La Biblia dice en el salmo 102:
Oración del que sufre, cuando está angustiado, y delante de Jehová derrama su lamento. Jehová, escucha mi oración, y llegue a ti mi clamor. 2 No escondas de mí tu rostro en el día de mi angustia; inclina a mí tu oído; apresúrate a responderme el día que te invocare. 3 Porque mis días se han consumido como humo, y mis huesos cual tizón están quemados. 4 Mi corazón está herido, y seco como la hierba, por lo cual me olvido de comer mi pan. 5 Por la voz de mi gemido mis huesos se han pegado a mi carne. 6 Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el búho de las soledades; 7 Velo, y soy como el pájaro solitario sobre el tejado. 8 Cada día me afrentan mis enemigos; los que contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí. 9 Por lo cual yo como ceniza a manera de pan, y mi bebida mezclo con lágrimas, 10 A causa de tu enojo y de tu ira; pues me alzaste, y me has arrojado. 11 Mis días son como sombra que se va, y me he secado como la hierba. 12 Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre, y tu memoria de generación en generación. 13 Te levantarás y tendrás misericordia de Sion, porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado. 14 Porque tus siervos aman sus piedras, y del polvo de ella tienen compasión. 15 Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová, y todos los reyes de la tierra tu gloria; 16 Por cuanto Jehová habrá edificado a Sion, y en su gloria será visto; 17 Habrá considerado la oración de los desvalidos, y no habrá desechado el ruego de ellos. 18 Se escribirá esto para la generación venidera; y el pueblo que está por nacer alabará a JAH, 19 Porque miró desde lo alto de su santuario; Jehová miró desde los cielos a la tierra, 20 Para oír el gemido de los presos, para soltar a los sentenciados a muerte; 21 para que publique en Sion el nombre de Jehová, y su alabanza en Jerusalén, 22 cuando los pueblos y los reinos se congreguen en uno para servir a Jehová. 23 Él debilitó mi fuerza en el camino; acortó mis días. 24 Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; por generación de generaciones son tus años. 25 Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. 26 Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; 27 pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán. 28 Los hijos de tus siervos habitarán seguros, y su descendencia será establecida delante de ti.
Introducción
El salmo ciento dos tiene una inscripción que nos arroja mucha luz para saber la razón por la que fue compuesto: es una plegaria a manera de súplica y ruego de una creyente que está sufriendo de manera angustiosa y en esa deplorable y lamentable condición eleva su voz para suplicar por el auxilio divino.
Por lo que encontramos en los versos de este canto podemos decir que fue escrito durante el periodo del exilio babilónico. La mención de Sion y Jerusalén en condiciones lastimosas a través de figuras retóricas nos muestra que el lamento del autor se da por doble partida, su condición física personal y la situación de destrucción de su patria.
Es entendible, entonces, la invocación que hace en este salmo. Vive una verdadera pesadilla. Enfermo, con graves males que lo aquejan y le quiere quitar la vida justo a la mitad de sus días. Algunas versiones traducen esta frase de la versión Reina Valera 1960 como “en la flor de la vida” y otras como en medio de mi juventud.
El salmo está estructurado marcadamente en tres partes: la primera del verso uno al verso once, la segunda del verso doce al verso veintidós y del verso veintitrés al verso veintiocho. En esta parte podemos decir que algunas versiones en lugar de tener veintiocho versos tienen veintinueve. La razón es que la inscripción es contada como un verso.
Las tres secciones de este salmo tienen un hilo conductor: la súplica a Dios para que no permita que la existencia del salmista se pierda porque está muy joven y porque ama la ciudad de Jerusalén teniendo como marco una inmejorable figura retórica: Todo se desgasta como la ropa, pero Dios lo puede renovar todo.
Indudablemente esta plegaria fue inspirada por muchas razones, principalmente para rezarla cuando la esperanza parece terminada o acabada, pero también para entender la situación que vive una persona que está atravesando una terrible tribulación que la tiene a punto de morir.
Aunque no tiene el nombre del autor, podemos identificarnos con quien escribió estas palabras porque revelan el grado de desesperación que se vive cuando una persona atraviesa es tristísima condición y nada parece cambiar y al contrario parece que todo ha dejado de tener un motivo para seguir.
Este salmo nos ayuda a dirigirnos a Dios que entiende perfectamente como nos sentimos, cuanto padecemos y que tanto nos desesperamos al vivir una situación en la que teniendo proyectos y planes por llevar a cabo, la vida se nos va entre las manos sin poder hacer nada absolutamente.
Dios no se molesta que le digamos como nos sentimos, al contrario desahogarnos nos ayudará siempre a encontrar la paz en medio de los grandes sufrimientos.
Salmo 102: Señor, no quiero morir antes de tiempo
A. Pues me has alzado y me has estrellado
B. Pues amo tus obras
C. Pues tu renuevas lo desgastado
En la Biblia encontramos como bendiciones de los justos una vida larga. Abraham murió lleno de años, Jacob vio a los hijos de su desaparecido hijo José, incluso oró por ellos. Moisés murió a los ciento veinte años con una fortaleza formidable y así muchos hombres de la Escritura.
Morir joven es desde el punto de vista netamente humano una tragedia. Solo Dios sabe las razones por las que una persona a la mitad de sus días tenga que partir de este mundo porque la idea para todos es que vean a los hijos de sus hijos y entonces emprendan su salida de esta existencia.
Todas estas reflexiones son el preámbulo para el estudio de este salmo porque la idea esencial del mismo es rogarle a Dios que no permita al autor de la plegaria morir bajo una poderosa razón: está a la mitad de sus días, joven, traducen algunas versiones de la palabra de Dios que tratan de ofrecernos una visión más cercana al traducir.
