La Biblia dice en el salmo 72:
Para Salomón. Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey. 2 El juzgará a tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con juicio. 3 Los montes llevarán paz al pueblo, y los collados justicia. 4 Juzgará a los afligidos del pueblo, salvará a los hijos del menesteroso, Y aplastará al opresor. 5 Te temerán mientras duren el sol y la luna, de generación en generación. 6 Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; como el rocío que destila sobre la tierra. 7 Florecerá en sus días justicia, y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna. 8 Dominará de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra.9 Ante él se postrarán los moradores del desierto, y sus enemigos lamerán el polvo. 10 Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones. 11 Todos los reyes se postrarán delante de él; todas las naciones le servirán. 12 Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. 13 Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. 14 De engaño y de violencia redimirá sus almas, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos. 15 Vivirá, y se le dará del oro de Sabá, y se orará por él continuamente; todo el día se le bendecirá. 16 Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes; su fruto hará ruido como el Líbano, y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra. 17 Será su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; lo llamarán bienaventurado. 18 Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel, el único que hace maravillas. 19 Bendito su nombre glorioso para siempre, y toda la tierra sea llena de su gloria. Amén y Amén.
20 Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.
Introducción
Las preposiciones “de” o “para” hacen la diferencia en este salmo y generan algunas confusiones. La mayoría de las versiones sostienen que es “para” Salomón, otras lo presentan como “de” Salomón. Lo cierto es que es un salmo escrito por David para su hijo Salomón que iba a asumir como rey de Israel en lugar suyo, luego de una prolongada enfermedad que postró en cama al monarca.
Los entretelones de esos días los encontramos en el primer libro de los Reyes, capítulo uno, verso 28-40, que dice de la siguiente manera:
Entonces el rey David respondió y dijo: Llamadme a Betsabé. Y ella entró a la presencia del rey, y se puso delante del rey. 29 Y el rey juró diciendo: Vive Jehová, que ha redimido mi alma de toda angustia,
30 que como yo te he jurado por Jehová Dios de Israel, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí, y él se sentará en mi trono en lugar mío; que así lo haré hoy. 31 Entonces Betsabé se inclinó ante el rey, con su rostro a tierra, y haciendo reverencia al rey, dijo: Viva mi señor el rey David para siempre. 32 Y el rey David dijo: Llamadme al sacerdote Sadoc, al profeta Natán, y a Benaía hijo de Joiada. Y ellos entraron a la presencia del rey. 33 Y el rey les dijo: Tomad con vosotros los siervos de vuestro señor, y montad a Salomón mi hijo en mi mula, y llevadlo a Gihón; 34 y allí lo ungirán el sacerdote Sadoc y el profeta Natán como rey sobre Israel, y tocaréis trompeta, diciendo: !!Viva el rey Salomón! 35 Después iréis vosotros detrás de él, y vendrá y se sentará en mi trono, y él reinará por mí; porque a él he escogido para que sea príncipe sobre Israel y sobre Judá. 36 Entonces Benaía hijo de Joiada respondió al rey y dijo: Amén. Así lo diga Jehová, Dios de mi señor el rey. 37 De la manera que Jehová ha estado con mi señor el rey, así esté con Salomón, y haga mayor su trono que el trono de mi señor el rey David. 38 Y descendieron el sacerdote Sadoc, el profeta Natán, Benaía hijo de Joiada, y los cereteos y los peleteos, y montaron a Salomón en la mula del rey David, y lo llevaron a Gihón. 39 Y tomando el sacerdote Sadoc el cuerno del aceite del tabernáculo, ungió a Salomón; y tocaron trompeta, y dijo todo el pueblo: !Viva el rey Salomón! 40 Después subió todo el pueblo en pos de él, y cantaba la gente con flautas, y hacían grandes alegrías, que parecía que la tierra se hundía con el clamor de ellos.
En esos días David compuso este salmo para suplicarle a Dios por su hijo que comenzaba a gobernar a Israel. Los hebreos desde siempre han creído que David es el autor y Salomón el destinatario porque la tarea de gobernar es tan compleja y llena de responsabilidades que el auxilio de Dios es indispensable.
Al revisar el salmo descubrimos que el interés esencial de David es que su hijo dirija su nación con justicia. La palabra aparece ocho veces a largo del salmo. Junto con esa expresión, aparecen otras dos palabras que son: pobres, necesitados y menesterosos que se utilizan cinco veces y de igual modo la palabra rey o reyes que se usan dos veces.
