La Biblia dice en Nehemías 5:18
“Y lo que se preparaba diariamente por mi cuenta, era: un buey y seis de las mejores ovejas, y aves; y cada diez días había vino en abundancia. A pesar de esto, nunca reclamé la pensión que me correspondía como gobernador, porque ya era excesiva la carga que pesaba sobre este pueblo.”
Nehemías regresó a reconstruir los muros de Jerusalén. Retornó y encontró enemigos externos que se oponía a la obra y problemas internos entre los judíos que ya habían retornado a la ciudad que setenta años antes había sido destruida por Nabucodonosor y tuvo que enfrentar a adversarios y adversidades.
La clase gobernante de su país se había extralimitado con el pueblo. A pesar de que la nación apenas se reponía de la castástrofe por la invasión babilónica, al restuararse el gobierno hebreo autónomo sus representantes comenzaron a exigir tributos a sus conciudadanos como si no consideraran la penosa necesidad que tenían.
Nehemías, entonces, tomó una decisión y fue renunció a la pensión que le correspondía como gobernador y al contrario los gastos que tenía por su labor no solo los sufragaba él, sino que por su propia cuenta proveía alimento a sus empleados y al pueblo mediante el sacrificio de buenes, ovejas y aves y hasta les daba cada diez días vino.
Su actitud contrastaba con sus antecesores que insensibles, en lugar de ayudar a su pueblo se aprovechaban de su posición como autoridad y expoliaban a unos ya de por sí empobrecidos judíos, lo que nos da varias lecciones para la vida cotidiana y una de ellas es la empatía que siempre debemos practicar.
También podemos aprender la consideración hacia aquellas personas a las que podemos ayudar y no debemos extralimitarnos sino actuar con sentido social, es decir considerar su situación económica y si podemos debemos ayudarlos y no aprovecharnos de su necesidad para explotarlos debemos hacerlo.
El reconstructor de los muros de Jerusalén es ejemplo para todos a fin de no ser ambiciosos con los menesterosos y recordar siempre que debemos dominar nuestros deseos de aprovecharnos de nuestra posición frente a los que nada tienen y sobre todo a ser solidarios recordando que la generosidad es muchísimo mejor que la avaricia.
Nehemías podía continuar con la práctica de exigir que se le diera la pensión como gobernante, pero renunció a ella porque tal vez era legal, pero era inmoral exigir dinero en medio de una emergencia donde se requería apoyar y no exigir.