La Biblia dice en Números 22: 32

“Y el ángel de Jehová le dijo: ¿Por qué has azotado tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí.”

Balaam constituye el prototipo de quien lucra con la fe. Es de los pocos personajes que tanto el Nuevo como Antiguo Testamento habla. Es el ejemplo de lo que no se debe hacer porque representa a todos aquellos que la ambición desmedida por el dinero los lleva a perderse en la codicia.

El libro de Números le dedica dos capítulos completos. Luego Judas lo menciona como un pésimo referente para quienes hablan en nombre de Dios porque erró al buscar dádivas con el don que Dios le había dado y luego Juan en el Apocalipsis lo cita como una grave herejía en la iglesia de Pérgamo al desviar a los creyentes a pecados sexuales y de idolatría.

Balaam fue el único profeta gentil del Antiguo Testamento. No hay otro mencionado en esa sección de la Escritura. Los judíos dicen que se le dio el don de la profecía para que los gentiles no dijeran que ellos no tuvieron a alguien que les hablara la palabra de Dios.

Balac, hijo de Zipor, rey de Moab lo buscó para que maldijera a Israel que acampaba en los alrededores de esa nación, pero Dios le dijo que no lo hiciera porque la nación hebrea era bendita, sin embargo ante los ofrecimientos monetarios él trató de cambiar esa determinación de Dios. Salió con Balac a las montañas más elevadas para intentar maldecir.

Pero Dios lo detuvo de una manera sobre natural. La asna que montaba vio al ángel de Jehová y se desvío del camino para finalmente echarse sobre ella misma y aplastó los pies del profeta quien molesto por la actitud de su animal de carga lo azotó tres veces, sin saber que en realidad era una manera de evitar que cayera en un gran error.

Dios se valió de la asna para hacerle ver que era imposible maldecir a Israel, pero él no lo entendió porque su mente estaba dominada por la codicia. Este hombre había hecho del dinero su estilo de vida. Obtener ganancias utilizando su posición como profeta del Señor era sumamente pecaminoso.

Dios trató de detener a su ministro, como trata de detenernos a nosotros cuando vamos por un camino equivocado y recurre a circunstancias, personas o situaciones que nos dicen, y a veces nos gritan, que la ruta que llevamos nos va conducir solo al fracaso.

Cuando Dios lo intentó detener, Balaam se enojó con la asna, una actitud propia de la necedad en su máxima expresión. En lugar de deponer su actitud, se molestó mucho, pero en realidad era el recurso que Dios empleó para que el vidente cambiara. Recuerda que Dios te detendrá para que no caigas en camino equivocado. No te enojes porque usará un método fuera de lo común.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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