La Biblia dice en 1ª Pedro 4:15-20

Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16 pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? 19 De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.

Introducción

El creyente y el incrédulo van a sufrir porque la existencia del hombre en el mundo tiene aparejado el dolor de la separación de un ser amado, la pérdida de un amigo o un ser querido, un accidente, una enfermedad. Todos sufriremos, pero el sufrimiento por Cristo tiene un cariz distinto.

Esa clase de dolor nace o surge porque se vive de manera piadosa, de acuerdo a las demandas que Dios exige. Pablo escribe a su discípulo Timoteo y les dice que todos los que quieran vivir piadosamente sufrirán persecución. Vivir apegados al Señor nos traerá enemigos y adversarios.

El apóstol Pedro escribe y hace dos cosas en estos versos que hoy meditaremos: Lo primero que hace es decirnos que hay personas que sufrirán por homicidas, ladrones, malhechores o por entrometerse en lo ajeno, algunos dirán por chismosos y esa clase de padecimientos no tienen relación alguna con padecer por Cristo.

En segundo lugar se apura a decirnos que el sufrimiento de la iglesia es el preámbulo de la gran tribulación que padecerá el mundo entero. La diferencia entre ambas temáticas radica en que la iglesia es sostenida en esos momentos de sufrimiento por la gracia de Cristo, en cambio el mundo no tendrá a donde ir.

Los padecimientos en los cristianos no deben sorprenderlos porque vendrán a su vida, pero tienen la garantía de que Dios estará con ellos y serán librados encomendados al Creador que dará la cara por quienes padecemos por causa de su nombre y por ello no debemos de dejar de hacer el bien.

No se sorprendan: Los cristianos también sufren
Los padecimientos por Cristo no deben avergonzarnos
A. Porque hay sufrimientos por nuestra mala conducta
B. Porque los sufrimientos por Cristo purifican

El planteamiento de Pedro ante el sufrimiento es aleccionador y alentador. Dice que si el juicio ha comenzado por la iglesia y en ese padecimiento el justo con dificultad se salva en dónde aparecerá el malvado, claro que no aparecerá en ningún lado porque será desechado ante su incapacidad de buscar a Dios.

El justo y el malvado padecerán, solo que el justo se salvará mientras que el malvado no y por esa razón los creyentes deben mantener sin variación alguna su determinación de hacer el bien y poner sus almas en manos del Creador que sabrá como guardarlos en medio de la persecución.

A. Porque hay padecimientos por nuestra mala conducta

Desde un inicio Pedro quiere dejar bien en claro que el cristiano puede sufrir por otras causas distintas a servir o ser fiel a Cristo. Pedro enuncia una lista de cinco causas por las que alguien puede sufrir y sufrir mucho: 1. Homicida. 2. Ladrón. 3. Malhechor. 4. Entrometido.

Las última dos causas la versión Dios Habla Hoy la traduce de la siguiente manera: criminal y meterse en asuntos ajenos.

Es evidente que la persona que incurre en estos delitos y malos hábitos definitivamente va a sufrir, pero no debe confundir sus padecimientos con sufrir por Cristo porque sufre por su conducta equivocada. Un criminal o maleante claro que va a pagar las consecuencias de sus actos.

Me detengo un momento para hablar del entrometido. Se refiere a alguien que sin que lo llamen a algún problema acude. O también se trata de aquel a quien no le piden su opinión y habla o expresa su punto de vista, sin saber si va a irritar o molestar a alguien con lo que diga.

B. Porque los sufrimientos por Cristo purifican

Pedro escribe a los cristianos sobre el proceso de sufrimiento y les dice esto:

Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador? 19 De modo que los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, y hagan el bien.

Les dice que es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios. Frase que encierra tres verdades. La primera que están viviendo el inicio de un tiempo de sufrimiento. La segunda es que es un tiempo de juicio y la tercera es que al referirse a la iglesia la llama casa de Dios, lo que nos ayuda a comprender mucho el tema que quiere enseñarnos.

La palabra tiempo que usa en el griego es “kairos” que se diferencia de “cronos” porque éste señala un tiempo de terminado o una fecha en particular, en cambio la expresión kairos apela a una oportunidad o una ocasión que no siempre se presenta. El sufrimiento que están viviendo los cristianos del tiempo de Pedro es ocasional.

La expresión “juicio” que usa Pedro en este pasaje procede de la raíz griega “krima” que denota una setencia condenatoria emitida por un juzgado que obliga al culpable a un castigo. La iglesia del tiempo de Pedro estaba siendo sometida a esa clase de juicio, pero no porque fuera culpable de algo, sino como parte de un plan para juzgar a toda esa sociedad.

Es interesante notar que Pedro llama a la iglesia casa de Dios, la frase es llamativa porque casi no se usa este término en el Nuevo Testamento con referencia al Cuerpo de Cristo, pero la emplea tal vez para señalar la identidad de quienes están padeciendo y reforzar su confianza en su pertenencia al Señor.

Pedro hace un clara distinción entre el sufrimiento de los hijos de Dios y el padecimiento de los incrédulos. El justo con dificultad se salva, pero los que no han creído en Jesús no tendrán escapatoria.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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