En las palabras del salmista no encontramos ninguna clase de reproche contra Dios, al contrario encontramos desahogo, descubrimos una gran catarsis ante del Creador y nos percatamos que le manifiesta su angustia por los momentos de gran tribulación que está viviendo y le da las razones por las que solo él puede ayudarlo.
A. Pues me has alzado y mes has estrellado
De los versos uno al verso once encontramos ricas figuras retóricas que me muestran la situación del salmista. Utilizo la última como referente del primer punto de esta reflexión que hoy tenemos.
1. No escondas tu rostro, que puede interpretarse como inclínate para oírme o no me des la espalda.
2. Mi vida se acaba como el humo para decirle a Dios que la vida se le estaba escapando.
3. Mis huesos arden como brazas o como carbones al rojo vivo, para expresarle el grado de dolor que está viviendo, lo intenso del sufrimiento, lo grave de su situación.
4. Como la hierba marchita, símil para indicar su condición física decaída, sin vigor, sin fortaleza.
Estas primeras cuatro las resumen con una declaración contundente: ya no puedo comer. Cuando una persona ha dejado de comer, comienza una grave crisis para su salud porque el cuerpo deja de recibir los nutrientes que necesita y entonces la vida se va yendo minuto a minuto, hora tras hora.
5. La piel se me pega a los huesos para señalar la perdida de fortaleza ante la deplorable condición que vive.
En las siguientes tres figuras encontramos tres aves que aparecen siempre en los momentos desoladores de un lugar, una ciudad, una casa.
6. Soy semejante al pelicano del desierto. Algunas versiones traducen como el búho del desierto: el desierto es la ausencia de personas que puedan ayudarnos. Algunas vierten como buitre o lechuza.
7. Soy como el búho de las soledades. El sufrimiento generalmente se enfrenta solo porque aunque haya gente, nadie comprende nuestras congojas.
8. Soy como un pájaro en el tejado. Donde todo traducen ave, algunos optan por traducir como gorrión.
La idea de repetir al búho o la lechuza y el gorrión es por el contexto de estas figuras retóricas. El salmista dice que su situación lo ha llevado al insomnio, es decir ya no puede dormir. Y estas aves son nocturnas.
9. Como ceniza y mi bebida se mezcla con mis lagrimas para señalar lo amargo del trance que esta viviendo. No es nada halagador, ni nada agradable lo que está viviendo el salmista.
10. Mis días pasan como una sombra: se refiere a las sombras de la noche a la oscuridad, a la falta de luz en esos momentos tan tristes.
Por todo ello, es que el salmista le dice a Dios que lo levanto y lo azotó, lo alzó y lo estrello, lo puso en alto para luego dejarlo caer.
B. Pues amo tus obras
El salmista se toma el tiempo para decirle a Dios que tenga piedad de él y también tenga piedad de su ciudad, del monte Sion y de la santa ciudad de Jerusalén. Con estas palabras el salmista le quiere decir a Dios que ama su obra, que le importa no solo su vida, sino también de lo que Dios ama.
Es una forma de hacerle patente a Dios que si quiere vivir más es para hacerlo amando lo que Dios ama. Se trata de argumentar ante Dios que queremos vivir para servirle.
Así se lo plantea a Dios:
12 Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre, y tu memoria de generación en generación. 13 Te levantarás y tendrás misericordia de Sion, porque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado. 14 Porque tus siervos aman sus piedras, y del polvo de ella tienen compasión. 15 Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová, y todos los reyes de la tierra tu gloria; 16 Por cuanto Jehová habrá edificado a Sion, y en su gloria será visto; 17 Habrá considerado la oración de los desvalidos, y no habrá desechado el ruego de ellos. 18 Se escribirá esto para la generación venidera; y el pueblo que está por nacer alabará a JAH, 19 Porque miró desde lo alto de su santuario; Jehová miró desde los cielos a la tierra, 20 Para oír el gemido de los presos, para soltar a los sentenciados a muerte; 21 para que publique en Sion el nombre de Jehová, y su alabanza en Jerusalén, 22 cuando los pueblos y los reinos se congreguen en uno para servir a Jehová.
El salmista “suelta un momento su tema” para coincidir con Dios en el interés que el Señor tiene por su ciudad. Se trata de hacerle notar que sus preocupaciones no solo son de carácter personal, sino también de carácter colectivo, que le interesa sobre manera lo que pasa en la ciudad del Gran Rey.
C. Pues tu renuevas lo desgastado
En los últimos seis versos del salmo, el autor retoma su súplica para pedirle a Dios de nueva cuenta su auxilio y aquí es donde justamente le ruega que no le corte en la mitad de sus días, recordándole que él es eterno y el hombre temporal y para ello utiliza una figura retórica.
23 Él debilitó mi fuerza en el camino; acortó mis días. 24 Dije: Dios mío, no me cortes en la mitad de mis días; por generación de generaciones son tus años. 25 Desde el principio tú fundaste la tierra, y los cielos son obra de tus manos. 26 Ellos perecerán, mas tú permanecerás; y todos ellos como una vestidura se envejecerán; como un vestido los mudarás, y serán mudados; 27 pero tú eres el mismo, y tus años no se acabarán. 28 Los hijos de tus siervos habitarán seguros, y su descendencia será establecida delante de ti.
El único que puede renovar al vida es Dios. Tiene la facultad y el poder para hacerlo. El salmista está muriendo, pero le pide encarecidamente a Dios que lo tome como se toma una prenda nueva para poder seguir viviendo.