La Biblia dice en la 1ª carta a los Corintios 10:1-5
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo. 5 Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
Introducción
Pablo explica el sentido en el que emplea el término “yo mismo venga a ser eliminado” que utilizó en el capítulo anterior para hacerles ver a los corintios recurriendo a la historia del pueblo de Israel en su peregrinar por el desierto en un largo trayecto que duró más cuarenta años.
La palabra “eliminado” procede del vocablo griego adokimos y se traduce sencillamente como reprobar. En el ámbito deportivo es el árbitro o juez que descalifica, aprueba o reprueba a un compentidor ya sea porque hace trampa o porque no logra el nivel que requiere para ganar la competencia en la que participa.
Pero Pablo no quiere que los corintios piensen que se trata de una descalificación de esa naturaleza o ese tipo que solo tiene como consecuencia dejar de participar en la justa deportiva. De ningún modo, en el caso de la vida cristiana cuando Dios elimina o reprueba a una persona generalmente la sanciona o disciplina.
Y para ello recurre a la historia del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento. Particularmente la referente a lo acontecido en el peregrinar de Egipto a la tierra prometida donde toda la generación que salió de la esclavitud egipcia murió en el desierto, llegando a la tierra prometida solo Caleb y Josué.
Todos los demás murieron, incluyendo a Moisés y Aarón y aunque el gran legislador hebreo si pudo contemplar la tierra prometida no pudo ingresar a ella al igual que toda la generación que salió de Egipto que quedó postrada o murió sin poder pisar la tierra que Dios prometio a Abraham.
Esa es la razón por la que Pablo les dice que no deben ignorar esos acontecimientos de los que se va a valer para resaltar la importancia de mirar la historia del pueblo de Israel para aprender que Dios aprueba o reprueba, que Dios elimina o sanciona.
Solo les faltaba amor
Porque olvidaban que Dios aprueba o reprueba
A. El Señor reprueba a quienes olvidan sus privilegios
B. El Señor reprueba duramente la insensibilidad
Del verso uno al verso cinco Pablo usa en cinco ocasiones la expresión “todos” que es un pronombre indefinido que se utiliza para señalar una totalidad, es decir, que no se excluye a nadie. Pablo no la usa ni por accidente ni por otra razón, la emplea con toda intención para hacernos ver que todos los judíos que estuvieron en una situación común.
El apóstol la utiliza para hablarnos de los privilegios que tuvieron todos los israelitas cuando salieron de su esclavitud. Todos ellos fueron bendecidos por el Señor. Nadie quedó fuera de la mano benéfica del Creador.
A la hora de pensar por qué Dios es tan exigente, debemos preguntarnos también el tamaño de su bondad hacia la vida de todos los seres humanos y también sus grandes beneficios hacía su pueblo. Nunca debemos perder de vista que privilegios acarrean responsabilidades y siempre debemos ser consecuentes con los privilegios.
Pablo no quiere que sus lectores olviden esta historia porque al olvidarla carecen de un referente o pierden de vista que Dios actúa de manera consecuente con todos, que no tiene consentidos y que por esa razón tal como bendice exige.
A. El Señor reprueba a quienes olvidan sus privilegios
Del verso uno al verso cinco encontramos las siguientes afirmaciones de Pablo.
Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que nuestros padres todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar;2 y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, 3 y todos comieron el mismo alimento espiritual, 4 y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.
Pablo utiliza la palabra todos en cinco grandes eventos que los judíos vivieron en el desierto: 1. Estuvieron bajo la nube. 2. Pasaron el mar. 3. Todos fueron bautizados en Moisés. 4. Todos comieron el mismo alimento espiritual y 5. Todos bebieron la misma bebida espiritual.
Nos queda claro que nadie quedó fuera de la cobertura divina en los relatos o registros que hace los libros de Éxodo y Números. En primer lugar los judíos viajaron durante el día con una nube que los guiaba y cubría del sol. Ninguno de ellos se quedó fuera de esta modalidad durante todo su recorrido.
Y de igual forma cuando cruzaron el mar Rojo lo hicieron todos. Cuando Fararón los perseguía, Moisés los animó para que no se desalentaran y tuvieran confianza en el Señor. Después el mar se abrió en dos y otra vez, todos ellos, cruzaron por tierra seca y eso les permitió huir de su ácerrimo enemigo.
La frase todos fueron bautizados en Moisés de ningún modo significa que ellos hayan ido a las aguas en el nombre de Moisés, sino más bien el sentido de la expresión es que todos ellos se identifcaron plenamente con Moisés, es decir al estar bajo la nube y al pasar por las aguas del mar se distinguieron como seguidores de Moisés.
Luego contaron con alimento espiritual en el maná y contaron también con bebida espiritual durante todo su viaje y Pablo lo define o define al agua como a Cristo que los acompañó durante todo el periplo para que fueran sustentados y pudieran llegar a la tierra prometida.
Es importante señalar que todos, sin excepción, contaron con estas bendiciones, que ningún otra nación ha tenido. Fueron grandes privilegios los que tuvieron, pero desafortunadamente no pudieron aprovecharlos. Contaron con protección, contaron con alimento y contaron con sustento espiritual.
Ellos como los corredores de los estadios tenían toda las garantías para salir airosos y victoriosos de esa caminata a la tierra prometida, pero no ocurrió de esa manera.
B. El Señor reprueba duramente la insensibilidad
El verso cinco de nuestro texto es demoledor:
Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.
La frase “de los más de ellos” es traducida en otras versiones como “de la mayoría de ellos”, para referirse a casi toda la generación de Egipto que no pudo ver la tierra prometida poque quedaron postrados en el desierto. Lo que nos lleva a una inquietante verdad: Dios no tolera a gente insensible.
Sin importar todo lo que había hecho por ellos, las diez plagas en Egipto, los portentos en el mar Rojo y la alimentación sobrenatural a todos ellos, Dios decidió que nadie de los que habían salido de la esclavitud egipcia podrían gozar de la bendición de poseer la tierra que Dios tenía reservado para ellos.
Pablo usa esta historia para recordarnos que Dios puede eliminar o reprobar a quienes teniendo tantas bendiciones o condiciones propicias para llegar a la meta simplemente optan por desviarse del camino del Señor e incurren en una terrible y lamentable desobediencia que los priva de las bendiciones divinas.