La Biblia dice en Lucas 6:38
Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma vara que medís, os volverán a medir.
El principio de la proporcionalidad lo encontramos tempranamente en la literatura hebrea. Moisés le escribió a los judíos en el desierto que cada delito tenía que ser castigado con una pena proporcional. Ese es el sentido de la expresión “ojo por ojo y diente por diente”, de ningún modo significó o significa que a las personas se les tenía que mutilar por un delito.
La función de esa frase era la de enseñar a los jueces judíos el principio de proporcionalidad es decir de retribuir a cada persona según su falta. La ley preveía una serie de acciones concretas ante eventuales faltas de los israelitas por ejemplo si alguien privaba de la vida involuntariamente a otra persona, podía escapar a la ciudades de refugio para salvarse.
Pero regreso al tema de la proporcionalidad, Jesús utilizó ese principio para enseñar dos cosas en este verso. Para ello recurrió a los dos sistemas con los que los judíos pesaban y medían. Como en muchas culturas orientales, los israelitas tenías varios tipos de instrumentos para comercializar artículos como frutos o minerales que se necesitaban pesar, pero también telas o bienes inmuebles que se tenían que medir.
En el texto que hoy meditamos Jesús nos dice claramente que dar es el instrumento que Dios utiliza para medirnos y pesarnos. Si damos generosamente recibiremos del Señor una medida buena, apretada, remecida y rebosando. Nos encanta a todos cuando compramos algo y el vendedor nos agrega algo más del peso. Que satisfacción experimentamos.
Esa misma satisfacción es la que obtendremos sin damos con liberalidad y aún más allá de nuestras fuerzas a Dios.
Luego Cristo dice que con la misma vara con la que medimos, nos volverán a medir. El tamaño de nuestras acciones regresarán de idéntica manera a nuestras vidas porque el Señor sabe perfectamente lo que podemos dar y lo que no podemos dar. Nos demandará exclusivamente lo que podemos ofrecer, pero también sabrá recompensar cuando damos a un en nuestra escasez.
Dar es la manera en la que Dios nos mide y nos pesa, como cuando vamos al hospital, la primera acción de los médicos y enfermeros es pesarnos y medirnos para que el especialista que nos atiende tenga elementos para la consulta y diagnóstico de nuestra salud.