Transcribo aquí el comentario que hace la versión hebrea del Tehillim: “La misión de un rey judío verdadero es fundar un orden social donde imperen la paz y la armonía, el cual cada uno de sus miembros únicamente se esfuerce por cumplir los preceptos de la Torá. Después de una vida entera dedicada a edificar este ideal, el rey David transmite su labor inacabada a su hijo y sucesor Salomón para que éste lo complete. Esta oración por el éxito de Salomón en su misión está también una plegaria por la realización última de este ideal a través del Mesías, descendiente de David.”.
Salmo 72: Señor, consuela mi corazón con tu justicia
A. Para ayudar al necesitado
B. Para vivir en paz
C. Para alcanzar la vida eterna
Este salmo nos lleva a pensar en la justicia en todo el amplio sentido de la expresión. La palabra tiene dos vocablos cuya raíz hebrea la versión Reina Valera 1960 los traduce como justicia, me refiero a las expresiones “mishpatim” y “tzedeka” que el salmista utiliza en ocho ocasiones.
Para entender el salmo que estudiaremos hoy debemos tener presente que el hebreo utiliza dos expresiones para el término justicia: 1. Mishpatim, que se traduce como jueces, juzgados, tribunales y todo lo relacionado con sentencias y declaración del Derecho entre los judíos. Y 2. Tzedeka que se traduce como justicia también, pero en plano distinto al de mishpatim. La palabra significa también solidaridad “tzedeka” y también piadoso o temeroso de Dios, tsadiq.
Cuando se utiliza el término tzadiq generalmente se refiere a aquella vida sujeta a la voluntad de Dios revelada en la Escritura y vinculada a través de la oración, las buenas obras y todo aquello que irradia la santidad y bondad de Dios y no hay mejor de expresar que ayudando al prójimo.
Partiendo de estos dos términos comprenderemos que fue lo David pidió para su hijo quien lo relevaría en la tarea de dirigir a su pueblo.
A. Para ayudar al necesitado
Los versos cuatro y cinco de este salmo dicen de la siguiente forma:
Juzgará a los afligidos del pueblo, salvará a los hijos del menesteroso, y aplastará al opresor. 5 Te temerán mientras duren el sol y la luna, de generación en generación.
Y los versos doce al catorce dicen de la siguiente manera:
12 Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. 13 Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. 14 De engaño y de violencia redimirá sus almas, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.
La primer tarea que David encomienda a su hijo es que gobierne con justicia y prioridad en los pobres, necesitados y menesterosos. De hecho por esa forma de concebir el poder Salomón habrá de enfrentar a los hombres poderosos y David pide a Dios por su hijo porque sabe que necesitará grandemente de la ayuda de Dios.
Es evidente que este mundo está lleno de injusticia. El rico que tiene mucho quiere cada vez más y el necesitado que esta profundamente necesitado cada día tiene menos y eso es sumamente doloroso e incomprensible porque muchas de las necesidades que hay en este mundo se podrían resolver si la gente fuera más solidaria y empática.
Ayudar al necesitado es una tarea que Salomón debía de emprender, pero aún si se empeñara en hacerlo sabía que habría lugares en este mundo donde los menesterosos seguirían existiendo. Las injusticias de este mundo solo tendrán fin cuando el Mesías reine para siempre.
B. Para vivir en paz
Los versos seis y siete del salmo dicen de la siguiente manera:
Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada; como el rocío que destila sobre la tierra. 7 Florecerá en sus días justicia, y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna.
La justicia trae como resultado la paz y la paz tiene como consecuencia estabilidad. No es ocioso que David pide que su hijo pueda gobernar con justicia en el sentido más amplio de término. El monarca sabe perfectamente que si su hijo logra administrar al pueblo bajo ese principio la paz estará garantizada para todos.
Pero la justicia de la que habla David en este texto no solo compete a los gobernantes. También cada uno de los gobernados debe buscarla en sus dos sentidos como tsadiq y como tzedeka, es decir viviendo con piedad y temor de Dios y también haciendo bien al prójimo y ayudando a quienes necesitan auxilio.
La paz es una construcción personal, familiar y colectivo, nunca a la inversa. La paz social se origina en cada hogar y cada familia y se transmite a la sociedad en general.
C. Para alcanzar la vida eterna
Los versos dieciséis y diecisiete dicen de la siguiente forma:
Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes; su fruto hará ruido como el Líbano, y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra. 17 Será su nombre para siempre, se perpetuará su nombre mientras dure el sol. Benditas serán en él todas las naciones; lo llamarán bienaventurado.
La justicia nos llevará a la vida eterna. David habla proféticamente y se refiere al reino eterno del Mesías que traerá justicia a la tierra, aquella que quitará el dolor y el sufrimiento y sobre todo aquella que desterrará para siempre la violencia contra los necesitados y débiles de este mundo.