israel no tiene nada que hacer.
Pablo quiere dejar en claro que Israel sigue siendo pueblo. Esa condición no ha cambiado, ni cambiará nunca. Pensar que su retorno a su patria luego de la Segunda Guerra Mundial ha sido una casualidad es una afrenta a la soberanía de Dios que se mueve siempre con propósitos más allá de lo humanamente entendible y explicable.
A la iglesia de los Romanos Pablo le plantea con toda claridad que Dios no ha rechazado a su pueblo. Que nos los ha desechado. Una verdad que debemos recordar siempre, sobre todo cuando vivimos por muchos años en una cultura donde todo lo judíos era incomprendido.
En los versos de nuestro estudio Pablo va a presentar cuatro argumentos fundamentales para comprender que Israel con quien Dios ha sido bondadoso y severo sigue en los planes de Dios. Israel no ha desaparecido ni desaparecerá ante los proyectos divinos y la iglesia debe saberlo para saber como tratarlos.
Israel: La bondad y severidad de Dios
Dios no ha desechado a su pueblo
A. Porque Pablo no fue rechazado
B. Porque es su nación que eligió
C. Porque ni a Elías permitió acusarlo
D. Porque hay un remanente
La historia de dolor es una historia de sufrimiento. Perseguidos, maltratados y eliminados sistemáticamente por su idiosincracia, pero sobre todo con el falaz argumento de que fueron los homicidas de Cristo, han padecido lo que ningún otro pueblo ha sufrido a lo largo de toda la historia.
La intolerancia religiosa contra ellos ha sido gravísima alcanzando niveles impensables. La palabra genocidio surge exactamente para buscar una palabra que explicara el exterminio de millones de judíos en las cámaras de gases de la Alemania nazi. Esa palabra no existía hasta que Hitler ordenó la solución final, es decir matar masivamente a hebreos.
Cuando llegamos a Romanos descubrimos que Pablo tenía una visión completamente de los hebreos. Una visión que ni el propio Martín Lutero alcanzó a apreciar. Dios no ha desechado a Israel, sigue siendo su pueblo.
A. Porque ni el propio Pablo fue rechazado
Los judíos no fueron rechazados por el Señor, les dice Pablo a los Romanos y les presenta el primer argumento: él mismo. Pablo era judío y era en ese tiempo el principal predicador de la nueva fe en el mundo conocido de esa época. Si Dios hubiera rechazado a Israel, cómo explicar que un hebreo fuera su heraldo.
La historia personal de Saulo de Tarso es de suyo interesante. Fue un perseguidor de la iglesia, injuriador e intolerante que estuvo presente cuando cayó el primer mártir de la iglesia cristiana, pero Dios lo llamó de manera sobrenatural cuando iba camino a Damasco y desde entonces se convirtió en un férreo promotor de la fe en Jesús.
Cómo se podía sostener, entonces, la tesis de que Dios había rechazado a su pueblo. Imposible. Dios no ha desechado a Israel. Israel sigue en los planes que Dios tiene y justamente el capítulo once Pablo nos develará el destino de los israelitas. Pablo es descendiente de Abraham y de Benjamín.
B. Porque es su nación que eligió
El segundo argumento de Pablo es que Israel es la nación del Señor. Los conoció antes, es decir los conocía perfectamente. Los sucesos en el desierto sirvieron para conocer lo que había en el corazón del pueblo que había escogido.
Cuando leemos todo lo ocurrido en los cuarenta años de peregrinaje de Egipto a la tierra prometida sabemos lo el Creador pensaba de su nación. De hecho desde allí mismo podían haber sido destruidos, de no haber sido por la intervención de Moisés quien intercedió por ellos, luego de pecar con el becerro de oro.
La frase “desde antes conoció” que usa la Reina Valera 1960. Algunas otras versiones la vierten como “Dios había reconocido” a su pueblo. Dios no se ha distanciado de sus elegidos. ¡Claro que no! Israel sigue presente en sus proyectos y por esa razón la iglesia ni debe ni puede menospreciarlos.
C. Porque ni a Elías permitió acusarlo
Los versos dos al cuatro de nuestro texto dicen de la siguiente manera:
No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: 3 Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme?4 Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal.
En un momento de gran oscuridad espiritual. Cuando el culto al Dios verdadero parecía apagado, Elías lanza una acusación contra Israel. No hay que olvidar que la figura de Elías en la literatura hebrea no es la de cualquier profeta. Y ese varón de Dios le dijo al Señor que se sentía inmensamente solo porque los judíos habían dejado a Dios.
El pasaje tomado del libro de los Reyes es sumamente aleccionador. Siempre habrá, siempre ha habido un grupo de personas fieles a Dios en el pueblo de Israel. Ninguna acusación cabe contra ellos porque ignoramos lo que en realidad sucede al interior de ese pueblo.
D. Porque hay un remanente
Elías pensó que solo él estaba dando la batalla ante la rebelión de Israel. El culto a Baal parecía haber destronado el culto al Señor de los ejércitos, pero estaba equivocado y Dios le responde.
La respuesta de parte de Dios, dejó perplejo al profeta. El Señor le dijo que había un grupo de personas que no aún eran fieles al Señor y no a Baal. Remanente, le llama la versión Reina Valera algunas otras versiones le llaman “resto”. Se trata de un grupo de personas reducido, pero lo suficientemente numerosos para formar un grupo digno de ser considerado.
Los versos cinco y seis dicen de la siguiente forma:
Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.6 Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
Ese remanente es la expresión de la gracia de Dios. Dios se ha reservado el derecho de dejar un grupo de personas que no han perdido la fe, que se han mantenido fieles al llamado de parte de Dios y que le sirven con el corazón aún en las condiciones espirituales más complejas.