La Biblia dice en el salmo 83:
Cántico. Salmo de Asaf. Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto. Porque he aquí rugen tus enemigos, y lo que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: venid, y destruyámoslos para que no sean nación y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabula de corazón a una. Contra ti han hecho alianza. Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot. Hazles como a Madián, como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón. Que perecieron en Endor, fueron hechos como estiércol para la tierra. Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb y a Zalmuna a todos sus príncipes, que han dicho heredemos para nosotros las moradas de Dios. Dios mío ponlos como a torbellinos, como hojarascas delante del viento, como fuego que quema el monte, como llama que abrasa el bosque. Persíguelos así con tu tempestad y atérralos con tu torbellino. Llena sus rostros de vergüenza y busquen tu nombre, oh Jehová. Sean afrentados y turbados para siempre; sean deshonrados y perezcan. Y conozcan que tu nombre es Jehová; tú solo Altísimo sobre toda la tierra.
Introducción
Con el salmo ochenta y tres termina la sección de cantos de Asaf. Son once salmos en esta sección cuya autoría se adjudica al levita que David puso como uno de los músicos principales cuando instaló en Jerusalén el arca del pacto. Asaf fue un músico prolífico con una profunda inspiración para recoger la adoración a Dios a través de las composiciones.
Este salmo fue compuesto para suplicarle a Dios su ayuda ante el desmedido crecimiento de los enemigos de Israel. Es importante notar que el salmista recurre a Dios para pedirle que lo auxilie porque ha ocurrido un fenómeno muy desagradable: sus adversarios se han confabulado para destruirlo.
Tener enemigos solo puede ser peor cuando esos enemigos se hacen uno y buscan dañarnos, haciendo una fuerza superior a la de nosotros porque se multiplican y se hacen grandes ante nuestras, de por sí, escasas fuerzas lo que pone en graves aprietos nuestra existencia.
Asaf invoca a Dios recordando que esta experiencia, la de enemigos juntándose para dañar a los hebreos en particular o como nación no es nueva ha sucedido reiteradamente en el pasado antiguo, en el pasado remoto y en el reciente y el resultado ha sido el mismo, Dios ha salido a defender a su pueblo.
Y lo hace porque la intención de los enemigos de su pueblo es clara: destruir perpetuamente a Israel. El objetivo siempre ha sido ese y con diferentes caras, pero con la misma intención se han levantado una y otra vez, adversarios cada vez más intensos.
Salmo 83: Señor, auxíliame porque mis enemigos se han unido
A. Porque quieren borrar la memoria de su pueblo
B. Porque se han incrementado
C. Porque tú siempre los has derrotado
D. Porque solo tu puedes desaparecerlos
A. Porque han querido borrar la memoria de su pueblo
Del verso uno al verso cinco nuestro salmo dice así:
Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto. 2Porque he aquí rugen tus enemigos, y lo que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho: venid, y destruyámoslos para que no sean nación y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabula de corazón a una. Contra ti han hecho alianza.
La historia de Israel ha sido justamente esta, adversarios por doquier, enemigos poderosos que se multiplican y atacantes que no se conforman con solo dañar o perjudicar a la nación hebrea sino destruirla por completo, barrerla de la faz de la tierra y ponerla en el olvido. La razón: enarbolar la creencia en un solo Dios.
Asaf le recuerda a su pueblo que esto ha sucedido y siempre sucederá y cuando ello ocurra deben rezar este salmo que comienza con un clamor para que Dios se levante en medio de los grandes peligros que significa la unión y reunión de enemigos del pueblo judío, que generalmente lo hacen con astucia y secretamente.
La alianza de naciones y pueblos tiene una clara tendencia: borrar la memoria del nombre de Israel. La idea es desaparecerlos de la faz de la tierra. Que no quede memoria de ellos, el ejemplo más reciente y más claro de este objetivo es la Alemania nazi, que con Hitler a la cabeza desaparecieron a más de seis millones de hebreos.
