La Biblia dice en Proverbios 27:1

No te jactes del día de mañana; porque no sabes que dará de sí el día.

Introducción

El hombre con todo y que puede realizar y ha realizado grandes inventos, tiene muchas restricciones y una de ellas es justamente el futuro. El hombre no puede saber lo que sucederá con todo el día de mañana con todo y los instrumentos que ha desarrollado para adelantarse a su tiempo.

Pero en muchas ocasiones en lugar de comportarse con humildad y sencillez al hablar del mañana lo hace como si fuera dueño de él, como si pudiera controlar todos los acontecimientos que se vienen y pudiera de algún modo evitarlos o si quiera enfrentarlos cuando se presentan.

El libro de los Proverbios hace justamente un llamado para tener una actitud correcta ante un terreno vedado para el ser humano, asumir un actitud dócil ante los sucesos futuros porque definitivamente los seres humanos no somos dueños de nada y fanfarronear sobre algo que no nos pertenece es verdaderamente necio.

Se trata de una advertencia formulada por la aguda observación del rey Salomón quien vio que muchos proyectos, planes o sueños se pueden derrumbar sin que podamos hacer nada y en consecuencia las circunstancias pueden cambiar diametralmente en cada una de nuestras vidas.

Ante esa realidad es necesario evitar la jactancia y asumir con humildad nuestra incapacidad para saber y controlar el futuro. Es de mucha necedad asumirnos como dueños del futuro, presumirlo como si fuéramos propietarios del porvenir cuando en realidad solo tenemos seguro el presente.

¿Qué va a pasar mañana? No lo sabemos. Todos esperamos que vengan cosas buenas. Es nuestro deseo e incluso nuestra oración, pero solo el Señor sabe que nos depara el futuro y por eso con mansedumbre debemos agachar la cabeza y suplicarle que sea compasivo con nosotros y nos permita en primer lugar vivir y luego llevar a cabo nuestros proyectos.

Los seres humanos cometemos el grave error de planear como si tuviéramos seguridad de contar con los doce meses de los años, como si nosotros pudiéramos dominar sobre los acontecimientos que sucederá, cuando en realidad no tenemos nada seguro y debiéramos rogarle a Dios su auxilio.

Planea el futuro con humildad
A. Evita la jactancia
B. Porque desconoces el porvenir

Santiago 4:13-17 nos dice sobre este arraigado mal en los seres humanos lo siguiente:

Ahora oigan esto, ustedes, los que dicen: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y allí pasaremos un año haciendo negocios y ganando dinero, 14 ¡y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida! Ustedes son como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece. 15 Lo que deben decir es: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. 16 En cambio, ustedes insisten en hablar orgullosamente; y todo orgullo de esa clase es malo.17 El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.

Entre Proverbios y Santiago median casi mil años, eso quiere decir que los hombres de todos los tiempos y de todas las épocas siempre se han conducido equivocadamente frente al futuro. No es que quiere que vivamos sin planes o proyectos, al contrario son necesarios e indespensables, sin embargo se debe proyectar con la actitud correcta.

A. Evita la jactancia

La raíz hebrea de la palabra “jactancia” es “halal” que rica en significados. Inicialmente se utiliza para referirse al esplendor que producen los cuerpos celestes, por ejemplo en Job 31: 26 que dice “Si he mirado el sol cuando resplandece”, allí se emplea la palabra, pero el vocablo puede significar también como alabanza, así se usa en Proverbios 31: 30, en la parte que dice “la mujer que teme al Señor, esa será alabada”.

Pero también se emplea como “jactancia” que es fácil precisar porque gloriarse o presumir es buscar el resplandor personal y jalar hacia uno mismo la alabanza, es decir asumir una actitud equivocada con respecto a algo que no es nuestro, sino que proviene de parte de Dios.

Es interesante notar que esa misma palabra “halal” se utiliza para referirse a la locura o la insensatez en libro de Eclesiastés, es decir cuando una persona se jacta del mañana cae en una necedad inmensa porque no sabe nada de lo que viene, intuye, se acerca, hace proyecciones, pero definitivamente son solo expectativas porque no sabe que sucederá.

La jactancia es una actitud equivocada, una acción que Dios detesta porque al asumirnos dueños del futuro estamos desplazando al Señor de su lugar debido a que él es el único propietario del porvenir, puesto que es Eterno y nosotros somos simples humanos efímeros, breves.

B. Porque desconoces el porvenir

No sabemos nada del mañana excepto, por ejemplo que mañana será dos de enero del dos mil veintitrés. Nada más. Pero que ocurrirá o que sucederá no lo sabemos. El futuro es un terreno vedado para los hombres y tal vez por esa razón es que son tan populares quienes hacen anuncios a futuro.

Pero la realidad es que nadie puede ni siquiera imaginar lo que traerá consigo el día de mañana y mucho menos todo el año completo. Nos podemos acercar a algunas conclusiones posibles, pero siempre teniendo en consideración que el riesgo de equivocarse es grande.

Los sabios de Israel nos dicen con toda claridad que no sabemos nada del mañana, que somos incapaces de adivinar el futuro, que no podemos hacer nada para enterarnos y adelantarnos a lo que sucederá.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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