La Biblia dice en la 1ª carta de Pedro 1:10-12
10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.
Introducción
Pedro escribe sobre los sufrimientos de Cristo que también fueron anunciados con antelación por los profetas del Antiguo Testamento. Quizá sea el profeta Isaías el que mejor retrató el calvario que viviría el Mesías durante su paso por esta tierra, según leemos en el capítulo cincuenta y tres de su libro.
¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? 2 Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. 3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. 4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. 5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. 6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. 7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. 8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. 10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.
Esta idea la retoma Pablo cuando escribe la carta a los Filipenses 2:5-11
5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,10 para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
No se sorprendan: los cristianos también sufren
El sufrimiento primero, luego la gloria
A. Así fue anunciado por los profetas
B. Así lo contemplan los ángeles
A. Así fue anunciado por los profetas
En los versos diez y once el apóstol Pedro escribe lo siguiente:
10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación,11 escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos.
Los profetas del Antiguo Testamento tuvieron mucho cuidado con lo que anunciaban. Según nos dice el apóstol ellos preguntaron e investigaron acerca de esta salvación que ahora nosotros disfrutamos. La salvación universal fue un tema reiterado en los salmos, por ejemplo.
Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra, dice el salmo 100:1 y así en muchos otros se puede leer esa frase. Lo mismo encontramos en profetas como Habacuc, Isaías, Joel y otros más que anunciaron que un día todas las naciones, los pueblos y todas las tribus del orbe gozarían de la salvación del Señor.
Ellos vieron los sufrimientos del Mesías, pero vieron también la gloria que vendría tras ellos y gracias a esta afirmación de Pedro podemos afirmar con toda seguridad que nuestros sufrimientos son y serán la gloria del día de mañana.
B. Así lo contemplan los ángeles
El verso doce de nuestro estudio dice de la siguiente manera:
A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.
Los profetas tuvieron revelaciones para los salvos. Y la administraban, es decir, las presentaban de acuerdo a los planes de Dios que ahora a través de las buenas nuevas son anunciadas a los gentiles a través de la predicación de las buenas nuevas. El evangelismo es el cumplimiento de lo que vieron los santos varones de Dios.
Y esa actividad tiene impresionados a los ángeles que el apóstol Pedro menciona diciendo que “anhelan mirar”.