La Biblia dice en Eclesiastés 2:23
Toda su vida es de sufrimientos, es una carga molesta; ni siquiera de noche descansa su mente. ¡Y esto también es vana ilusión!
La vida del hombre sobre la tierra ha sido objeto de muchos estudios, reflexiones y meditaciones para tratar de encontrar sentido al paso de los seres humanos sobre la tierra tan lleno de contradicciones, harto de paradojas y atiborrado de dilemas que atosigan a hombres y mujeres que buscando la felicidad encuentra dolor.
El libro de Eclesiastés es un libro desafiante porque nos presenta la visión de un hombre que se dedicó a observar la experiencia humana en todos sus ángulos y nos dejó un escrito que nos sirve no para enteder y comprender algo que muchas veces no tiene sentido, sino más bien para enfrentar esos momentos de incertidumbre que llegan a la vida.
Salomón escribió este volumen de la Biblia y plantea inquietantes verdades bajo el paraguas o en el marco de una visión que para muchos es pesimista: “vanidad de vanides, todo es vanidad”. El hombre sin saberlo persigue quimeras, utopías y debe percatarse que de no buscar la verdad o realidad terminará su vida lamentandose haberse ocupado de sinrazones.
Y es que la vida del hombre, dice, el rey sabio de Israel transurre en medio del sufrimiento, el dolor, la tribulación. El hombre no puede evitarlo. La muerte que lo ronda desde que nace es quizá una de las grandes fuentes de padecimiento en este mundo. La desaparición física de un ser querido lastima grandemente. La enfermedad también tiene su dosis de dolor.
Y el autor del Eclesiastés nos ofrece esta realidad y nos enseña lo que debemos hacer ante este escenario inevitable: la escapatoria está en disfrutar el bien de nuestra labor. El placer sano, el placer que Dios diseñó para nuestras vidas es el único antídoto contra las molestias que conlleva el vivir.
Pensar que podremos evitar el dolor o sufrimiento no es bueno porque tarde o temprano se planta frente a nosotros y cuando llegué podemos enfrentarlo recordando los buenos momentos que vivimos con nuestros seres queridos. El dolor es inevitable y por eso no debemos desaprovechar el tiempo en situaciones que nos impiden disfrutar la vida.
El libro de Eclesiastés está entre los libros de la Biblia para recordarnos que en este mundo enfrentaremos adversidades, pero no nos doblegarán si sabemos pasar buenos momentos con quienes amamos y apreciamos.