Francisco Félix | julioastillero.com
Atípica celebración del Día de Canadá tuvo lugar este 1° de julio, luego de que el país viviera una intensa jornada de protestas tras darse a conocer en las últimas semanas el hallazgo de cadáveres de cientos de niños indígenas en internados católicos. Las protestas incluyeron la quema de iglesias y el derribamiento de estatuas.
Una estatua de la reina Victoria, situada frente al Parlamento de la provincia de Manitoba, en la ciudad de Winnipeg, fue bañada con pintura y huellas de manos rojas, para después ser derribada. Otra estatua, de la reina Isabel II, cerca de la misma sede legislativa, también fue derribada. Ambas son consideradas una expresión del pasado colonial del país.
Grupos indígenas hicieron un llamado a no celebrar el Día de Canadá y, en cambio, reunirse para “honrar todas las vidas perdidas por el Estado canadiense”.
A finales de mayo se descubrió el primer hallazgo de los restos de 215 niños en un terreno adyacente a un internado indígena en la provincia de Columbia Británica. Posteriormente, a fines de junio se localizaron 751 tumbas en Saskatchewan.
Las iglesias de varias localidades a lo largo y ancho del país han sido incendiadas como protesta contra los abusos cometidos en contra de los niños, según han reportado la BBC y la CBC. Varios de estos ataques se realizan, presuntamente, de madrugada. Las muestras de inconformidad continúan en contra de un pasado colonial que comienza a cuestionarse.