La Biblia dice en 1ª Corintios 1:4-7

Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; 5 porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; 6 así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, 7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.

Introducción

En el primer capítulo de la primera carta a los Corintios encontramos perfectamente trazada la forma en que Dios había bendecido a esa iglesia que Pablo fundó en su segundo viaje misionero y en la que permaneció dieciocho meses evangelizando y enseñando la palabra de Dios.

Fue una tarea agotadora porque Corinto era una ciudad extremadamente pagana y ostensiblemente inmoral. De hecho entre los griegos la expresión “corintizar” se utilizaba para referirse a las personas que llevaban una vida licenciosa, con moral muy relajada, es decir, la templanza y todas aquellas virtudes sanas estaban canceladas en su vida.

Corinto era una importante ciudad comercial donde vivían alrededor de cuarenta mil personas y era famosa por sus actividades deportivas que competían con la ciudad de Atenas, pero también por sus decenas de templos donde la prostitución religiosa era moneda corriente.

Según Lucas, que escribe los grandes desafíos que Pablo vivió en su labor misionera en esa ciudad, Pablo recibió un mensaje de aliento por parte del Señor Jesucristo quien lo ánimo y lo fortaleció para trabajar en ese lugar donde la palabra de Dios se tenía que abrir paso en medio de mucha iniquidad. Fue un reto enorme que Pablo asumió con determinación.

Porque además del brutal paganismo de la ciudad, Pablo debía enfrentar a los judíos que se oponían a la predicación del evangelio y eso hizo sumamente complejo compartir las buenas nuevas a los corintios y por esa razón el Señor le habló directamente a Pablo con este mensaje.

9 Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; 10 porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.11 Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios. Hechos 18: 9-11.

Y Pablo cumplió con la encomienda que Dios le dio y junto con Priscila y Aquila, un matrimonio hebreo que tuvo que salir de Roma debido a un decreto del emperador romano Claudio que hizo que todos los israelitas salieran de esa ciudad, se habían instalado justamente en Corinto.

Con ellos comenzó una intensa labor de enseñanza y pronto quedó formalmente instalada la iglesia que pastoreó el propio Pablo por un año y seis meses, pero de la que tuvo que salir para realizar su tercer viaje misionero que lo llevó a la ciudad de Éfeso desde donde probablemetne escribió esta primera carta.

En esta epístola Pablo confronta a los creyentes del primer siglo con los temas más variados que los habían llevado a profundas y graves divisiones, la cultura griega tan proclive a la sabiduría y el desprecio del vulgo se introdujo en la congregación y de pronto se apreciba más la sabiduría humana que el poder de Dios.

Ni qué decir los conflictos personales entre los hermanos que llegaban hasta los juzgados de la ciudad dejando un pésimo testimonio de la iglesia de Cristo porque los incrédulos conocían las grandes disputas que tenían unos con otros en bochornosas acusaciones que podían resolverse entre ellos mismos.

La influencia del mundo permeó la iglesia de tal suerte que Pablo tuvo que juzgar por medio de esta carta un caso de inmoralidad sexual de la que nos habla el capítulo cinco, además de corregir asuntos relacionados con el matrimonio, dilucidar sobre la pertinencia de comer o no lo sacrificado a los ídolos.

Pero sobre todo, Pablo tuvo que gastar mucha tinta para aclarar la función de los dones espirituales en la iglesia, particularmente sobre el don de lenguas que hacía de los servicios cristianos espectáculos nada edificantes de tal manera que cuando algún incrédulo entraba a los cultos salía espantado pensando que allí estaban locos.

Hasta la resurrección, doctrina fundamental del cristianismo vivía tiempos difíciles entre los corintios y Pablo tuvo que aclarar, corregir y enseñar sobre ese tema vital para el cuerpo doctrinal de la iglesia cristiana del primer siglo a fin de evitar más herejías por parte de personas mal intencionadas e ignorantes.

