La Biblia dice en Hebreos 1:13
“Pues, ¿a cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies?”
Introducción
El último salmo que el autor de la carta a los Hebreos cita es el salmo ciento diez, un canto dedicado exclusivamente a presentar al Mesías y que Jesús cito en los evangelios, que se se invoca en el libro de los Hechos :
41 Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó,42 diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: de David. 43 Él les dijo: ¿pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo: 44 Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? 45 Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo? 46 Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.
Jesús reclamó para sí lo que el salmo ciento diez dice:
Jehová dijo a mi Señor: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. 2 Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; domina en medio de tus enemigos. 3 Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder, en la hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora tienes tú el rocío de tu juventud. 4 Juró Jehová, y no se arrepentirá: tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec. 5 El Señor está a tu diestra; quebrantará a los reyes en el día de su ira. 6 Juzgará entre las naciones, las llenará de cadáveres; quebrantará las cabezas en muchas tierras. 7 Del arroyo beberá en el camino, por lo cual levantará la cabeza.
En Hechos 2:34-35 encontramos citado el primer verso del salmo ciento diez:
“Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.”
En la actualidad el salmo ciento diez sigue siendo mesiánico para los judíos que aún no han creído en Cristo, pero en tiempos de Jesús y los apóstoles fue doctrina que Jesús era el cumplimiento total de ese salmo y que no había confusión alguna: Jesús es el Hijo de Dios.
Y en esa condición tanto el salmo ciento diez como Hebreos lo presentan como dueño de autoridad, completamente igual al Padre en cuanto a dominio, control y soberanía y eso es justamente lo que meditaremos en nuestro último estudio de la serie basada en la carta a los Hebreos.
La encarnación de Cristo, la incomparable revelación de Dios
Para mostrarnos su dominio perfecto
A. Sentando al Hijo a la diestra de Dios
B. Derrotando absolutamente a los enemigos del Hijo de Dios
Hemos dicho a lo largo de nuestra serie que el autor de la carta a los Hebreos tiene la intención de presentar al Hijo de Dios como superior a los ángeles y este verso es más que contundente porque comieza precisando que a ninguno de los ángeles por más poderosos que sean, el Señor les dijo jamás: siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
Ningún ángel mereció ese honor porque estaba reservado para el Hijo. La iglesia primitiva, según leemos tanto en los evangelios, el libro de los Hechos y la carta a los Hebreos entendían claramente que Jesús era aun más que David y que si bien descendía de esa casa real, en realidad era mucho muy superior a sus ascendiente.
A. Sentando al Hijo a la diestra de Dios
La expresión sentarse a la diestra de Dios se entendía claramente en los días en que se escribió la carta a los Hebreos porque en sentido natural cuando un rey invitaba a algunos de sus súbditos a sentarse a un lado de él, le estaba delegando la misma autoridad y poder que él tenía.
Cuando Salmos, los evangelios, Hechos y Hebreos citan el salmo ciento diez verso uno lo que en realidad están haciendo es presentado al Hijo en igual de condición y naturaleza que el Padre. Jesús es superior a los ángeles por mucho porque comparte el dominio que el Padre tiene.
El Hijo no ha perdido el control de lo que pasa en este mundo. No ha dejado de tener dominio. En apariencia pareciera que los sucesos que acontecen salen de sus manos, pero la realidad es que él gobierna y esa enseñanza era vital para los creyentes del primer siglo y mucho más para nosotros.
El gobierna con Dios porque es Dios mismo y lo que nos sucede o acontece forma parte de su soberanía. Podemos estar en descuerdo con muchas de las situaciones que vivimos, pero nunca debemos olvidar que eso no significa, ni significará en ningún momento que Dios no este al tanto de lo que pasa.
B. Derrotando absolutamente a los enemigos del Hijo de Dios
Los adversarios de la iglesia en los tiempos en que se escribió Hebreos parecían invencibles o imbatibles y no se veía que los enemigos estuvieran en la condición de la que habla el autor tanto de los Salmos como de Hebreos. Y era cierto. Los romanos seguían como el gran poder.
Pero los principales enemigos del hombre habían sido exhibidos públicamente como leemos en Colosenses 2: 13-15
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, 14 anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,15 y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.
Evidentemente la consumación total del reino mesiánico ocurrirá cuando Cristo retorne a la tierra y el salmo ciento diez se cumplirá literalmente ante los ojos de todos tal y como lo dice Pablo en Filipenses y el propio libro de Apocalipsis que señalan el triunfo contundente e inobjetable de Cristo Jesús.