La Biblia dice en Proverbios 30:33

Ciertamente el que bate la leche sacará mantequilla, y el que recio se suena las narices sacará sangre; y el que provoca la ira causará contienda.

Salomón, autor de los Proverbios, pone dos ejemplos para hablarnos de aquellas personas con una gran capacidad para provocar. Si se bate la leche con toda seguridad se obtendrá mantequilla y si se aprieta demasiado la nariz se sacará sangre, dice el proverbista. Y de idéntica manera el que provoca ira, enojo o enfado suscitará pleitos. 

Los provocadores abundan en este mundo. Son aquellos que con sus palabras, sus acciones y a veces hasta con sus miradas incitan, inducen al conflicto, a la contienda y en no pocas ocasiones excitan a la violencia. De esa clase de personas debemos tener mucho cuidado porque nos pueden llevar a pelearnos con ellos o con otras personas. 

A esta clase de personas las encontramos por doquier: en nuestro trabajo, en nuestra escuela, en el vecindario y, a veces, tristemente hasta en nuestra familia. Son aquellos que a toda costa busca causar contiendas ya sea verbales o físicas por cualquier motivo y a veces sin razón alguna.

Salomón desea fervientemente evitarlos, pero también luchar para no caer en esa situación porque ser un provocador puede resultar muy peligroso sobre todo cuando a quien se provoca no mida su reacción y produzca un daño moral o físico al provocador y eso puede ser de funestas consecuencias. 

Salomón sabe perfectamente de que está hablando. Es de todos conocidos que muchos pleitos que a veces terminan con muertos comienza porque una persona irritó a otra y a partir de ese momento la violencia se apoderó de ambos y de otros muchos y de las palabras ofensivas pasaron a las lesiones. 

No se trata de un mal menor si no de uno de los grandes defectos del alma volvernos o convertirnos en provocadores. La gente nunca sabe a quien esta irritando o fastidiando con sus palabras o con sus acciones y puede resultar letalmente trágico embarcarnos en contiendas por aquí y por allá. 

El rey sabio de Israel dice que es totalmente seguro que quien provoca genere un contienda, una batalla o hasta una guerra. 

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

1 COMMENT

Deja tu comentario