La Biblia dice en el salmo 103:

Salmo de David. Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; 4 El que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; 5 El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila. 6 Jehová es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia. 7 Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras. 8 Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. 9 No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo. 10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. 11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. 12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. 13 Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen. 14 Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. 15 El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, 16 que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más. 17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; 18 Sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra. 19 Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos. 20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto. 21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos, que hacéis su voluntad. 22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, en todos los lugares de su señorío. Bendice, alma mía, a Jehová.

Introducción

El único dato que arroja la inscripción de este salmo es que fue escrito por el rey David. No nos dice la ocasión en la que se escribió o la razón por la que fue escrito, aunque al leerlo y meditarlo podemos comprender que fue escrito para reconocer las bondades de Dios como resultado de su infinita compasión con el salmista.

Este es un salmo que empieza y termina de idéntica forma: con una bendición o alabanza a Dios nacida del alma del autor y en su parte intermedia señala las razones por las que bendice a Dios de esa forma, explica porque esta tan conmovido por la bondad de Dios.

Es un salmo de veintidós versos que nos lleva a pensar la necesidad de bendecir a Dios reconociendo su infinito amor expresado a través de diversas acciones que colocan al salmista en una situación de privilegio porque ha sido atendido, escuchado y cobijado por la gracia divina.

Nos acercamos a un Dios que muestra y demuestra su compasión a hombres y mujeres que no tienen las credenciales necesarias o las obras suficientes para impresionar a Dios, pero a pesar de ello despliega con toda su fuerza y de manera vigorosa su desmedida compasión, bondad, piedad, amor y misericordia.

Salmo 103: Señor, te bendigo con todo mi ser por tu gran amor
A. Porque tus obras son poderosas
B. Porque tu misericordia es sin medida
C. Porque somos breves y efímeros
D. Porque toda la creación te bendice

Este es un canto que celebra la misericordia del Señor y como celebra uno de los atributos que permiten la existencia del hombre y el mundo en el universo, se hace con todo el ser, no basta hacerlo de labios solamente o de manera mecánica. El amor de Dios ha de celebrarse y ha de hacerse con todo el ser.

El salmista esta completamente convencido que de no ser por la bondad de Dios su vida ni siquiera existiría, la bondad de Dios es medida desde el cielo hasta al tierra y perdón desde el occidente hasta el oriente y por esa razón la celebración ha de llevarse a cabo con algo más que palabras, entendimiento o razonamiento.

Esta clase de expresión del carácter amoroso de Dios se debe efectuar con todo el ser y por eso desde el principio hasta el fin hay un llamado para hacerlo, e incluso hay un llamado a los ángeles y a toda la creación a agradecer a Dios todos los beneficios recibidos por su incomparable amor.

A. Porque tus obras son poderosas

Del verso uno al siete encontramos las siguientes verdades:

Salmo de David. Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. 3 Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias; 4 El que rescata del hoyo tu vida, el que te corona de favores y misericordias; 5 El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila. 6 Jehová es el que hace justicia y derecho a todos los que padecen violencia. 7 Sus caminos notificó a Moisés, y a los hijos de Israel sus obras.

La misercordia de Dios se puede medir porque perdonda iniquidades, sana todas las dolencias, rescata del hoyo la vida, corona de favores y misericordias, sacia de bien la boca, hace justicia y derecho y porque mostró cual era su voluntad y se dio a conocer a Israel.

Esto sería suficiente para alabarlos con todo el ser. Y asumir la misma actitud del salmista: Con todas las fuerzas de su ser alabar a Dios y recordar todas sus bondades. Es decir la misericordia del Señor merece un reconocimiento sino proporcional a su valor, porque nunca podríamos pagar su inmerecido amor, si por lo menos todo lo que tengamos.

B. Porque su misericordia es sin medida

Medir el amor de Dios o tratar de atisbar su tamaño es imposible porque es completamente inmenso. Así lo definden los versos ocho al trece de nuestro salmo en estudio.

8 Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira, y grande en misericordia. 9 No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo. 10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. 11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. 12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. 13 Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen.

Dios es misericordioso y clemente. Es lento para la ira y grande en misericordia. Eso significa que ante pone su consideración antes de ejecutar sus juicios. Dios no reacciona como los seres humanos ante una ofensa. Es piadoso y después de una y otra vez haber llamado la atención actúa, pero nunca de manera inmediata, a la espera de un cambio de actitud.

Su trato siempre es benevolente porque no nos da lo que merecemos sino lo que necesitamos. Los seres humanos somos por naturaleza ingrantos con Dios, pero el nos tiene paciencia por una razón fundamental: el tamaño de su amor es sin medida. Como la altura de los cielos sobre la tierra es su amor. Además de que su perdón alcanza esa dimensión.

La compasión por los hijos de parte de un padre humano es quizá una de las mejores y más sencillas formas de expresar la compasión del Señor.

C. Porque somos breves y efímeros

Los hombres vivimos muy poco. Frente a la eternidad de Dios no somos nada en realidad. Somo extremadametne cortos. Así lo expresan los versos catorce al dieciocho:

Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. 15 El hombre, como la hierba son sus días; florece como la flor del campo, 16 que pasó el viento por ella, y pereció, y su lugar no la conocerá más. 17 Mas la misericordia de Jehová es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen, y su justicia sobre los hijos de los hijos; 18 Sobre los que guardan su pacto, y los que se acuerdan de sus mandamientos para ponerlos por obra.

Somos polvo, somos hierba y somos como la flor del campo. Pasa el viento sobre todos y mueren, y su lugar deja de conocerse. En otras palabras somos absolutamente inferiores ante un Dios eterno. No logramos trascender, aún cuando creemos obras y dejemos huella, frente a la eternidad del Señor no somos nada.

El salmista contrasta nuestra condición con la misericordia del Señor. Nosotros somo breves, pero la bondad del Señor es eterna con todos aquellos que le temen y aún con sus hijos y los que obedecen sus mandamientos y los ponen por obra.

D. Porque toda la creación te bendice

El salmo termina con los siguientes llamados:

Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos. 20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto. 21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, ministros suyos, que hacéis su voluntad. 22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, en todos los lugares de su señorío. Bendice, alma mía, a Jehová.

Son llamados a los ángeles y toda la creación para que también adoren al Señor del cielo y la tierra y lo hagan al igual que el salmista con todo y de todo corazón. Que no se limiten sino que se explayen a la hora de exaltar el santo nombre del Señor.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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