La Biblia dice en Proverbios 31:10
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
La Biblia está repleta de historias de mujeres. Desde Eva hasta María, en la Escritura encontramos muchas mujeres que atravesaron dificultades, vivieron penas, se levantaron y con su carácter y belleza, además de valentía construyeron naciones, pero también localizamos féminas malvadas que se caracterizaron por su obstinada y profunda maldad.
Del primer lado encontramos por ejemplo a Jocabed, Séfora, Sara, Rebeca, Raquel, Lea, a María, la hermana de Aarón y Moisés, Rahab, Débora, Abigail, Rut, Noemí, Ester y otras tantas que confiaron en Dios, que acompañaron a sus maridos o que definitivamente se sobrepusieron a grandes conflictos.
Pero del otro lado también encontramos mujeres llenas de iniquidad como la reina Jezabel, o como Atalía, ni que decir de mujeres como Herodías y su hija que confabuladas pidieron la cabeza de Juan el Bautista en lo que fue un crimen de odio porque el profeta señalaba su relación ilícita de Herodías con Herodes.
La Biblia no calla al hablar de la bondad, abnegación y entrega de las mujeres. Pondera su disposición a ayudar a sus maridos, cuidar a sus hijos y proveer seguridad y tranquilidad en su hogar, pero tampoco guarda silencio cuando se trata de denunciar su inclinación maligna como la de los hombres. Hay mujeres buenas, claro. Pero también hay mujeres malas.
Decir que todas las mujeres son buenas es completamente inexacto, pero decir que todas son malas es igual de extremo. En este mundo encontraremos a ambas. Esa es una realidad que debemos aceptar y comprender. Bajo esa tesitura, Salomón ha hablado en su libro de la mujer mala, de la mujer adúltera, de la mujer rencillosa, la mujer insensata.
Y termina hablándonos de la mujer virtuosa. Una clase de mujer que cumple con diferentes roles en su vida. Una clase de mujer que es retratada de manera peculiar porque vive en paz consigo misma y en consecuencia una vida familiar equilibrada y sana que hace que quienes están a su alrededor disfruten de la existencia.
Pensar que la Biblia denigra a la mujer o la desestima es una rotunda equivocación nacida de una falta de profundidad en las Escritura. En la Biblia siempre encontraremos a Dios ayudando a la criatura que diseñó diferente al hombre para que viviera a su lado, no encima, pero tampoco debajo de él.