Tsade

Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios. 138 Tus testimonios, que has recomendado, son rectos y muy fieles. 139 Mi celo me ha consumido, porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras. 140 Sumamente pura es tu palabra, y la ama tu siervo. 141 Pequeño soy yo, y desechado, mas no me he olvidado de tus mandamientos. 142 Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad. 143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos fueron mi delicia. 144 Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento, y viviré.

Introducción

La décima octava letra del alfabeto hebreo está directamente relacionada con la palabra tsadiq que sencillamente se traduce como piadoso. Esta palabra se aplica tanto para Dios como para los hombres. Cuando se trata del Señor, el término tiene la idea de un ser lleno de bondad, dispuesto a ayudar a quien está necesitado o urgido de auxilio.

Pero cuando se aplica al hombre se está hablando de una persona con una clase de vida apegada a la voluntad de Dios que se convierte en un ser recto, honesto, íntegro que conserva su deseo de vivir bien aun en un entorno completamente hóstil a la bondad y trata por todos los medios de alegrar el corazón a Dios.

En nuestro español cuando hablamos de un Dios justo, pensamos que se trata de una caracetrística que pone en relevancia su carácter de dar a cada quien lo que merece y eso es cierto, pero para cuando se trata de ese atributo se emplea el vocablo “mishpat” que tiene la idea de un juez que juzga en un tribunal para declarar culpable o inocente a alguien.

El autor del salmo usa la décimo octava letra el alfabeto hebreo para recordarnos que el Dios que tenemos es un Dios extradamente piadoso que se apresta a ayudarnos siempre y al hacerlo nos muestra y enseña que nosotros debemos ajustar nuestra vida a esa clase de compasión hacia nuestros semejantes.

Pero también espera que cada uno de nosotros ajuste su vida a sus demandas a fin de vivir con temor de su nombre, reconciendo su grandeza e inmenso poder y de esa manera que la conducta sea agradable delante de sus ojos de tal manera que se sienta satisfecho de nuestro estilo de vida.

Salmo 119: Señor, enséñame a amar tu palabra
Porque me conduce a una vida piadosa
A. Al descubrir la piedad divina
B. Al seguir con celo la piedad divina
C. Al seguir con humildad la piedad divina
D. Al saber que la piedad divina es eterna

Un hombre fue declarado justo por Dios en el Antiguo Testamento: Noé. Aunque hubo muchos otros hombres piadosos a este hombre, el Señor lo definió con este término, el mismo que usa el salmista en las líneas o versos que escribe iniciando con la letra tsade. En el Nuevo Testamento se llama así a José, esposo de María, a Job y el propio Noé.

Génesis 6: 9 dice así:

Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.

Al conocer los pormenores de la vida de Noé descubrimos mucho del sentido de la palabra justo. La generación de Noé fue una generación pervertida. Fue una época marcada por la maldad. La violencia, la corrupción moral y el ateismo práctico fue la señal de aquellos hombres y mujeres que perecieron ahogados por el diluvio universal.

En medio de ellos Noé destacó por su vida apartada del mal, por su vida decidida a mantenerse firme en medio de una sociedad que le dio absolutamente su espalda a Dios. Pedro dice de él que fue un pregonero de justicia, es decir fue un heraldo o un proclamador de la clase de vida que Dios demanda.

Noé asumió esa vida porque supo o conoció la voluntad divina. Dios le habló para hacerle saber que había determinado desaparecer de la faz de la tierra a todos esos hombres que habían violentado el propósito por el cual Dios había creado el planeta y al hombre y Noé se plegó a la voluntad de Dios. Eso nos enseña que la revelación divina nos lleva a la piedad.

A. Al descubrir la piedad divina

Cuando David pecó contra Dios pidió que el Señor fuera compasivo con él. Le dijo que tuviera de él piedad. La palabra piedad que usa en el salmo cincuenta y uno procede del vocablo tzedaka que tiene su origen en la palabra tzadiq y que inicia justamente con la letra tsade significa solidaridad o ayuda desinteresada dirigida a una persona muy necesitada.

Dios es piadoso con nosotros. No nos da conforme a lo que merecemos, sino conforme a lo que necesitamos. Y es solidario con nosotros. Nunca nos falla, nunca nos deja solos en la adversidad, a pesar de que la hayamos provocado con nuestras acciones, nuestras malas decisiones o nuestros pecados.

El salmista le dice a Dios en los versos ciento treinta y siete y ciento treinta y ocho lo siguiente: 137 Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios. 138 Tus testimonios, que has recomendado, son rectos y muy fieles.

La primera palabra que aparece en el texto original es tsadiq para referirse a Dios y luego en la expresión juicios el vocablo mishpateja que aunque parecen iguales son en realidad distintas. Dios es piadoso al hora de juzgar. Eso lo ha descubierto el salmista y es el punto de partida para tratar de vivir agradando al Creador.

Al conocer el carácter bondadoso de Dios no podemos tomar otra actitud que la de agradarle y la mejor manera de agradarle es viviendo sujetos a su voluntad y la mejor manera de conocer a Dios es a través de su palabra. La Escritura invariablemente nos conducirá a vivir piadosamente.

B. Al seguir con celo la piedad divina

El salmista vive la piedad de manera intensa. Está comprometido con ella de una manera total. No hay resquicio para dejar de vivir bajo la consigna de agradar a Dios permanentemente. Es hasta cierto punto un radical en la convicción de que su vida le pertenece al Señor.

En el verso ciento treinta y nueve retrata esta verdad de la siguiente manera: 139 Mi celo me ha consumido, porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.

La palabra “celo” es usada en diversas maneras en el Antiguo Testamento. A veces se utiliza como envidia, otras veces como molestia y en ocasiones por el sentimiento que el varón tiene hacia su mujer. En el verso de nuestro salmo que meditamos el sentido es el de molestia y enfado por la manera en que los enemigos toman las cosas de Dios.

En Juan 2:17 la encontramos citada justo cuando Jesús hizo un azote de cuerdas en el templo para desalojar de ese lugar a los comerciantes que se habían apropiado del templo para hacer negocios cuando el fin de ese recinto nunca fue hacer dinero con los sacrificios que allí se ofrecían.

C. Al seguir con humildad la piedad divina

Una vida piadosa es el reconocimiento de nuestra profunda necesidad de Dios. El salmista lo plantea en estos términos: Pequeño soy yo, y desechado, mas no me he olvidado de tus mandamientos.

La versión de la Biblia Reina Valera Contemporánea traduce este verso así: Yo soy insignificante, y nada valgo, pero no me olvido de tus mandamientos, esta traducción le da más sentido al hecho de que el salmista está consciente que el primer paso para la piedad es justamente reconocer que ante Dios el ser humano no es nada.

Frente a Dios, un ser inteligente, sabio y santo, pero sobre todo sumamente compasivo, el hombre es nada, pero aun en esa condición necesita y requiere hacer la voluntad de Dios de tal manera que pueda vivir de acuerdo a los mandamientos del Señor, que como dice Juan, no son gravosos.

D. Al saber que la piedad divina es eterna

El salmista termina las líneas correspondientes a la letra tsade recordando que la piedad del Señor no tiene principio ni tiene fin.

Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad. 143 Aflicción y angustia se han apoderado de mí, mas tus mandamientos fueron mi delicia. 144 Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento, y viviré.

El salmista quiere que veamos la palabra de Dios como una bendición o como el resultado de la convicción del Señor que los necesitamos para bien vivir y que de ningún modo están puestos para ser gravosos o que nos llenen de carga, sino que los veamos como expresión de su amor.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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