La Biblia dice en 1ª Pedro 1:3-5
3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, 4 para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, 5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
Introducción
Como el sufrimiento es inherente a la vida cristiana, es decir el creyente va a sufrir por su fe, Dios se compromete a resguardarlo, protegerlo, cuidarlo, procurarle un vallado que lo cuide y tenderle una fortaleza para enfrentar los dolores que le vendrán por seguir a Cristo de manera genuina.
Pedro tiene el cuidado de informar a sus hermanos en Cristo sobre los grandes beneficios que trae consigo ser cristiano. Les muestra lo que Dios hizo por ellos. En primer lugar les dice que han sido renacidos. Otras versiones dicen los ha hecho nacer de nuevo. Reengendró, dice otra versión.
Pero también les dice con toda claridad que Dios los guarda con su poder, es decir en medio del sufrimiento tienen la garantía del cuidado de Dios. En otras palabras el Señor no se desentiende de ningún modo de las adversidades y luchas que enfrentan sus hijos en este mundo.
Ese resguardo de parte de Dios tiene como finalidad que los discípulos de Cristo alcancen la salvación, lo que quiere decir que su salvación está asegurada desde el momento que creyeron hasta su transformación cuando Cristo regrese y ellos viven o su resurrección si han partido de este mundo.
Pedro quiere dejarles bien en claro que en sus sufrimientos no están solos. Dios no solo los acompaña, sino que los cuida y libra como lo hizo con él cuando lo negó.
No se sorprendan: Los cristianos también sufren
Dios protege a sus hijos en el sufrimiento
A. Porque los hizo renacer
Para una esperanza viva
Por la resurrección de Cristo
Para recibir una gran herencia
B. Para alcanzar la salvación
Que ya está preparada
Que esta próxima a manifestarse
Pedro experimentó como ninguno de los otros apóstoles el cuidado del Señor durante los grandes sufrimientos que vivió. Habla de su experiencia y de cómo Dios ha cuidado a sus hijos durante los tiempos de aflicción como nos enseña el libro de Job, donde el Creador estuvo siempre presente.
A. Porque los hizo renacer
Los creyentes no se deben sorprender cuando sufren porque Dios los hizo renacer. Cuando estaban muertos en sus delitos y pecados, el Señor les dio vida. Antes de ello estábamos sometidos al dominio del pecado. Pero por un acto divino de gracia infinita tuvieron vida de parte del Señor.
La palabra “renacer” procede de la raíz griega anagennaó que solo aparece dos veces en todo el Nuevo Testamento. Las dos ocasiones en esta carta de Pedro y su sentido literal es nacer de nuevo o volver a nacer. Dios hizo el milagro de que nosotros volviéramos a nacer porque estábamos muertos en nuestros pecados.
Pedro nos explica que hay características de este nuevo nacimiento que el creyente experimentó cuando llegó a los pies de Cristo.
- Para una esperanza viva
Algunas versiones en lugar de esperanza viva traduce “esperanza viviente” para resaltar la clase de confianza que el creyente debe desplegar ante el futuro. La esperanza del hijo de Dios no es cualquier clase de esperanza, es una de tal calibre que lo llena de vida, de entusiasmo y de fortaleza.
- Por la resurrección de Jesucristo
El nuevo nacimiento fue producto de la resurrección de Cristo. Hemos nacido de nuevo gracias a la victoria del Señor. La muerte no lo pudo detener y eso hizo posible que los creyentes pudieran ser regenerados para poder tener comunión con Dios ya que de esa forma fueron santificados.
- Para recibir una gran herencia
El creyente es un heredero de Dios. Esa sola verdad bastaría para vivir en paz y sin incertidumbre aún en medio de las grandes dificultades que hay en este mundo porque hemos sido objetos de una gran consideración de parte de Dios al preparar una herencia para cada uno de nosotros.
Pedro define esta herencia con tres palabras, incorruptible, incontaminada e inmarcesible que quieren decir que no perece, que no se echa a perder y que no se deshace con el tiempo. Ese es el tesoro que Dios nos ha dejado a todos nosotros, para que podamos apreciar la clase de llamado que tenemos por delante.
B. Para alcanzar la salvación
La salvación de nuestras vidas comenzó cuando aceptamos a Cristo en nuestra existencia y tendrá su consumación cuando nosotros nos presentemos delante de él ya sea porque seamos transformados en su venida a la tierra o sea porque hemos muerto y hemos sido resucitado cuando el vuelva.
En ese lapso de tiempo tenemos garantizado el cuidado de Dios para que las tribulaciones no nos aparten del amor de Cristo. Dios sabe nuestras grandes debilidades, conoce perfectamente nuestro nivel de resistencia y por eso se compromete a guardarnos hasta alcanzar la salvación.
- Que ya está preparada
La salvación que vamos a disfrutar ya esta lista. No se va a construir o edificar apenas, tampoco se va a improvisar. Cristo le dijo a sus seguidores que iba a la casa del Padre a preparar moradas para que donde él estuviera nosotros también estuviéramos, es decir el lugar de nuestra residencia eterna esta lista.
- Que está próxima a manifestarse
Los apóstoles y la primera generación de creyentes vivían profundamente convencidos de que la redención en Cristo estaba muy cercana. Para ellos el regreso de Cristo era inminente y por eso vivían desapegados del mundo. Vivían conscientes de que sus padecimientos eran pasajeros frente a la eternidad de Dios.