La Biblia dice en Amós 1:1

Este es el mensaje que Amós, pastor de ovejas del poblado de Tecoa, recibió de parte de Dios acerca de Israel, dos años antes del terremoto, en tiempos de Uzías, rey de Judá y de Jeroboam, hijo de Joás, rey de Israel.

El profeta Amós fue un mensajero de Señor dedicado al pastoreo de ovejas y desde esa sencilla y modesta función Dios lo llamó para anunciar sus mensajes a su pueblo, lo que nos deja muy en claro que Dios usa a todo tipo de persona sin importar si desde el punto de vista humano cuenta con las credenciales académicas que según algunos deben tener.

Dios levantó a este sencillo hombre y a través de su predicación les hizo ver al vanidoso, altivo y soberbio pueblo del reino del norte llamado Efraín o Israel, que su opulencia y riqueza de nada servían porque Dios se vale de personas sencillas y modestas con un corazón dispuesto a someterse a Él.

Nos queda claro que para servir al Señor el principal requisito es rendir nuestra vida de manera incondicional dejando que sea Él quien dirija nuestra existencia ya que de esa forma nos dotará de las herramientas y las capacidades que se requieren para ser un emisario del gran Rey.

Eso no implica que Dios desdeñe a quienes tienen una formación profesional, pero si quiere decir que lo importante siempre será no a quien se llama, sino el que llama, en otras palabras es importante el mensajero, pero es más importante el mensaje que trae consigo porque de esa manera el pueblo puede ser instruido.

Amós era un sencillo pastor que vivía en una modesta villa llamada Tecoa. No tenía pretensiones de grandeza. Su labor era parecida a la de David, quien fue separado del pastorado de ovejas para convertirse en el rey de Israel porque tenía un corazón conforme al corazón de Dios.

Su llamado fue una lección para sus contemporáneos acostumbrados a lo faustuoso y ensalzar los méritos humanos a la hora de presentar a algunos hombres y llenar de lisonjas a quienes a su juicio reunían los requisitos sociales para llamarse servidores de Dios, cuando al Creador ese tipo de credenciales lo tienen sin cuidado.

Para hablar de Dios solo se requiere una decisión. Desde la posición más sencilla y modesta, un hombre o una mujer pueden hablar en nombre del Señor, siempre y cuando sujeten su corazón a la voluntad de Dios. Dios, nos muestra siempre, generalmente está en las cosas sencillas de este mundo.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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