La Biblia dice en Apocalipsis 19:4-8
4 Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: !Amén! !Aleluya! 5 Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. 6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: !Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! 7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Introducción
Esta sección del libro de Apocalipsis nos regresa al capítulo cuatro de ese mismo libro donde se nos presentó por primera ocasión tanto a los veinticuatro ancianos como a los cuatro seres vivientes, que han acompañado la revelación en los capítulos siguientes hasta llegar al diecinueve.
Como repaso y recordatorio porque el tema que hoy estudiaremos lo demanda vayamos a ese capítulo que dice los siguiente:
Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas. 2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. 3 Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda.4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. 5 Y del trono salían relámpagos y truenosy voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego,las cuales son los siete espíritus de Dios.6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. 7 El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. 9 Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: 11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.
Como lo he dicho en otras ocasiones, el libro de la Revelación de Jesucrito tiene un hilo conductor que no debemos perder de vista para entenderlo. El capítulo cuatro abrió una especie de gran corchete para retormase en este capítulo cuando el gran trono blanco vuelve a reaparecer con sus protagonistas.
Las bodas del Cordero
II. Celebrando con alabanzas estruendosas
A. Acompañada por los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes
B. Como el correr de muchas aguas y truenos
C. Porque ha llegado el matrimonio del Cordero y su iglesia
Adorar a Dios puede ser de muchas maneras: con tranquilidad, en silencio y hasta con mucha paz, pero también con fuerza, con mucha alegría y regocijo de tal modo que sea ruidosa o estruendosa. Eso lo encontramos de manera reiterada en el libro de los Salmos y también en Apocalipsis.
A. Acompañada por los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes
Ya vimos que el verso cuatro menciona a los veinticuatro ancianos y a los cuatro seres vivientes. Incluso hemos leído su primera aparición en el capítulo cuatro. Eso significa que las bodas del Cordero constituyen uno de los momentos de mayor exaltación y adoración al que vive por los siglos de los siglos.
Estamos ante el evento más importante del futuro y por eso la adoración a Dios es estruendosa y no es para menos, la gran ramera ha caído. La que quiso suplantar el lugar de la verdadera novia ha sido destruida.
La presencia de estos personajes relacionados directamente con la iglesia y con Israel nos habla claramente del final de la historia humana. Nos ofrece lo que ha de acontecer en el porvenir para confiar que un día no muy lejano hemos de reunirnos los millones de cristianos para adorar como se merece nuestro Redentor.
B. Como el correr de muchas aguas y truenos
Los versos cinco y seis dicen de la siguiente forma:
5 Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes.6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: !Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!
Millones seres humanos se reunirán para declarar una de las grandes aspiraciones que la iglesia e Israel tiene en común: Que el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina. Los creyentes desean, deseamos, fervientemnte que Dios tome el control de este mundo porque los gobernantes humanos no han podido ni podrán combatir el mal porque a veces ellos mismos son el mal.
El reino de Dios finalmente llegó a su manifestación plena. El reino de los cielos que los creyentes hemos creído desde que aceptamos a Cristo en nuestras vidas, por fin será materializado en las bodas del Cordero, por eso es tan relevante para la cristiandad este evento.
La promesa a David plasmada en pacto davídico tendrá su expresión clara y contundente tal y como lo anhelaron ver los creyentes de todos los tiempos. El reino de Dios materializado finalmente será manifestado y en eso el corazón de todos los creyentes se alegrará grandemente.
Y esa realidad es celebrada de manera estruendosa. Juan pone dos ejemplos para comprender a qué se refiere. El primer ejemplo es el ruido que provocan las corrientes de los ríos. Un ruido que se escucha a distancias muy lejanas en las comunidades donde hay afluentes.
La segunda comparación todavía más fuerte porque son las tormentas con truenos en las que el ruido es todavía más grande porque se escuha a kilometros de distancia y todos podemos ser testigos de ella. De esa manera Juan explica como será la alabanza que se rinda a Dios en las bodas del Cordero.
Es una fiesta y una fiesta no puede llevarse a cabo en silencio. La alegría es tanta que la mejor manera de expresarla es con gritos de júbilo, con proclamaciones llenas de energía y fuerza.
C. Porque ha llegado el matrimonio del Cordero y su iglesia
Los versos siete al ocho dicen de la siguiente forma:
7 Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. 8 Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
La novia está lista. Se ha preparado. La preparación ha sido mediante pruebas y luchas, pero finalmente ha salido avante y ahora participará ataviada de lino fin, limpio y resplandeciente, ropaje que contrasta con la gran ramera que quiso usurpar su lugar, pero que fue juzgada.
Juan explica el significado del lino fino con que están hechas las vestiduras de la novia, representan las acciones justas de los santos. Esto es de gran relevancia porque implica que las acciones definen quien es quien en la vida cristiana. Se trata de obras, no en el sentido de salvación, sino de perseverancia.
La iglesia debe resistir los embates del mundo y a pesar de la presión que ejerza sobre ella los poderes de las tinieblas en esta tierra no debe dejar de dar testimonio del Hijo de Dios porque todo ello será considera a la hora del fin del mundo.