La Biblia dice en 2ª Corintios 8:1
“Ahora, hermanos, queremos contarles cómo se ha mostrado la bondad de Dios en las iglesias de Macedonia.”
En su segunda carta a los Corintios Pablo ocupa dos capítulos completos para hablar de la generosidad de las iglesias de Macedonia. En esta región estaba tres iglesias muy conocidas por los creyentes: Filipos, Tesalónica y Berea. Para esos días la habían pasado mal los creeyentes de estas iglesias debido a situaciones de contracción económica y padecieron escasez y necesidad.
Esas iglesias habían entrado a un grave proceso de deterioro económico por diversas condiciones ajenas a su voluntad, sin embargo Pablo utiliza el ejemplo de los creyentes de esas congregaciones para hablar de la bondad de Dios, lo que quiere decir que a pesar de lo que suceda y que humanamente parece una desgracia se torna en una bendición.
Pablo va a hablar en los capítulo ocho y nueve de lo que estas iglesias hicieron cuando se enteraron que en Jerusalén se había presentado una terrible hambruna. Los hermanos de la primera iglesia que se fundó estaban en graves aprietos, tal vez más grandes que los que ellas tenían y entonces decidieron ayudar.
Lo valioso del relato o testimonio que Pablo le ofrece a la iglesia de Corinto es precisamente que los ánima a ser generosos también y para ello usa como ejemplo a las iglesias de Macedonia que se comportaron con mucha solidaridad, a pesar de estar en la misma situación que la iglesia de Jerusalén.
Se trató de un caso excepcional porque aun en sus precarias condiciones decidieron ayudar a los necesitados y para Pablo esa es una forma de mostrar la bondad de Dios. La versión Reina Valera 1960 traduce “la gracia de Dios”, en lugar de la bondad de Dios como lo hace la versión Dios Habla Hoy.
Ayudar a los padecen necesidad es una manifestación de la bondad de Dios o la gracia de Dios, es decir de su favor inmerecido. Los macedonios lo hicieron de manera voluntaria, no se les obligó, ni se les forzó. Dieron justamente más allá de sus fuerzas y eso Dios lo valora grandemente.
Dar de lo que nos sobra es bueno porque no atesoramos egoistamente, pero dar de lo que no tenemos es una muestra del amor hacia quien lo necesita. Esa es una manera de ver materializada la compasión divina en nuestras vidas de manera palpable o directa, lo que se convierte en una experiencia sumamente alentadora.
La bondad de Dios está mucho más cerca de lo que pensamos. Esta en la ayuda al necesitado.