La historia no dice claramente que no lo han podido lograr, ni lo podrán hacer porque Dios siempre saldrá en defensa de su pueblo, pero no debemos perder de vista que cuando los adversarios del Señor se juntan descargan su ira y su enfado contra “sus protegidos” como dice el salmista.
B. Porque se han incrementado
Del verso seis al verso ocho nuestro salmo dice así:
Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos; sirven de brazo a los hijos de Lot.
Los pueblos mencionados en estos dos versos son fácilmente detectables y reconocidos aún hoy en la actualidad. El primer mencionado es Edom o los edomitas, descendientes directos de Esaú. Los judíos aseguran que es Roma o el catolicismo romano. Los ismaelitas son los hijos de Ismael, el hijo de Abraham y Agar. Son los pueblos árabes.
Los filisteos son los palestinos de hoy. La mención de los hijos de Lot es Moab y Ben-ammi, que son los moabitas y los amonitas. Lot fue sobrino de Abraham y que en el libro de Número es relatado el trato que le dieron a Israel a su paso por sus tierras cuando se dirigían a la tierra prometida. El caso de Balaam es muy ejemplar a la hora de saber sus deseos.
El rey de Moab lo contrató para maldecir a Israel, objetivo que no logró porque Dios intervino y reprendió al profeta cuando pretendía obtener algunas canonjías del rey moabita, según nos relata Números 22.
C. Porque siempre los has derrotado
Del verso nueve al verso doce encontramos lo siguiente en nuestro salmo:
Hazles como a Madián, como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón. Que perecieron en Endor, fueron hechos como estiércol para la tierra. Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb y a Zalmuna a todos sus príncipes, que han dicho heredemos para nosotros las moradas de Dios.
El relato que hace aquí Asaf es un recuento de lo sucedido en los capítulos siete y ocho del libro de los Jueces cuando Dios ayudó a Israel a destruir a todos los enemigos que tenía a su alrededor, con un ejército irregular, con hombres temerosos y con armas nada sofisticadas.
Todos los reyes y reinados mencionados en este pasaje fueron derrotados. Dios se encargó de ellos porque tuvieron la osadía de maltratar y atacar al pueblo de Israel no solo por separado sino juntos, haciendo una alianza que les permitiera tener más fuerza para despedazar los israelitas.
Dios no los dejó y al contrario les infringió una derrota estrepitosa, de tal manera que aún contando con recursos humanos y materiales superiores a los hebreos mordieron el polvo de la derrota.
D. Porque solo tu puedes desaparecerlos
Del verso trece al verso dieciocho nuestro salmo dice de la siguiente forma:
Dios mío ponlos como a torbellinos, como hojarascas delante del viento, como fuego que quema el monte, como llama que abrasa el bosque. Persíguelos así con tu tempestad y atérralos con tu torbellino. Llena sus rostros de vergüenza y busquen tu nombre, oh Jehová. Sean afrentados y turbados para siempre; sean deshonrados y perezcan. Y conozcan que tu nombre es Jehová; tú solo Altísimo sobre toda la tierra.
Las imprecaciones en el libro de los salmos siempre resultan complejas para explicarlas desde el ámbito cristiano de perdón y amor al prójimo. Para entenderlas debemos tener presente que los enemigos de Israel antes que nada eran enemigos de Dios. David dice en uno de sus salmos que aborrece a los enemigos de Dios.
Quizá con este contexto podamos comprender por ejemplo el hecho de que profetas del tamaño de Samuel y Elías hayan acabado con la vida del rey Agag y de los profetas de Baal, respectivamente. Un dato que resulta revelador en este tema es que los judíos aseguran que el rey amalecita al que Saúl perdonó la vida fue ascendiente de Amán y finalmente progenitor de Hitler.
Los enemigos de Israel serán destruido siempre. En el presente y en el futuro, según hemos aprendido en el libro de Apocalipsis y por eso el salmista pide que sean como hojarascas delante del viento, como monte quemado por el fuego.