La Biblia dice en 1ª Corintios 11:17-22
Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor. 18 Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. 19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados. 20 Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 21 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
Introducción
La celebración de la Cena del Señor quedó distorsionada en la iglesia de los Corintios por la gran inmadurez con la que se conducían, lo que llevó a Pablo a llamarles fuertemente la atención porque tanto la mesa del Señor, como el bautismo, fueron y son las únicas dos ordenanzas que la iglesia cristiana del primer siglo admitía como inspiradas por el Señor.
Para comprender las palabras que el apóstol les dirige conviene señalar que al pan y copa del Señor, la iglesia primitiva llevaba a cabo una comida, luego de celebrar la santa Cena y cada persona llevaba a la congregación los alimentos que habría de comer y compartir con los demás hermanos.
Pablo había elogiado a los corintios por el tema de la oración y profecía en la iglesia entre las hermanas, pero al referirse a la doctrina de la comunión de los santos por medio de la santa Cena, le dijo que definitivamente no los alababa porque habían tergiversado gravemente el sentido de esa reunión.
El planteamiento que hace Pablo en estos versos son muy útiles para la iglesia a fin de que pueda revisar a la luz de la palabra de Dios las motivaciones y propósitos por los que la iglesia se reúne cotidianamente. Sirve también para revisar a profundidad la manera en que celebramos al Señor.
La primera Carta a los Corintios tiene la intención de corregir prácticas y doctrinas equivocadas y es muy útil para mostrarnos que es muy fácil desviarnos de la esencia.
En realidad no hay un orden a seguir para las reuniones de la iglesia, pero en la carta a los Corintios podemos encontrar algunos principios para desarrollar las asambleas cristianas como el orden y según leemos en estos versos también requerimos mucha sencillez y no olvidar que agradamos al Señor no a nosotros mismos.
Solo les faltaba amor
Porque distorsionaban sus reuniones
A. Se reunían para lo peor
B. Se reunían para disensiones
C. Se reunían para agradarse
A. Se reunían para lo peor
El verso diecisiete de nuestro texto dice de la siguiente forma:
Pero al anunciaros esto que sigue, no os alabo; porque no os congregáis para lo mejor, sino para lo peor.
Queda claro en este verso que los cristianos se congregan, los hijos de Dios se reúnen, los nacidos de nuevo se encuentran y reencuentran en el cuerpo de Cristo. No existe el cristiano apartado o el cristiano que no se congrega. No es bíblico que alguien se asuma con cristiano y no asista a la iglesia. La iglesia es un organismo vivo, no una institución.
De allí la razón por la que Pablo quiere que los cristianos comprendan que se deben reunir para lo mejor y qué es lo mejor en unidad, en una sola mente, una sola fe, un solo espíritu y un solo corazón. Esa es la aspiración más grande del Señor y que impulsa a través de su bendito Espíritu Santo.
Las reuniones de los cristianos deben ser para lo mejor, vocablo que nace de la raíz griega “kreisson” que se traduce como “excelente”, “mayor” o “superior”, es decir las reuniones cristianas tienen una motivación y objetivo más allá de lo ordinario. Nos reunimos, no por rutina, no para aburrirnos, sino para la excelencia de virtudes.
Pero los cristianos de Corinto, dice Pablo, se reunían para lo peor. La palabra peor surge de la palabra griega “héttón” que se traduce como “menor”, “inferior” o “más débil”, lo que significa que los corintios se congregaban, al hacer sin la motivación correcta, para algo menor o inferior de lo que se esperaba de sus asambleas.
B. Se reunían para disensiones
Los versos dieciocho y diecinueve dicen de la siguiente manera:
Pues en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo. 19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.
Pablo usa dos palabras que parecen significar lo mismo, pero definitivamente no tiene el mismo sentido. En la versión Reina Valera 1960 se traducen como divisiones y disensiones. La primera expresión la hemos estudiado en capítulos anteriores. División procede del griego cisma que literalmente significa rasgar un prenda hasta partirla.
Mientras que la palabra que se traduce como disensiones procede del griego “aireseis” que algunas versiones vierten como facciones ya que la expresión literalmente significa dos bandos distintos.
La reunión de celebración de la santa Cena servía para marcar claramente la gran rivalidad o división que había en la iglesia de Cristo. La razón parece fácil de entender: era una celebración o fiesta y los grupos estaban perfectamente configurados por el gusto o placer de la comida. Por lo que Pablo escribe aquí también se dividían entre los que tenían y los que no tenían.
Para Pablo está actitud servía para dejar bien en claro quienes estaban aprobados. La palabra griega que hemos estudiado en versos anteriores y que significa una examen para saber el grado de conocimiento de una persona. Quienes se comportaban facciosamente, dividiendo o separando estaban reprobados.
C. Se reunían para agradarse
Del verso veinte al versos veintidós encontramos la explicación de lo no es sentarse a comer la cena del Señor.
Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 21 Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. 22 Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios, y avergonzáis a los que no tienen nada? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo.
El ágape posterior a la cena del Señor se distorsionó terriblemente en la iglesia de Corinto. Algunos comían antes de que la celebración terminara. Ellos ya estaban cenando cuando apenas la ceremonia iba terminando. Ellos ya tenían hambre y no había que esperar el fin de la ordenanza. Son los creyentes impacientes.
Otros llegaban sin nada a esperar que podían darles y pues se quedaban con hambre porque nadie les convidaba.
Otros más al usar vino para la celebración se emborrachaban. Eran el tipo de creyente que no había entendido el nuevo nacimiento. Es el crisitiano que hoy en día es permisivo, licencioso y “de mente abierta” que piensa que la iglesia tiene recovecos o reductos donde sus deseos vanos pueden tener cabida.
Pablo los reprende duramente para decirles que en su casa pueden comer y beber si tienen mucha hambre. No precisa que hagan exhibición en la iglesia. Que deben evitar a toda costa avergonzar a la gente. La palabra vergüenza que usa Pablo procede de la raíz griega “kataishuno” que se traduce también como confusión y frustración.
El término denota apenar o sobajar a una persona al resalta una carencia o un defecto físico. La palabra es familiar próxima del vocablo burla. Y por esa razón Pablo no los alaba, ni los reconoce.