La Biblia dice en el salmo 119:57-64

Chet

Mi porción es Jehová; he dicho que guardaré tus palabras. 58 Tu presencia supliqué de todo corazón; ten misericordia de mí según tu palabra. 59 Consideré mis caminos, y volví mis pies a tus testimonios. 60 Me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos. 61 Compañías de impíos me han rodeado, mas no me he olvidado de tu ley. 62 A medianoche me levanto para alabarte por tus justos juicios. 63 Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos. 64 De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra; enséñame tus estatutos.

Introducción

Los seres humanos somos seres sociales. Vivimos en sociedad y aunque no lo queramos nos relacionamos con otros porque en nuestra cuadra o calle, ciudad o pueblo o nación hay millones de seres humanos que comparten con nosotros territorio, autoridades, lengua y gobierno.

Desde que nacemos hasta que morimos vivimos en medio de un conglomerado social de personas con las que nos relacionamos activa o pasivamente, intensa o ligeramente, pero siempre nos relacionamos de alguna forma y eso es inevitable, salvo que alguien se vaya a vivir como ermitaño, pero aún allí tendrá necesidad de otros.

El primer contacto social de todos es la escuela, claro antes el hogar, pero en casa los lazos afectivos son naturales porque convivimos con papá y mamá y con nuestros hermanos, pero en la escuela vamos a relacionarnos con desconocidos, luego cuando comenzamos a trabajar llegamos a socializar con otra clase de personas.

Desde la escuela comenzamos entonces a entablar relaciones que son más intensas o permanentes y surgen nuestras amistades o comenzamos a elegir a quienes dejaremos entrar a nuestras vidas para que conozcan un poco más que la generalidad de las personas conoce de nosotros.

Pero no solo en la escuela, también en el trabajo o en la que calle en que vivimos desarrollamos relaciones más estrechas y elegimos a nuestras amistades ya sea por tener la misma edad, tener afinidades o alguna otra razón.
La Escritura nos ayuda a elegir bien a nuestros amigos. Nos auxilia para saber quién sí y quién no deben entrar a nuestra vida para no padecer por haberle abierto nuestra vida a personas que mtas o enojadas con nosotros exhiban o publiciten lo que les hemos contado en privado.

Chet, la octava letra del alfabeto hebreo nos lleva a considerar estas verdades importantes para nuestras vidas porque muchos de nuestros padecimientos y sobre todo muchos de nuestros yerros en la vida nacen justamente de no considerar a quienes hemos adoptado como amigos.

Salmo 119: Señor enséñanos a amar tu palabra

Porque nos ayuda a escoger a nuestros amigos
A. Para mantener mi devoción personal
B. Nos ayuda a rechazar la compañía de malvados
C. Nos ayuda a aceptar la compañía de justos

Dime con quien andas y te diré quién eres y el que con lobos anda a aullar se enseña son dos refranes que en México se tienen para señalar la relevancia e importancia de saber con quién asociarse o con quién mantener relaciones amistosas muy estrechas ya que influyen grandemente en nuestra vida.

De allí la gran ayuda de la palabra de Dios para conducirnos en ese complejo y delicado arte de elegir a nuestras amistades.

A. Para mantener mi devoción personal

El estudio de la Escritura es un asunto estrictamente personal. Leer y meditar las Sagradas Escrituras tiene relación con un compromiso de cada persona. Así lo ha comprendido el salmista que establece con claridad la determinación de hacerlo y convertirlo en parte cotidiana de su existencia.

Mi porción es Jehová; he dicho que guardaré tus palabras. 58 Tu presencia supliqué de todo corazón; ten misericordia de mí según tu palabra. 59 Consideré mis caminos, y volví mis pies a tus testimonios. 60 Me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos.

En estos cuatro versos descubrimos al salmista comprometido con la revelación divina. Cada hombre y cada mujer tienen ante la Biblia una responsabilidad, la esencial es guardarla, obedecerla, ponerla por obra porque eso hace que sus vidas se llenen de esperanza, alegría y sobre todo de rumbo, destino, meta y objetivo de vida.

La Escritura tiene enemigos por todas partes. Desde los que la critican y niegan su divinidad, hasta quienes desalientan su estudio y el creyente debe mantenerse firme en sus convicciones para seguir los mandamientos del Señor. Me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos le dijo el salmista al Señor.

B. Nos ayuda a rechazar la compañía de malvados

El verso sesenta y uno de nuestra octava letra del acróstico del salmo ciento diecinueve dice de la siguiente forma: 61 Compañías de impíos me han rodeado, mas no me he olvidado de tu ley.

La Nueva Traducción Viviente traduce este verso así: “Gente malvada trata de arrastrarme al pecado, pero estoy firmemente anclado a tus enseñanzas.” La Nueva Versión Internacional lo hace de la siguiente forma: “Aunque los lazos de los impíos me aprisionan, yo no me olvido de tu ley.”

La palabra “compañías” que usa la versión Reina Valera 1960 y que otras versiones traducen como “gente malvada” o “impíos” procede de la raíz hebrea “jebel” que tiene varios usos y uno de ellos es grupo de personas, un conjunto de hombres y mujeres y también banda de individuos.

El salmista nos quiere decir que alrededor suyo se presentan personas que no quieren saber nada de la Escritura y mucho menos del Señor. No los ha buscado él, ni tampoco ha decidido hacerlos sus compañeros, pero se han presentado a su vida. Pienso en el trabajo, la escuela o el vecindario donde tenemos que convivir con esas personas.

En la Biblia encontramos lo nocivo que puede resultar las personas con las que convivamos aun cuando no sean nuestros amigos. Pero si nos hacemos amigos de ellos con toda seguridad al final de cuentas terminaremos adoptando sus gustos y disgustos y sobre todo su rechazo a la palabra de Dios.

C. Nos ayuda a aceptar la compañía de justos

El verso sesenta y tres de nuestro pasaje dice de la siguiente manera:

Compañero soy yo de todos los que te temen y guardan tus mandamientos.

El salmista decidió de manera tajante que se haría amigo o compañero únicamente de personas que tuvieran como característica que tuvieran temor de Dios y que guardaran los mandamientos del Señor.

La palabra temor que hemos revisado en otros salmos se traduce como respeto, reverencia y mucho cuidado al tratar con todo lo relacionado con Dios. El temor del Señor es fundamental a lo largo de toda la revelación divina porque es la base de la sabiduría y la manifestación del cambio operado en el corazón de una persona.
El salmista está decidiendo que cuando se encuentre buscando amigos tendrá como primer requisito que sean temerosos de Dios. De esa manera nos deja en claro que para no errar en la vida o para seguir en el camino del Señor siempre será benéfico para buscar que nuestros compañeros o amigos sean reverentes con el Señor.

El autor del salmo nos presenta tamibién como otro requisito para entablar relaciones de amistad con alguien que guarde los mandamientos del Señor, es decir que obedezca y que tenga como propósito de vida considerar siempre la voluntad de Dios a la hora de tomar sus decisiones.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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