Y justamente en esta carta encontramos el más hermoso poema sobre el amor cristiano en toda la literatura del Nuevo Testamento. El capítulo trece de la carta es insuperable cuando se trata de definir el amor. En esa parte de la epístola Pablo describe de manera magistral en que consiste amar.

Los cristianos de Corinto tenían todos los dones, fueron enriquecidos en toda palabra y ciencia, pero les faltaba amor. Y justamente está enseñanza es la que nos llevará a estudiar la carta con el título de esta serie: Solo les faltaba amor.

La iglesia de Corinto fue enriquecida en toda palabra y en toda ciencia y no les faltaba ningún don que el Espíritu Santo designó para la iglesia cristiana a fin de continuar el ministerio terrenal de Cristo, según leemos en los primeros versos que escribió Pablo a esa congregación.

Eso quiere decir que entre los corintios se contaban todos los dones posibles de parte de Dios. En la carta encontramos mencionados al menos trece en el capítulo doce:

  1. Palabra de sabiduría
  2. Palabra de ciencia
  3. Fe
  4. Sanidades
  5. Milagros
  6. Profecía
  7. Discernimiento de espíritus
  8. Diversos géneros de lenguas
  9. Interpretación de lenguas
  10. Apóstoles
  11. Profetas
  12. Maestros

Retomemos el texto de nuestra introducción de esta serie:

Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús; 5 porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en él, en toda palabra y en toda ciencia; 6 así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros, 7 de tal manera que nada os falta en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo.

Por la gracia de Dios los corintios fueron objeto de tres acciones divinas:

  1. Fueron enriquecidos en Cristo
    A. En toda palabra
    B. En toda ciencia
  2. El testimonio de Cristo fue confirmado
  3. No les faltaba ningún don

Eso quiere decir que estaban totalmente completos para la labor de proclamar las verdades de Jesucristo, respaldado con el poder divino y llenos de los instrumentos necesarios para crecer en la gracia de Dios y esperar por completo la manifestación de Jesucristo que habrá de volver para tomarnos al cielo.

  1. Fueron enriquecidos

La palabra enriquecer que usa Pablo en el verso cinco procede de la raíz “ploutzó” y quiere decir abundancia. Los corintios fueron llenos de abundancia en dos áreas o en dos aspectos: en toda palabra y en toda ciencia. La expresión palabra tiene como raíz griega el vocablo “logos” que Juan utiliza para referirse a Jesucristo, pero que también designa a la Escritura.

Eso quiere decir que los cristianos de Corintio tuvieron acceso a enseñanzas abundantes sobre la obra y persona de Jesucristo. Pero también tuvieron abundancia en toda ciencia, esta expresión se origina del término griego “gnósis” que se define como esa clase de conocimiento que nace de la experiencia.

Este vocablo se puede traducir como sabiduría al estilo de la cultura hebrea, es decir no como acumulación de conocimiento, sino como la capacidad de saber tomar las mejores decisiones en situaciones complejas.

  1. El testimonio de Cristo fue confirmado

Entre los creyentes de Corintio no había dudas de la vida y obra de Cristo. La palabra testimonio procede de la raíz griega “marturion” que se castellanizó como martirio y que se usa también como testigo. Eso quiere decir que los corintios vivieron una experencia personal con Cristo de tal manera que la realidad o verdad de su persona y mensaje estaba fuera de toda duda.

La palabra confirmar procede de la palabra griega “bebaioo” que literalmente significa caminar donde es solido, es decir caminar confiadamente. Lo que dijo e hizo Cristo fue aceptado sin reticencias por ellos porque fue demostrado de manera plena e indubitable.

  1. No les faltaba ningún don

Los corintios tenían todos los dones que Cristo diseñó para su iglesia, pero los tenían por una concesión bondadosa de Dios, no porque fuera mejor que otras iglesias o que tuvieran algo que los demás no tuvieran.

Indígena zapoteco de la sierra norte de Oaxaca, México. Sirvo a Cristo en la ciudad de Oaxaca junto con mi familia. Estoy seguro que la única transformación posible es la que nace de los corazones que son tocados por Dios a través de su palabra.

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