La Biblia dice en Proverbios 22:13
“Para no trabajar, el perezoso pretexta que en la calle hay un león que lo quiere matar.”
La pereza es fustigada, censurada y condenada en el libro de Proverbios y también en toda la Biblia. La razón es simple: una persona que no se dedica a ninguna actividad provechosa padecerá grandes necesidades y será una carga para quienes le rodean. Además de que adquirirá hábitos negativos que le restarán calidad de vida.
La flojera constante es reprendida severamente porque constituye el camino derecho a la mendicidad y eso nunca ha sido ni será la voluntad del Creador porque denigra a sus criaturas que fueron diseñadas a imagen y semejanza de Dios, quien trabaja y no por ser el Señor deja de trabajar.
La haraganería es injustificable y quien pretende defenderla cae justamente en la ilustración que el proverbista utiliza en el verso que hoy meditamos: en una gran exageración para evitar trabajar o producir con sus manos su sustento y el sustento de su familia. La ilustración del león es a propósito; así de absurdo se oye alguien que no quiere trabajar.
El holgazán, el flojo o perezoso tiene uno y mil pretextos para no emplearse, para no utilizar su fuerza para ver por sí mismo y se acomoda aún con lo que a regañadientes le regalen quienes caritativos, se compadecen de su situación, claro sin saber que este tipo de personas pueden y deben laborar.
El libro de Proverbios llama la atención a los padres para que hagan de sus hijos hombres y mujeres de provecho. Ellos son quienes deben evitar convertir a sus hijos en personas sin oficio ni beneficio. A los hijos se les debe enseñar a trabajar y velar por sus necesidades y en un gesto de bondad ayudar a los verdaderamente necesitados.
Un gandul vive en permanente necesidad porque no quiere trabajar y no quiere trabajar porque pretexta que hay un león afuera de su casa y por eso no puede salir a buscar sus alimentos, pero en realidad es un comodino que desea vivir exclusivamente de lo que los demás le ofrezcan.
Un flojo tiene ese y muchos otros pretextos para no trabajar, pero en realidad se trata de una actitud constante porque ha decidido no hacer nada por sí mismo.