La Biblia dice en Apocalipsis 19: 9-10
9 Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. 10 Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
Introducción
Juan nos lleva a la Bodas del Cordero de una manera muy particular. Nos ha dicho lo que se celebrará: el fin de la falsa ramera que quiso usurpar a la verdadera novia del Cordero, luego nos dice que el festejo o celebración será apoteósico, es decir estruendoso y con millones de seres que cantarán con gritos al Creador.
Es el evento más importante de la profecía. Representa el fin de tantos y tantos sufrimientos para la iglesia y su recompensa por haber acompañado desde siempre el sacrificio de Cristo con fidelidad y con entrega incondicional, a pesar de las grandes dificultades que enfrentó. No hay que perder de vista que Juan le escribe a una iglesia perseguida que perseveró hasta el fin.
Y ahora se centra, no en la novia (que es la iglesia) porque de ella ya habló en los capítulo dos y tres y la preparó con los sendos mensajes en donde le señala los yerros que debe atender para evitar atravesar la Gran Tribulación. Y del novio ha hablado desde que comenzó el último libro de la Escritura.
Ahora se centra en los invitados a los que llama dichosos. Es obvio y evidente que no son ni Cristo ni la iglesia. En una boda los novios no son invitados. ¿Entonces, quiénes son los invitados? A quienes además se les llama bienaventurados, dichosos y felices por participar ese gran evento.
El estudio que hoy desarrollaremos nos lleva a considerar este importante tema de salvación y rendención que traerá consigo las bodas del Cordero en las que la iglesia tendrá un papel protagonista. Es de llamar la atención que Juan tiene para con el ángel que le da ese mensaje.
Después de oír esas palabras Juan nos revela que cayó postrado a sus pies para adorarle. Algo que el mensajero divino rechazó con argumento que haría palidecer a cualquier predicador altivo que piensa que se le debe rendir tributo, el dijo yo soy consiervo como tu y tus hermanos. Una referencia a la iglesia de los tiempos de Juan que vivía perseguida.
Las bodas del Cordero
III. Dichosos los invitados
A. Porque han creído palabras verdaderas
B. Porque adorarán correctamente a Dios
C. Porque la profecía es cierta y segura
A. Porque han creído palabras verdaderas
¿Quiénes son los invitados? Ya dijimos que no son los miembros de la iglesia porque la iglesia es justamente la protagonista. Los invitados pueden ser los creyentes antes del Pentecostés. Aquellos hombres y mujeres que creyeron en Dios y por la fe vivieron de acuerdo a los mandamientos que les fueron dados por Moisés y aprendieron que la gracia divina era su ayuda.
Pueden ser también los creyentes gentiles que conocieron la revelación escrita, pero también pueden ser todos aquellos que con la revelación general (los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamente anuncia la obra de sus manos) y su conciencia creyeron en Dios.
O también pueden ser todos aquellos que salieron de la gran tribulación y que pagaron con su vida haber creído en Cristo. O una combinación de todos ellos. Ellos se convirtieron en los invitados que participarán en las bodas del Cordero y por esa invitación automáticamente se convierten en bendecidos, dichosos o felices.
Juan da la razón de esa nueva posición que tienen: “Estas son palabras verdaderas.” Se entiende que Juan quería reafirmar la veracidad del evento. Quería dejar en claro que no había ni debería haber duda alguna en los hechos que estaban por consumarse en su profecía bíblica.
Es destacable que el ángel le ordena a Juan que escriba lo que está diciendo. De hecho Juan ya tenía la encomienda de escribir las visiones que iba a recibir, pero al recalcar que redactara lo que estaba viendo implica una gran importancia y si a eso sumamos que le dice: “Son palabras verdaderas”implica la importancia de lo que le está diciendo.
Los participantes en las bodas del Cordero son dichosos porque de luchar con la mentira por fin llegan a una verdad.
B. Porque adorarán correctamente a Dios
Cuando Juan oyó el mensaje del ángel cayó de rodillas y adoró al ángel. Pero el ángel de inmediato lo corrigió. Así lo explica Apocalipsis 19:10:
Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios.
Fue la impresión de lo que escuchó y lo enorme de la revelación que Juan consideró la fuente de esas palabras como la voz de Dios mismo y por eso se arrodilló, pero se equivocó y el mensajero del Señor lo corrigió de inmediato con unas palabras que nos llenan de gozo porque se hizo igual a Juan y a todos lo que retenían el testimonio de Jesús.
Pero también cuando le dice que adore a Dios, lo esta ayudando para no caer en esa grave equivocación que muchos han caído de honrar a quien no es Dios y fue justamente ese el gran error que llevó a millones de seres a olvidar al Creador y concentrarse en sus creaturas lo que lo llevó a una situación errática.
C. Porque la profecía es cierta y segura
La última parte del verso once de nuestro estudio dice de la siguiente manera: porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
El ángel, entonces, le descubrió a Juan una verdad que conecta el testimonio de Jesús con la profecía. Parecen temas desconectados, pero Juan dice que el sacrificio de Cristo es la esencia de la profecía. Lo que nos remite inevitablemente al Antiguo Testamento